viernes, 2 de julio de 2021

Hungría y Polonia Marcan el Camino..


Las tesis globalistas de la Agenda 2030 impone el fin de nuestra forma de vida, la propiedad privada y la libertad económica.

La UE es un laboratorio del peor y más rancio globalismo.
Naciones que como Polonia o Hungría no se resignan a morir a manos de la invasión musulmana bajo las hordas masónicas y los poderes fácticos.



Es un club inútil que ha hurtado soberanía industrial y agraria a las naciones, y que sabotea los productos mediantes infames acuerdos de libre comercio.

Un club que sólo beneficia a las ambiciones globalistas de quienes tienen en su frontis eliminar la raza blanca, mezclarla y engendrar sociedades atomizadas. 

Los húngaros quieren niños autóctonos pero la escoria globalista quiere la sustitución demográfica; quiere la muerte de Europa como concepto histórico y la implantación definitiva de los “Estados unidos de Europa” disolventes de las Naciones cristianas.

La Comisión Europea tampoco soporta que Polonia pusiera en marcha una legislación antipedofilia el pasado año, por eso los miembros del Grupo de los Populares europeos, los socialdemócratas y la morralla verde o liberal, condenan vez tras vez a Polonia o Hungría.

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