viernes, 15 de enero de 2021

Thomas Dalton - Nacional-Socialismo Hoy..

Fuente Base; www. nationalvanguard.org




Lo contrario de Nacionalismo es Internacionalismo, es decir, Globalismo. Los internacionalistas, como aquellos que predominan en Occidente hoy, promueven el comercio global, tratados globales y pactos comerciales, unificación monetaria, y participación activa en asuntos exteriores.


Nacional-Socialismo es, por supuesto, una conjunción de nacionalismo y socialismo. Nacionalismo es cualquier tendencia a favorecer la propia nación o nacionalidad, frente a forasteros, extranjeros, o aquellos de otras etnias o razas. Típicamente implica independencia nacional, autonomía, fuerte autodeterminación, y un vigoroso sentido de patriotismo. Un nacionalista está por lo general preocupado de tener un ejército capaz de la defensa propia (pero no de construír Imperios), tener una economía y una moneda que funcionen independientemente de otras naciones, y enfatizar la cultura y las normas sociales tradicionales. Una nación, por su parte, es literalmente un tipo, un linaje o raza de gente. La palabra se deriva del latín nasci o natus, "nacer". Una nación, entonces, es un grupo de gente que está genéticamente relacionada, de una ascendencia común, y que comprende una etnicidad unificada. El nacionalismo trabaja para el único interés de la etnicidad dominante.





En los viejos días, ellos promovían el colonialismo. Hoy ellos promueven prácticas comerciales internacionales como la mano de obra barata en países del Tercer Mundo, y les gusta proyectar poder militar alrededor del mundo e involucrarse en la así llamada construcción de naciones. Siendo indiferentes a la unidad étnica u homogeneidad nacional, los globalistas abogan por la inmigración de masas, el matrimonio inter-racial, la igualdad racial y el multiculturalismo, nada de lo cual es históricamente o biológicamente natural, y todos los cuales son perjuicios comprobados para la mayoría nacional.

El Socialismo, sueltamente definido como cualquier sistema en el cual el gobierno posee o controla grandes sectores de la economía, es extensamente practicado en el mundo, a menudo en una especie de sociedad con actividades capitalistas. El socialismo no es una entidad definida sino más bien un espectro de posiciones políticas y económicas que pueden ser desde relativamente discretas hasta muy activas y controladoras. El socialismo tiende a beneficiar a la sociedad en su conjunto, sobre todo a las clases medias y bajas, mientras que el capitalismo tiende a beneficiar desproporcionadamente al capital, es decir, al rico, y en la práctica, a los judíos ricos.

Hitler encontró virtud tanto en el nacionalismo como en el socialismo. Él decidió que era necesario, temprano en su carrera, tomar al pequeño ya existente Partido de los Trabajadores Alemanes (DAP) y hacerlo tanto nacionalista como socialista, y de ahí el NSDAP, Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei. Aquello no fue ni extremo ni malo; era simplemente sentido común, para alguien que estaba preocupado por el bienestar de sus compatriotas el pueblo germánico.




Como movimiento, el Nacionalsocialismo de Hitler era notablemente progresista y benigno. Fue codificado en los famosos 25 Puntos que él estableció hace poco más de cien años, en 1920. Incluso hoy, ellos son muy relevantes. Ellos piden igualdad de derechos para la gente alemana (Puntos 2 y 9). Ellos dan a los ciudadanos el derecho de seleccionar las leyes y la estructura de gobierno (6). Ellos proscriben el enriquecerse por la guerra (12). Ellos piden el reparto de las ganancias corporativas con los empleados (14). Ellos apoyan pensiones de jubilación, una clase media fuerte, enseñanza superior gratis, salud pública, asistencia a la maternidad, y libertad religiosa (15, 16, 20, 21, 24). Y ellos explícitamente respaldan el principio de "el bien común antes del bien del individuo" (24).




Por otra parte, sólo unos relativamente pocos puntos parecen amenazantes o agresivos. Ellos conceden la ciudadanía sólo a los alemanes étnicos, explícitamente negándosela a los judíos (4). Ellos bloquean la inmigración adicional, y obligan a los inmigrantes recientes a marcharse (8). Ellos procuran prohibir toda la especulación financiera en el país (17). Más severamente, el plan pide la pena de muerte contra "traidores, usureros y especuladores" (18). Demanda que la prensa de lengua alemana sea controlada sólo por alemanes étnicos; pero no restringe la prensa en otros idiomas (23). Y pide "una autoridad central fuerte en el Estado" (25), estando así opuesto a algo como la democracia parlamentaria.

A pesar del conocido y abiertamente admitido "anti-semitismo" de Hitler, los judíos en los 25 Puntos sólo son mencionados al pasar. A ellos se les prohíbe la ciudadanía, y por lo tanto cualquier papel en el gobierno o la prensa de lengua alemana. Los inmigrantes judíos recientes (desde Agosto de 1914), como todos los inmigrantes, deben marcharse. Y la visión nacionalsocialista de la libertad religiosa "lucha contra el espíritu materialista judío" (24). Pero aparte de esas dos referencias, no hay ninguna mención explícita de judíos o de alguna otra minoría. No hay ninguna amenaza de encarcelar o matar a los judíos. Los judíos residentes de mucho tiempo pueden permanecer en el país. No hay ninguna confiscación de la riqueza judía, con las excepciones indicadas. No hay ninguna represión de gitanos u homosexuales. Y ciertamente no hay nada que suene a un amenazante "Holocausto".




En suma, el Nacionalsocialismo de Hitler era esencialmente el producto del nacionalismo alemán y el socialismo progresista, combinado con una forma suave de oposición al poder judío. Difícilmente es el mal que es descrito. De hecho, es bastante lo contrario: demostró ser una receta para el éxito asombroso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario