sábado, 20 de junio de 2020

Reflexiones de Israel Shamir..

Fuente Base: unz.com

La exagerada histeria del virus creada por oscuros intereses y promovida día y noche por los medios de comunicación colaboracionistas. 

Probablemente las noticias más espeluznantes no son acerca de los números de "infectados". Ésa es una palabra sin sentido, pues hay portadores persistentes del virus que no sucumben a la enfermedad; la inmensa mayoría de los "infectados" son asintomáticos, lo que significa que ellos no están enfermos y no son contagiosos; el número de "infectados" está en proporción directa al número de pruebas realizadas; las pruebas son dudosas en el mejor de los casos, y ninguna es verificada de acuerdo a los métodos aceptados en medicina pre-corona, mientras que la metodología aprobada e impuesta por la OMS no puede ser descrita como científica. No tiene que ver con muertes, pues no experimentamos más muertes que en 2018. Además, en muchos países, principalmente en Francia y Noruega, hay un 30% menos de muertes en ciertas semanas de Abril y Mayo en este año que en el último año.


El actual encierro ha llevado al mundo al borde de una preocupante distopía totalitaria. Si bien la enfermedad real había sido contenida, y los perpetradores del plan necesitan cada vez más falsificaciones crudas para demostrar lo contrario, su motivación para controlar simplemente ha aumentado.

El gran pánico del coronavirus del año 2020 con sus enormes consecuencias es un acontecimiento que exige una explicación razonable.
 ¿Cómo podría una enfermedad menor que mata a una parte infinitesimal de la población (0,000045%) haber causado el derrumbe de la civilización como la conocimos? 
¿Por qué una civilización que resistió con firmeza el asesinato de la flor de su juventud en los campos de Verdún y Stalingrado es incapaz de sobrevivir al deceso de algunos hombres jubilados retirados en un auto-aislamiento, a la vez que renuncia a la fe, al amor al prójimo, a oponerse a los viejos enemigos y luego destruye su economía, su educación y su productividad?

Estamos todavía en una temprana etapa de la transformación en curso; todavía esperamos que se terminará en el verano, o al menos en otoño, o el próximo invierno, pero más probablemente nuestra vida como la conocimos se terminó. ¿Le podemos echar la culpa al virus, incluso si fue manufacturado en los nocivos laboratorios de Estados Unidos o China? Hay millones de virus, y el género humano había logrado vivir con todos ellos. No había razón para descontrolarse y destruír nuestra civilización por otro virus.


Imagínese a un hombre que recibiera una carta desde Nigeria, prometiéndole millones de dólares; y que él vendiera su casa, tomara un préstamo, y enviara a su mujer y sus hijos a mendigar a la calle para cobrar él los millones nigerianos. Nosotros no diríamos que la carta nigeriana provocó su perdición, porque muchas personas han recibido cartas con la estafa nigeriana, pero sólo uno actuó como él. Sin duda, la carta fue un sucio intento para defraudar, pero el problema estaba en él, no en la carta nigeriana.




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