lunes, 20 de julio de 2020

Des-Enmascarando la Libertad..por I.Shamir

Fuente Base: unz.com

Homo homini lupus est..El hombre es un un lobo para el hombre..
Plauto. 

Nuestros nuevos amos superan al viejo dramaturgo cómico romano en su juego estableciendo como la nueva norma que Homo homini toxicus est. Nos han enseñado a estar temerosos uno del otro, a llevar puestas mascarillas, a mantener una distancia social, o aún mejor, a quedarnos en casa. Ellos lo prefieren así, con nosotros encerrados, fuera de su camino, pidiendo cosas por Internet y perdiendo el derecho a nuestras casas ante cobradores digitales de deudas. Un drogadicto se separaría más pronto de su jeringa que lo que ellos descartarían sus confinamientos. Durante algún tiempo tuvimos la esperanza de que ellos podrían terminar su morbosa preocupación por nuestra salud luego de un mes o dos. Ahora sabemos mejor.


Incluso si deciden que el Covid-19 fue erradicado, ellos tienen el siguiente virus ya en la fila. Hay un candidato digno, una nueva variante de la gripe porcina llamada G4, y ellos tienen grandes esperanzas de que tenga el potencial para provocar una pandemia. Si tal virus falla la prueba como todos los predecesores lo hicieron, encontrarán otro, no se preocupe. La ley de la oferta y la demanda está de su lado. Hay tantos virus, y tantas personas ingenuas que son patológicamente incapaces de dudar de cualquier cosa que el New York Times diga, que esta música nunca terminará.

El Covid es una epidemia de temor. Donde no hay ningún temor, no hay Covid. Sin embargo, que la respuesta a ello sea una materia de elección personal. Quienquiera que desee encerrarse, aislarse en la soledad y retirarse de la sociedad, que lo haga. Pero debemos negar el derecho del Estado a encerrarnos. Los estadounidenses se enorgullecen de su Segunda Enmienda, de su derecho a poseer armas; pero ¿impidieron sus armas que sus alcaldes les ordenaran una detención indefinida por ningún crimen? Para los rusos, los europeos y otras naciones, es también la hora de prohibir los confinamientos. Siempre y cuando haya un brote de enfermedad, que sea tratado como siempre lo ha sido. Quienquiera que se considere a sí mismo "vulnerable", que él decida qué hacer al respecto, pero ninguna clausura, ninguna mascarilla, ninguna distancia social u otras medidas pueden ser impuestas sobre la gente libre.

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