miércoles, 30 de julio de 2014

¿Qué pasó en Dachau?.. Por Ludwig Paulin

LA MENTIRA DE LOS 238.000 ASESINADOS EN LOS HORNOS CREMATORIOS
Por Ludwig Paulin
Según un artículo publicado en “Der Weg”, Nrs. 5/6 año 1954. 

Como alemanes, sin embargo, exigimos por nuestro. honor y dignidad nacional: ¡afuera el oprobioso museo de mentiras de atrocidades de Dachau!, pero quien osaba protestar contra esta discriminación del pueblo alemán, era marcado de antisemita y perseguido.
Las noticias sobre atrocidades son informaciones intencionales y se las inventa para perjudicar al adversario, robarle o difamarlo. Las patrañas sobre atrocidades son creídas tanto más fácilmente cuanto más fuertemente son trompeteadas al mundo y cuanto más grandes son las mentiras que son servidas a los crédulos seres humanos. Reducirlas a silencio no es fácil debido a la torpeza de la gente, a pesar de todas las fundadas pruebas en contra. Este también es el caso en cuanto a las Noticias sobre los presuntos crímenes de los alemanes en el Campo de Concentración de Dachau.

En el curso de la realización del "Plan‑White‑Morgenthau", Alemania debía ser extinguida para siempre de la comunidad de los pueblos. Así se buscó motivos para justificar la "canibalización" de un pueblo de 65 millones. Y también se los encontró, fieles al principio puritano: “Tell a lie and stick to it!" Dí una mentira y manténte en ella! .

A ello se agregó que solamente en el Este y sudeste de Alemania habían sido asesinados unos 6 a 8 millones de alemanes, sin mencionar en absoluto las innumerables víctimas de los bombardeos aeéros violatorios del Derecho internacional. Así se buscó un número que justificara por un lado las medidas planeadas, y por el otro dejara en la sombra los propios asesinatos: se imputó todo lo que de alguna manera pudiera surgir de cerebros malignos a los campos de concentración alemanes, y se inventó lo de los 6 millones de judíos asesinados, todo ello en un momento en que no existía ninguna comunicación con los campos, ningún material documental sobre la cantidad de internados, la administración y las cifras de fallecimientos. No se puso tampoco ningún empeño en obtener cualesquiera datos, se "probó " todo también sin pruebas de la verdad y se siguió aferrado hasta hoy a las mentiras. Pero quien osaba protestar contra esta discriminación del pueblo alemán, era marcado de "antisemita" y perseguido.

Los campos de concentración no son en modo alguno un invento de los "Nazis". Ya en el Antiguo Testamento se nos informa sobre su instalación (Crónicas 2, 16‑17). La resurrección de esta idea fue realizada por los ingleses devotos de la Biblia en la Guerra de los Boers 1899‑1902, ocasión en la cual dejaron morir de hambre a 24.000 mujeres y niños boers. Pero ante todo la Policía Estatal soviética (Tscheka, más tarde GPU, NKWD, MWD), desde Herschel Jehuda llamado Jagoda) hasta nuestros días, se sirvió de una cantidad de tales campos para aniquilar a millones de personas indeseadas mediante trabajos forzados y subalimentación. ‑ En Austria, el régimen dictatorial Dollfuss-Schuschnigg (1932‑38) instaló los tristemente célebres "campos de detención (Anhaltelager), en los cuales los adversarios de la dictadura perdieron su libertad y su salud.‑ En 1939 se instalaron en Inglaterra y en los EE.UU. gigantescos campos de concentración, que en los EE.UU. eran llamados vergonzantemente “relocation camps", campos de realojamiento. Y recientemente en 1953 (! ) los EE.UU. han vuelto a erigir ocho nuevos campos de esta índole, para, en caso de un eventual estallido de perra, poder de este modo apartar de la vida pública a elementos indeseados o inseguros. ¡Otra cosa tampoco ha hecho Alemania!

En el año 1933 se construyeron en Alemania dos campos de concentración, uno en Oranienburg, en las inmediaciones de Berlín, el segundo cerca de la ciudad cabeza de partido Dachau, en la Bavaria Superior. Principalmente eran dos los grupos de personas que entonces fueron alojados en ellos en prisión policial preventiva en defensa del orden público: a) Elementos que por su conducta puesta de manifiesto hasta entonces habían demostrado que trabajaban por la subversión del orden estatal, en su mayor parte funcionarios comunistas; b) criminales patológicos, asesinos estupradores, homosexuales y otros criminales sexuales. Durante la guerra se agregaron luego derrotistas, saboteadores y trabajadores foráneos que habían incurrido en hechos delictivos. Por tal razón hasta la entrada de los "libertadores" y aún al final de la guerra, los crímenes brutales constituyerori una excepción.

El complejo del Campo de Dachau estaba erigido al borde y en el interior de un extenso bosque. Todo lo que hacía falta en el Campo debía ser producido por los internados mismos, a cuyo fin cada uno debía ser ocupado en lo posible dentro de su profesión o ser instruido en una que le agradara. Dachau era, por consiguiente, exclusivamente un Campo de trabajo.

Cuando, después de haber tomado los norteamericanos el Campo, no encontraron nada al registrarlo como para iniciar un juicio a la dirección del Campo, se procedió a comprar testigos. A éstos se le hizo entrega luego de "confesiones" escritas que debían aprender de memoria y exponerlas en las audiencias. Otro método era el siguiente: integrantes del cuerpo de Guardia de Dachau y exocupantes fueron conducidos bajo la deslumbrante luz de reflectores a través del escenario del pequeño teatro del Campo, mientras en la sala de espectadores estaban sentados ex‑reclusos KZ bien alimentados, mantenidos por los norteamericanos y provistos abundamentemente de jornales, que dieron prueba de su agradecimiento frente a sus nuevos patrones acusando ya sea a éste, ya sea a aquél de los indefensos que les eran presentados sobre el escenario, de cualesquiera crímenes atroces, entregándolo de este modo a la justicia de venganza de los War Crimes Courts. Para innumerables de estas víctimas los procesos de Malmedy, Flossenbürg y Mauthausen les condujeron a la horca en Landsberg.

Un ejemplo para la génesis de mentiras sobre atrocidades: en el otoño de

1946 apareció en una de las quintas de verduras del Campo un oficial‑CIC norteamericano, junto con un polaco con aire de importancia. Este último designó un lugar en el cual según él debió enterrar junto con otros prisioneros de entonces, la ceniza de más de 600 ocupanles‑KZ asesinados, circunstancia en la cual secretamente había enterrado también una botella con la lista completa de los nombres de las víctimas. En las extensas excavaciones practi­cadas luego, nada se encontró, ni de la ceniza (hubieran debido ser aproxima­damente 1350 kg) ni de la botella. No obstante, el tristemente célebre, más tarde condenado por falsificación de documentos y otros delitos administrativos y que se suicidó en la cárcel, el judeo‑bávaro secretario de Estado Philipp Auerbach, sostuvo en la prensa que solamente en la quinta de verduras del Campo de Dachau habían sido masacrados a diario más de 1500 judíos.

En mayo/junio de 1945 repentinamente comandos de trabajo alemanes bajo dirección norteamericana tuvieron que destruir las ricas y bien cuidadas parquizaciones de adorno del Campo y realizar otras depredaciones, a fin de, a través de la película "docurmental" Todes mühlen (1) allí rodada, simular atrocidades alemanes, las que, a su vez, constituyeron la base tanto para la condena individual como también colectiva de los alemanes. Hasta hoy perdura aún esta maligna difamación. ¿De qué especie son, pues, estas acusaciones discriminatorias?

1º) Se informa acerca de una cámara de exterminio por gas, en la cual los 'Judíos" ‑a decir verdad se habla únicamente de "judíos"‑ habrían sido exterminados por gas. En realidad, sin embargo, en Dachau no hubo nunca una cámara de exterminio por gas. Lo único que hubo ha sido una cámara de despiojación, que tuvo que ser construida durante la guerra porque los ocupantes que llegaban, frecuentemente estaban tan llenos de piojos que constituían un peligro para la totalidad del Campo. Del esquema de la pág. 52 puede deducirse la ubicación y la naturaleza de esta cámara de despiojación. Los reclusos a despiojar se quitaban en los locales 9 y 10 su ropa y aquí se los sometía a un examen médico, para bañarse luego en la sala de duchas (Nº 11), ser provistos a continuación en la sala de vestir (Nº 12) de ropas interiores y vestimenta limpias de las existencias del Campo, abandonando seguidamente la instalación de despiojamiento. Su vieja vestimenta y ropa interior eran mientras tanto despiojadas y desinfectadas en las células de la cámara de despiojación (Nº 8). Estas habitaciones contenían, por consiguiente, como en todas las instalaciones militares de despiojación que realizaban la despiojación según este sistema de gasificación, preservador de las telas, en lugar de utilizar el vapor de agua o el calentamiento en seco, en la parte media del cielorraso un riel del que se colgaban las perchas de hierro con las piezas de vestimenta que iban a ser despiojadas.Todavía en el otoño de 1946 una cantidad de tales perchas colgaban en la última de estas cámaras de despiojación. Correspondientemente a la finalidad de esta parte del edificio se encuentra aun hoy en el sótano la instalación de calderas para la producción de agua caliente para el sistema de duchas.

Después de la guerra, por orden de los norteamericanos fueron retirados los azulejos de la sala de vestir y colocados en la sala de duchas encima de los azulejos allí ya existentes. Luego fue bajado el cielorraso de esta sala de duchas hasta la altura de los azulejos, montándose en el mismo embudos cónicos de hojalata, que por cierto terminaban en ciego. Ahora se informó que mediante tales embudos los alemanes habían querido simular una sala de duchas, mientras que en realidad el gas entraba desde aberturas laterales. Pero ¡es que aún hoy existen seis pozos de escurrimiento de agua en el piso de este local, y para más, tiene calefacción! Además el hormigón del cielorraso recientemente bajado, el hormigón que en la sala de vestir fue colocado en lugar de los azulejos, así como el hormigón de la "placa de la horca" (véase figura) presentan la misma estructura. Quedó probado que todo provenía de la época de construccion mayo / junio 1945. (2)

2º) En el núcleo de la campaña de atrocidades se encuentra el crematorio. Existían en Dachau dos instalaciones de cremación para la incineración de cadáveres, una vieja (esquema, Nº 6), compuesta de dos hornos, y una nueva (esquema, Nº 13), compuesta de cuatro hornos. La vieja fue puesta en servicio en 1941-42 al hacerlo necesario una epidemia inicial. Los muertos ahora ya no eran sepultados en el cementerio del Campo, sino que su ceniza podía ser entregada a sus parientes que así lo deseaban. La instalación consta de dos pequeños hornos, cada uno aproximadamente de 2,5 m de largo y 1 m de ancho, y es mucho más primitiva que cualquier instalación de cremación en las ciudades ,actuales. La nueva instalación de hornos (véase figura pág. 49), en cambio, no estaba aún terminada al ocupar el Campo los norteamericanos. Lo que sigue lo demuestra: los cerrojos de las puertas de los hornos no presentaban vestigio alguno de desgaste, los ladrillos de arcilla refractaria estaban aún completamente intactos y no habían sido expuestos jamás a las altas temperaturas de más de 12000 C, que son producidas en hornos de esta especie, y también la chimenea, que debía recibir los gases producidos por la quema del coque, no mostraba en su boca ni el más mínimo ennegrecimiento! También se hallaban aún en el sótano, igualmente sin terminar, cal, arena y ladrillos. Ahora bien: en las instalaciones, después de la ocupación norteamericana, se pudo leer sobre una, placa que “Este lugar está consagrado a los 238.000 seres humanos que aquí fueron quemados" (esquema, Nº 5). Para llegar a este número absurdo, inventado y propagado por el secretario de Estado judeo‑bávaro Auerbach, hubiera sido necesario, dado que según quedó probado solamente estuvieron en actividad los dos hornos viejos, que cada 10 minutos en cada uno de ambos hornos se quemasen sendos cadáveres, vale decir, que cada cinco minutos hubiera debido ser muerto un ser humano en Dachau, presuponiendo que ambos hornos hubieran estado funcionando durante las 24 horas del día y de la noche (excepto domingos) durante tres años, sin reparaciones, refacciones ni colocación de repuestos (lo, que, tratándose de tales temperaturas, es completamente imposible ! !' La incineración del cadáver de un adulto requiere, sin embargo, alrededor de 1 hora, pero no solamente 10 minutos! ! ! Ya esta reflexión muestra lo absurdo de las mentiras judías de atrocidades. De paso mencionaremos que: las supuestas incineraciones hubieran producido 535.500 kg de ceniza de cadáveres, es decir, 27 vagones de carga de 20 toneladas cada uno. Dónde quedó esta cantidad de ceniza? Y también los reclusos que todavía en 1946, ahora bajo distinta administración, proseguían su existencia KZ de años, no supieron relatar nada acerca de tales asesinatos de cada 5 minutos: ni los dos judíos que habían llegado a Dachau en 1943 y que aún en otoño de 1946 dirigían, ahora como empleados norteamericanos, el "electro‑shop", ni los tres polacos que ahora dirigían la panadería y que igualmente habían estado trabajando allí mucho antes de 1945, supieron referir algo sobre asesinatos en masa de ocupantes!

3º) Entre las dos instalaciones de cremación puede verse una así llamada placa de horca (esquema, Nº 7 y figura 1), sobre la cual se afirmaba que había estado emplazada la horca, en la cual los alemanes colgaban a "los judíos". Como más arriba ya se mencionó, esta placa recién fue construida en mayo/junio 1945. A ello se agrega que los dos agujeros dentro de los cuales habrían estado parados los postes de la horca, se hallan en ejemplar estado de conservación y no presentan deterioros, raspaduras ni partículas de madera adheridas. Por consiguiente los supuestos postes de horca es imposible que hayan estado afirmados con cemento en los agujeros, sino a lo sumo introducidos en forma suelta, lo que empero no puede ser admitido debido al insuficiente sostén que hubieran tenido y al perfecto estado de los bordes de los agujeros Además: si aquí realmente hubiera estado levantada una horca ¡por qué no se la dejó?

4º) Supuestamente la ceniza de los muertos fue echada a los así llamados cajones de ceniza, de los cuales hay tres en el jardín.

Se revelaron como enteramente inofensivos cajones de municiones, como los que se pueden ver en los cuarteles en todos los Estados. Hubiera sido además sumamente impráctico transportar la ceniza desde el crematorio hasta allí, y luego, dado que los cajones no tienen abertura arriba, en cambio solamente al costado, volver a sacarla trabajosamente a paladas para su ulterior transporte!

5º) Una especial atracción de atrocidad representa el puesto de tiro en la nuca, un puesto de tiro de pistola, ante cuyos montículos, de tierra levantados los "miles de judíos" habrían sido muertos por tiro a la nuca (esquema, Nº 3). Los montículos, sin embargo, alcanzan apenas a la altura del pecho, de modo que no hubieran de ninguna manera podido servir de protección. En los árboles circundantes, no obstante, no se encuentra ni el más mínimo vestigio de los impactos de los miles de proyectiles que hubieran debido silbar en todas las direcciones en el lugar. En cambio se encuentra ‑¡cávese no más alguna vez! ‑ en el interior de los montículos de tierra levantados en mayo/junio 1945 una masa de latas vacías de conservas norteamericanas!

6º) En un costado de¡ jardín se dice que estaba ubicado el puesto de fusilamiento (esquema, Nº 2), en el que igualmente habrían sido fusilados "miles de judíos". Si aquí realmente hubieran sido fusilados seres humanos, la pared que se encuentra solamente a 2 metros más atrás, debería estar completamente rota y atravesada por los disparos. Ni la pared ni los alrededores más próximos muestran ni las más insignificantes huellas de proyectiles.

7º) Para hacer más horriblemente evidente la abyección de los alemanes, se muestra un llamado foso de sangre (esquema Nº 2 y figura 3), que corre paralelo al cerco de bojes del camino y a lo largo del puesto de fusilamiento, de 30 cm de ancho y cubierto con pequeñas rejillas de listones. En este foso habría corrido la sangre de los “miles de judíos fusilados". Dado que en la muerte por fusilamiento la actividad cardíaca del ser humano se interrumpe de inmediato, y, por lo tanto, no se produce prácticamente ninguna pérdida de sangre, y por consiguiente no pudo mantenerse esta mentira por mucho tiempo, se pasó luego a afirmar que las víctimas debieron arrodillarse delante de esta rejilla de listones para recibir el tiro en la nuca. Sin embargo, ni las rejillas de madera ni el foso mismo muestran aunque más no fuera el más mínimo vestigio de sangre o de proyectiles. ¡Y cuán desplazados y rotos hubieran debido estar estos delgados listones en vista de las miles de víctimas que se desplomaban sobre ellos! Y agregado a todo esto, el problema del transporte: Los cadáveres, que (como todo soldado del frente lo sabe) no son nada fáciles de transportar, se hubieran debido pasar por encima del cerco de bojes y llevarlos hasta el bastante distante galpón de los hornos!

8º) Con el nombre sugestivo de "Hängetanne" (3) (esquema Nº 1 y figura 5) se designó un abeto cuya rama más inferior se separa casi horizontalmente del tronco. En esta rama los pobres judíos habrían sido colgados en masa. Desgraciadamente se llegó a saber que en mayo/junio 1945 prisioneros de guerra alemanes debieron trabajar la corteza de esta rama con sogas a fin de simular un desgaste por fricción por los ahorcamientos en masa. Cuando más tarde el abeto se secó, el secretario de Estado judeo‑bávaro Auerbach escribió que pereció de vergüenza por los crímenes cometidos en sus ramas por los alemanes en los judíos!

9º) Prosiguiendo con sus patrañas finalmente los falsificadores hicieron abrir una ancha brecha en la pared que separa el área del crematorio de la vecina perrera para los perros guardianes (esquema, Nº 15). Luego se afirmó que a los perros guardianes, que aqui eran mantenidos y que ‑como en todas las penitenciarías del mundo‑ acompañaban a los comandos de trabajo en las tareas fuera del campo para impedir tentativas de evasión, se los había hecho mirar a través de esta brecha a los lugares de masacre, a fin de que se embriagaran con la vista de la sangre que corría al asesinarse a los judíos, y de esta manera se volvieran especialmente fieros!

10º) En el centro del jardín se halla una estatua de bronce (véas pág. 49), que representa a un ocupante demacrado del Campo. Por cierto, un Campo KZ no es un centro hospitalario, de todos modos se comprobó oficialmente que cada ocupante recibía diariamente alimentos que alcanzaban 1675 calorías (mientras que el pueblo alemán después de la guerra, sobre todo a comienzos de 1948, recibí. diariamente tan sólo 825 calorías, en la zona de ocupación francesa hasta solamente 805 calorías). Además para los ocupantes que trabajaban y esos eran la mayoría, se distribuían correspondientes alimentos adicionales. Por ejemplo los 50 ocupantes que prestaban servicio en la Escuela de Guerra SS Bad Tölz recibían, por 48 horas semanales de labor, la misma comida que los alumnos de la Escuela, que realizaban un servicio considerablemente más largo y que exigía mayor esfuerzo, Que no se pasaba hambre lo demuestran también las clamorosas quejas que podían oírse en 1946 de aquellos presos que estuvieron en el Campo tanto en la época alemana como también en la norteamericana.‑ ¡Tan mala comida como con el Ami (4) no la hubo nunca con Hitler! También lo demuestran las caras bien alimentadas de los presos (figura 4) al ocupar él Campo los norteamericanos. Así también esta estatua, junto con aquellos dos monumentos fúnebres a izquierda y derecha de los así llamados puestos de fusilamiento, uno para los presuntamente masacrados judíos, adornado con la estrella de David, el otro (nítidamente separado de éste) para los presuntamente asesinados gojim, decorado con una cruz, no sirve a ninguna otra cosa sino para atizar el odio, para cimentar las mentiras sobre atrocidades y para justificar la política de Morgenthau y de los tributos de miles de millones.

11º) Durante las actuaciones contra los alemanes se formuló el cargo de que habían dejado morir de hambre a prisioneros dentro de un tren de ferrocarril La realidad de los hechos es otra: al acercarse a Fines de abril de 1945 las tropas de EE.UU. a Dachau, se llevó a los ocupantes, en una marcha ordenada, a nuevos alojamientos previstos hacia el sur. El resto del cuerpo de guardia alemán del Campo, sorprendido aun dentro del mismo, combatió y cayó hasta el último hombre. Evidentemente llenos de furia por esta fanática resistencia, los norteamericanos abatieron a tiros al médico director del hospital del Campo, quien quería entregarles el hospital, en la puerta del edificio, y asesinaron acto seguido a todos los miembros de la SS que hallaron en el hospital, así como a otros auxiliares sanitarios, enfermeras y pacientes. Los habitantes de Dachau llamaron la atención de los norteamericanos el día de su arribo sobre la circunstancia de que desde afuera acababa de llegar un tren ferroviario en cuyos vagones cerrados se encontraban reclusos de otros campos y que había sido abandonado por el cuerpo de guardia. A raíz de ello a los habitantes les fue prohibido por los norteamericanos acercarse al tren y alcanzar a los ocupantes agua o víveres. Recién después de ocho días los norteamericanos abrieron el tren y encontraron a los ocupantes en su mayor parte muertos. ¡Luego afirmaron que los alemanes los habían dejado morir de hambre!

Desde el fin de las acciones de guerra han transcurrido nueve años. La guerra contra el pueblo alemán hasta no ha sido terminada. Cánticos de odio, como los de los 6 millones de judíos asesinados, mentiras de atrocidades, como las de Dachau, han contribuido decisivamente a ello. ¿Y por qué el gobierno estatal bávaro, como correspondía, no ha hecho realizar hasta ahora ninguna ninguna minuciosa y especializada investigación bajo la dirección de una comisión de criminalistas reconocidos internacionalmente, políticamente neutrales, a fin de eliminar las provocadoras y humillantes falsificaciones del odio judío contra nuestro pueblo? ¿Por qué prefirió designar a un Philipp Auerbach como procurador general y secretario del Estado bávaro para los "perseguidos políticos, religiosos y raciales", y dejarle mano libre en la fabricación de las atrocidades de Dachau? ¿por qué defendió a un ministro de justicia que se vanagloriaba él mismo de la traición a la patria cometida, durante la guerra y que era un ex‑candidato a la muerte, que ya había estado parado bajo la horca que recibió los dineros del cómplice de Auerbach, el rabino provincial Ohrenstein y que recíén bajo la más fuerte presión de la opinión pública fue inducido a presentar la renuncia por el presidente de ministros Ehard? ¿Por qué prefiere mantener un ministro del interior que durante la guerra, junto con Josef Wirth y Otto Braun, desde Suiza promovió intrigas de alta traición, y que, como representante del gobierno alemán, presenció con placer el asesinato de las 13 víctimas alemanas del proceso de Nuremberg y a la vista del cadáver de Goering exclamó: "El canalla! ¡Aun muerto debería colgársele! " ‑ Por eso el gobierno estatal bávaro, en incumplimiento de sus deberes, no pudo hacer nada para el esclarecimiento de esta indigna mentira de atrocidades. Y por eso,fue necesario hacerlo aquí.

No es que invirtiendo los signos queramos hacer lo que nuestros adversarios tratan de causarnos a nosotros. No somos lo suficientemente desvergonzados ‑y no lo hubiéramos sido tampoco en el caso de nuestra victoria‑ , como para afirmar: a nosotros solos no nos alcanza ninguna mácula toda mácula alcanza solamente a los otros! Tenemos plena conciencia dónde también nosotros hemos errado, y no tratamos de encubrirlo. También sabemos demasiado bien que los cuerpos de guardia y los comandos penales, en cualquier punto del mundo donde presten servicio, por lo general no se cuentan entre las personas más sensibles e impresionables de un pueblo, y que entre ellos pueden suceder excesos e ilegalidades.

Pero no estamos dispuestos a tolerar que debido a aislados delitos, que en todo momento estamos dispuestos a condenar, sea construída una culpa colectiva de nuestro pueblo; que mediante mentiras de atrocidades y cánticos de odio de locos furiosos y asesinos sedientos de venganza sean privados los alemanes de su honor, libertad y bienes; que mediante ruines falsificaciones sean entregados al verdugo; que por cobarde silencio e indigno complejo de culpa el nombre y la dignidad de todo un pueblo o, por lo menos, de una generación del mismo, sea cubierto de oprobios e injurias; que por una acción de propaganda malevolente e inescrupulosa, nuestro pueblo sea estigmatizado ante el mundo como símbolo despreciable de abyeccion repugnante e inhumana.

Si se ha cometido injusticia con alguien estamos dispuestos a reconocerla si ello se demuestra con la correspondiente documentación, pero si el judaísmo mundial, ebrio de triunfo, imagina poder escupir en la cara de todos los alemanes su desprecio lleno de odio, en el vértigo de una victoria final que cree próxima, entonces ha de saber que hoy podrá golpear, pero que mañana sólo se golpeará a sí mismo y que ya pasado mañana, sucumbirá por las consecuencias de su odio inextinguible.

Como alemanes, sin embargo, exigimos por nuestro. honor y dignidad nacional: ¡afuera con el oprobioso museo de mentiras de atrocidades de Dachau!

Los hechos y la leyenda por Robert Faurisson,

El pretendido genocidio de los judíos y las pretendidas cámaras de gas hitlerianas forman una misma y única mentira histórica, que ha permitido una gigantesca estafa político- financiera, cuyos principales benificiarios son el Estado de Israel y el sionismo internacional, y cuyas principales víctimas son el pueblo alemán. A comienzos de 1940 Auschwitz sólo era una pequeña ciudad de la Silesia alemana, de 13.000 habitantes. Pero en el mes de mayo ,en las afueras se empezó a edificar un 'campamento de tránsito' para 10.000 detenidos polacos, en el emplazamiento de una guarnición de artillería del ejército polaco.
En los años siguientes ,con el empeoramiento de la guerra, Auschwitz se convirtió en el centro de un conjunto de casi cuarenta campos y subcampos y la capital de un extenso complejo agrícola e industrial (minas, petroquímica, fábricas de armas, etc...) donde trabajaban numerosos detenidos polacos, y judíos sobre todo, al lado de trabajadores civiles.
Auschwitz fue, a la vez o sucesivamente, un campo de prisioneros de guerra, un campo de tránsito, un campo-hospital, un campo de concentración y un campo de trabajos forzados y de trabajo libre. Pero nunca fue un campo de exterminio, expresión inventada por los Aliados.

A pesar de las drásticas medidas higiénicas, de la abundancia de edificios y barracones hospitalarios, dotados algunos de los últimos adelantos de la ciencia médica, el tifus - una enfermedad endémica entre la población judía polaca y entre los prisioneros rusos- ocasionó, junto a las fiebres tifoideas y otras epidemias, auténticas matanzas en los campos y en la ciudad de Auschwitz entre la población reclusa y entre los propios médicos alemanes y la población civil.
De ahí que ,durante toda la vida del campo, estas epidemias, aliadas, según algunos, a las duras condiciones de trabajo en esta zona pantanosa, al hambre y el calor o frío, causaron la muerte probablemente de 150.000 detenidos desde el 20 de mayo de 1940 al 18 de enero de 1945. Como viene siendo normal en tiempos de guerra y de propaganda bélica, a partir de estos dramáticos hechos se tejieron múltiples rumores. Hacia el final de la guerra y sobre todo en medios judíos de fuera de Polonia, se propagó la especie de que los alemanes mataban sistemáticamente ,siguiendo ordenes de Berlín.

Según estos rumores los nazis habían instalado 'fábricas de la muerte' especialmente para eliminar a los judíos, los disecaban vivos (vivisección), los quemaban vivos (en las fosas, en los altos hornos o en crematorios), o antes de quemarlos gaseaban a los judíos en mataderos químicos llamados 'cámaras de gas'. En todos estos rumores se recogen determinados mitos de la I Guerra Mundial. 
LCONFUSION DE LOS LIBERTADORES SOVIETICOS


Los soviéticos ocuparon Auschwitz el 27 de Enero de 1945. Lo que descubrieron era tan contrario a lo que propagaba la propaganda, que se puede afirmar que se quedaron boquiabiertos. Por su organización y sus instalaciones sanitarias - muy modernas a ojos de los soviéticos- este campo era todo lo contrario de un 'campo de exterminio'. Por eso durante varios días Pravda guardó silencio sobre el tema y, en un principio, los rusos no invitaron a comisión aliada alguna a venir a constatar sobre el terreno toda la verdad sobre Auschwitz.
Por fin el 1 de Febrero Pravda rompe su silencio. Pero únicamente para poner en boca de un prisionero -sólo uno- las siguientes frases: "Los hitlerianos asesinaron por medio de gas a los niños, a los enfermos, y a los hombres y mujeres que no podían trabajar, incinerando sus cadáveres en hornos especiales. En el campo había 12 hornos de estos".
Pravda añade que el número de muertos se cifra en miles, y no en millones. Al día siguiente el gran reportero oficial del periódico, el judío Boris Polevoi, aseguró que el medio esencial utilizado para exterminar a sus víctimas era... la electricidad.
"Se utilizaba una cadena eléctrica en las que centenares de personas eran asesinadas simultáneamente por la corriente eléctrica. Los cadáveres caían sobre una cinta transportadora movida por una cadena y los llevaban hacia el alto horno".

La propaganda soviética estaba desconcertada y, en sus películas, sólo pudo mostrar a las personas muertas o moribundas que los alemanes en retirada habían abandonado. Pero también dejaron, como lo demuestran las noticias de la época sobre la liberación del campo, numerosos niños y adultos vivos y gozando de buena salud. Pero entonces la propaganda judía vino a echar una mano a la propaganda soviética.


LA PROPAGANDA A FINALES DE 1944


Durante el verano de 1944 dos judíos evadidos de Auschwitz en el mes de abril se refugiaron en Eslovaquia. Allí con la ayuda de sus correligionarios, comenzaron a fabricar una historia de los campos de Auschwitz, Birkenau (campo anexo a Auschwitz) y Majdanek, en la que se describen estos campos como 'campos de exterminio'. El más famoso de estos judíos era Walter Rosenberg, más conocido con el nombre de Rudolf Vrba, que todavía vive en Canadá.
Su relato ,plagado de fantasías, pasó a los medios judíos de Hungría y Suiza, y por último llegó a los EEUU, donde tomó la forma de un informe dactilográfico que publicó el War Refugee Board, en noviembre de 1944, con el sello de la Presidencia de los EEUU. El War Refugee Board era un organismo creado por Henry Morgenthau junior (1891-1967), el Secretario del Tesoro que iba a hacerse célebre por su 'Plan Morgenthau' que, si se hubiese aplicado por Roosevelt y Trumann, habría llevado al aniquilamiento físico de millones de alemanes después de la guerra.
Este informe sirvió de matriz a la 'verdad oficial sobre Auschwitz'. Los soviéticos se inspiraron en él para redactar el documento URSS-008 del 6 mayo 1945. Tanto éste como el otro informe ruso sobre Katyn fueron considerados como documentos de 'valor auténtico' y que, por tanto, no se podían discutir en el proceso de Nuremberg. Según el citado informe ruso los alemanes habrían asesinado en Auschwitz más de 4.000.000 de personas, la mayoría de las cuales habían sido gaseadas con un insecticida llamado Zyclon B. Pero esa 'verdad oficial' iba a hundir se en 1990.

LA CONFESION DE RUDOLF HOSS


El 15 de abril de 1946, uno de los tres comandantes que tuvo Auschwitz, Rudolf Hoss -al que no hay que confundir con Hess- confesó bajo juramento ante sus jueces y ante los periodistas de todo el mundo que, en la época en que dirigió el campo -es decir del 20 de mayo de 1940 al 1 de diciembre de 1943- al menos 2.500.000 de detenidos de Auschwitz habían sido ejecutados con el gas y que, al menos, otros 500.000 habían sucumbido de hambre y de enfermedades, lo que arrojaba una cifra de unos 3.000.000 de muertos sólo en este periodo. En ningún momento Hoss fue interrogado por la acusación o por la defensa sobre la 'materialidad' de los hechos extraordinarios que contaba. Fue entregado a los polacos. Bajo la vigilancia de sus carceleros comunistas redactó a lápiz una confesión en toda regla. Tras lo cual fue ahorcado en Auschwitz el 16 de abril de 1947.
Curiosamente hubo que esperar a 1968 para tener acceso parcial a esta confesión ,conocida por el gran público como 'Commandant á Auschwitz'.


IMPOSIBILIDADES FISICO QUIMICAS


La descripción ,extremadamente corta e imprecisa, de la operación de gaseamiento de los detenidos, tal como la cuenta Hoss en su confesión escrita, era materialmente imposible de realizar por razones físicas y químicas. No hay que confundir un gaseamiento para matar con un gaseamiento accidental o suicida. El objetivo de una ejecución por gaseamiento es matar sin ser matado.
El Zyclon B es un insecticida a base de cianhídrico utilizado desde 1922, y que todavía se usa hoy en día. Es de una gran peligrosidad, se adhiere a las superficies y es muy difícil de eliminar, además de ser explosivo. Los americanos utilizan el gas cianhídrico para ejecutar las penas de muerte en algunos Estados. Una cámara de gas para ejecutar es necesariamente una obra muy sofisticada y el procedimiento para las ejecuciones por gaseamiento es largo y peligroso. Pues bien, en sus declaraciones Hoss decía que el equipo encargado de sacar 2.000 cadáveres de una cámara de gas entraba en ella desde el momento en que se ponía en marcha el ventilador y procedía a esa labor hercúlea comiendo y fumando, es decir sin máscara de gas. Imposible. Nadie podría haber entrado así en un lugar con ácido cianhídrico para manipular miles de cadáveres llenos de cianuro, y a los que no se les puede tocar porque quedan impregnados de un fortísimo veneno que mata por contacto. Incluso con una máscara de gas dotada de un filtro especial para cianuro la tarea habría sido imposible, porque estos filtros no podrían resistir en caso de respiración acelerada debido a un esfuerzo físico, incluso de baja intensidad.

LA RESPUESTA A 34 HISTORIADORES


En Le Monde del 29 de diciembre de 1978 y del 16 enero 1979 expuse brevemente las razones por las que, conociendo los lugares y el pretendido procedimiento seguido, estimaba que los gaseamientos de Auschwitz eran técnicamente imposibles.
El 21 de febrero de 1979, siempre en Le Monde, apareció una declaración de 34 historiadores que concluía así: "No hay que preguntarse cómo han sido posibles técnicamente tal matanza masiva. Ha sido técnicamente posible porque se llevó a cabo". A mi juicio los 'exterminacionistas', como yo les llamo, firmaban así una capitulación total. Desde la perspectiva científica e histórica el mito de las cámaras de gas acababa de recibir su golpe mortal. Desde esta fecha ninguna obra exterminacionista aporta ninguna clarificación sobre este punto y menos todavía la obra de Jean Claude Pressac falazmente titulada Auschwitz: técnica y Operación de las cámaras de gas. Pues bien, se ha terminado el tiempo en que los historiadores se atrevían a decirnos que eran auténticas las cámaras de gas presentadas a los turistas como 'en estado original' o 'en estado de reconstrucción' o 'en estado ruinoso'. Las pretendidas cámaras de gas de Auschwitz no eran más que cámaras de frío para la conservación de los cadáveres que esperaban su cremación, tal como lo atestigüan los planos que descubrí en 1976.


ENSEÑEMELOS O DIBUJEMELOS


En el mes de marzo de 1992 lancé en Estocolmo un desafío de alcance internacional: 'Enseñenme o dibujenme una cámara de gas nazi'. Precisé que no se trataba de presentar un edificio donde supuestamente hubo una cámara de gas, ni un lienzo o muro o puerta o cabello ni zapato. Lo que pedía era una representación completa del arma del crimen, de su técnica y su funcionamiento. Añadía que si a estas alturas se pretendía decir que los alemanes habían destruido las cámaras, al menos que me las dibujasen y enseñasen sus planos, de donde se fabricaron, etc...
Es decir, me negaba a creer en una 'realidad material' desprovista de representación material.

EL HOLOCAUST MEMORIAL MUSEUM


El 30 de agosto de 1994 visité el Holocaust Memorial Museum de Washington. No encontraba allí ninguna representación material física de la mágica cámara de gas. Entonces ,en su despacho y ante cuatro testigos, le pedí a Michel Berenboum, Director del Museo, que me explicase esta anomalía.
Después de ponerse como una fiera, terminó por contestarme que 'se había tomado la decisión de no proporcionar ninguna representación física de las cámaras de gas nazis'. Ni siquiera procuró invocar la existencia en su Museo de una maqueta auténtica del crematorio II de Birkenau. Sabía que esa maqueta ,que de hecho no se reproducía en su libro-guía del Museo, no era más que una mera creación artística sin relación con la realidad.


EL DERRUMBAMIENTO EXTERMINACIONISTA


Tuve la ocasión de recordarle a Mr. Berenboum algunos acontecimientos desastrosos para la causa exterminacionista.
En 1968, en su tesis doctoral, la historiadora judía Olga Wormser-Migot había reconocido que existía un problema de las cámaras de gas' y había escrito que en Auschwitz I no habían cámaras de gas esa misma cámara que visitan millones de turistas! .
En 1983 un británico, aunque defensor de la leyenda de Auschwitz, revela como Rudolf Hoss antes de testimoniar ante el Tribunal de Nuremberg había sido brutalmente torturado por miembros judíos de la Seguridad Militar inglesa, y luego había acabado por declarar su culpa a fuerza de recibir patadas, golpes, latigazos, exposiciones a frío y privación de sueño.
En 1985 ,en el primer proceso contra E. Zundel en Toronto, el testigo número uno, Rudolf Vrba y el historiador número uno de la tesis exterminacionista, Raul Hilberg, se vinieron abajo en el contra-interrogatorio conducido por el abogado Douglas Christie, a quien yo asesoraba.
En 1988 el historiador judío americano Arno Mayer, que aseguraba creer en el genocidio y en las cámaras de gas, escribía: "Las fuentes para el estudio de las cámaras de gas son a la vez escasas y poco fiables. Además desde 1942 hasta 1945 en Auschwitz seguramente murieron más judíos por las llamadas 'causas naturales', que por las 'innaturales'".
En 1992 el profesor Yehuda Bauer de la Hebrew University de Jerusalem calificaba de "tonta" la tesis según la cual la decisión de exterminar a los judíos había sido tomada el 20 de Enero del 42 en Berlín-Wunsee.
En 1993 J C Pressac, que en 1989 había evaluado el número de muertos en Auschwitz en una cifra comprendida entre 1.500.000 y 2.000.000, la evaluaba ahora en 775.000. Y en 1994 lo volvía a hacer en una cifra entre 630.000 y 700.000.
Ese mismo año el profesor Christopher Browning, colaborador de la Enciclopedia del Holocausto declaraba: "Hoss fue siempre un testigo muy débil y confuso. Por eso los revisionistas lo sacan a relucir siempre para tratar de desacreditar la memoria de Auschwitz".
Hasta comienzos de 1990 cualquiera podía constatar en Auschwitz que ,en las 19 placas de metal del gran monumento de Birkenau, estaba escrito en 19 lenguas diferentes que 4.000.000 de personas habían muerto en ese campo.
Ahora bien, esas placas fueron retiradas hacia el mes de abril de 1990 por las autoridades del museo de Auschwitz, que siguen hoy aun sin saber que poner para reemplazar a la placa falsa ante la cual vinieron a inclinarse todos los grandes de este mundo, incluido el Papa Juan Pablo II.
En apoyo de sus tesis los revisionistas disponen de tres peritajes distintos (F. Leuchter, G Rudolf, W. Lüftl) e incluso del inicio de un peritaje polaco. Mientras los exterminacionistas no se atreven todavía a poner en marcha un peritaje del arma del crimen.
Todos los supervivientes judíos de Auschwitz, especialmente los niños, es decir los que nacieron en el campo o vivieron allí su más tierna infancia, son pruebas vivientes de que Auschwitz nunca pudo ser un campo de exterminio.
No sólo no ha existido una sola orden, ni un plan, ni huella alguna de instrucción o de presupuesto para esta vasta operación de exterminio sistemático de los judíos, no sólo no existe ni un sólo informe de autopsia que establezca la muerte de algún detenido por un gas-veneno, ni un sólo peritaje del arma del crimen, sino que además no existe ni un sólo testigo de las cámaras de gas, a pesar de lo que algunos autores nos quieran hacer creer. En La Nuit, testimonio autobiográfico publicado en 1958, Elie Wiesel no menciona ni una sola vez las cámaras de gas de Auschwitz.Dice que los judíos eran exterminados en hornos grandes. En Enero de 1945 los alemanes le dieron a escoger, tanto a él como a su padre, entre esperar a los soviéticos en el mismo campo o escapar hacia Alemania. Después de una detenida reflexión el padre y el hijo decidieron huir con sus 'exterminadores' alemanes antes de esperar a sus liberadores soviéticos. Esto se encuentra escrito con todo detalle en La Nuit, a la que basta leer atentamente.


LA MENTIRA DE AUSCHWITZ


En 1980 declaré: "Atención, ninguna de las 60 palabras de la frase que voy a pronunciar me ha sido dictada por una opinión política:
El pretendido genocidio de los judíos y las pretendidas cámaras de gas hitlerianas forman una misma y única mentira histórica, que ha permitido una gigantesca estafa político- financiera, cuyos principales benificiarios son el Estado de Israel y el sionismo internacional, y cuyas principales víctimas son el pueblo alemán -pero no sus dirigentes- y todo el pueblo palestino".
Hoy no veo ni una sola palabra que haya que retirar de esa declaración, a pesar de los procesos, las agresiones físicas, las multas que he sufrido desde 1978 y a pesar del encarcelamiento, exilio o persecución de tantos revisionistas. El revisionismo histórico es la gran aventura intelectual de finales de este siglo.
Sólo siento una cosa: no tener espacio suficiente -dadas las limitaciones de este artículo- para rendir homenaje a los cien autores revisionistas que, desde el francés Paul Rassinier, pasando por el americano Arthur Butz, el aleman Wilhelm Stäglich, el italiano Carlo Mattogno y el español Enrique Aynat, acomularon tantas investigaciones extraordinariamente meritorias sobre la realidad histórica de la II Guerra Mundial.
Para terminar los revisionistas no son negadores ni están animados de sombrías intenciones. Intentan decir lo que pasó. Son positivos. Lo que anuncian es una buena noticia.
Continuan proponiendo debates públicos, con luz y taquígrafos, aunque hasta ahora se les ha respondido sólo con insultos, violencias, la fuerza injusta de la ley o también con vagas consideraciones políticas, morales o filosóficas. La leyenda de Auschwitz debe dar paso a los historiadores, a la verdad de los hechos.

martes, 29 de julio de 2014

El ocio como formación cultural

Los medios de masas son propiedad del capitalismo, incluso cuando son de propiedad estatal dependen de los anuncios de las grandes empresas o del poder de partidos endeudados y dominados por el poder económico.
Por eso hoy en las escuelas de valora estudiar inglés o informática pero no filosofía o Historia del Arte. La formación oficial debe dirigirse por el Sistema a lo profesional, a servir para ser un trabajador, no para la formación humana y de Valores, para eso se usa los medios de propaganda masivos basados en el ocio y la diversión superficial.
Nosotros no debemos temer el debate, la oposición a la exposición de nuestras ideas, porque si no podemos defenderlas con la razón y el debate NO son NUESTRAS IDEAS, no defendemos utopías falsas sino la Verdad natural. No hay pues que hacer como hace la democracia: condenar a prisión quien dude o debate la lamentable versión holocaústica o las razas, y censurar toda idea contraria al ‘Pensamiento único de obligada creencia’ del sistema en los medios de masas. No tenemos miedo a una formación de la juventud en el debate y la búsqueda de la Verdad. El mundo actual no desea ningún tipo de formación humana, integral, estricta para la juventud. Ni siquiera en las escuelas del sistema se trata de dar una formación como tal, seria y doctrinal. Las asignaturas de ‘Educación Cívica’ suelen ser mínimas, sin interés ni importancia, como no se la da tampoco a la educación física. Hay a menudo solo un machaque sobre el tema del Holocausto y la maldad del fascismo, y una alabanza general sobre la democracia y el progresismo, pero poco más.
Así pues parece superficialmente que el Sistema no tiene interés en una formación ideológica propia para la juventud, pero eso es solo la apariencia.
En realidad el lavado de cerebro va a ser intensísimo y constante, pero no se lleva a cabo por una formación escolar o reglada en asignaturas o cursos.
 No se desea que la juventud ‘piense’, tenga oportunidad de debatir o de meditar. Eso es lo último que desea el Sistema. Las clases de filosofía se anulan cada día más, y se procura que no sean profundas en absoluto.
La base es que la juventud no medite, se forme en cambio, inconscientemente, a través de la diversión, el ocio, lo superficial, la TV, el cine o las revistas.
Es a través de esas actividades de ocio promovidas por el sistema, la música de ruido y baile sexista, la propaganda superficial de la Televisión, los anti valores expresados en el cine, las revistas y los ejemplos de actrices, modelos o deportistas, pura chusma infrahumana, son todos estos temas los que mal-educan a la juventud actual sin que ella misma se dé cuenta, y por ello, no pueda meditar ni debatir esa deformación que recibe. 

La recepción inconsciente de ideas y valores decadentes es una forma fantástica para generar una mentalidad dada sin capacidad de crítica o de debate, sin poder escuchar argumentos en pro o en contra, lo que impone una mentalidad de ‘recepción incondicional’ frente a la ‘formación por la reflexión’.
Pongamos un ejemplo: alno darse ninguna formación musical, cuando los jóvenes van a uno de esos mal llamados ‘conciertos’ de música bailable, rítmica, bajo una presentación normalmente sexista, se genera la creencia de que ‘eso es el arte musical’, y la mayoría de nuestra juventud no conoce en absoluto el desarrollo musical de Bach, Beethoven, Wagner etc….

Sin una formación en Arte pueden acepar que las manchas sean cuadros, sin un conocimiento de la literatura clásica pueden conformarse con leer las novelitas premiadas actuales.
Al presentárseles como ejemplos constantes las vidas repulsivas de modelos, cantantes o artista del cine y la TV, ignoran la formación que da conocer a los héroes, los ejemplos de vidas nobles y entregadas.

El ocio es hoy la verdadera escuela de deformación humana, mientras todo esfuerzo y trabajo serio es considerado aburrido y ‘anticuado’, y todo debate serio que contuviera algunas posiciones contrarias al sistema sería considerado un error ‘fascista’.
Hoy en día el debate, la contraposición de opiniones diversas es un tema ‘nuestro’, que debemos apoyar, mientras que el Sistema desea el Pensamiento Único, sin posibilidad de debate alguno, impuesto de forma semi inconsciente, sin esfuerzo, de forma que la ‘democracia’ sea la excusa para la ocultar la dictadura de los medios de la masas en la formación de la juventud.

Opiniones de más Revisionistas

Por décadas, ningún abogado y ningún periodista se han atrevido a cuestionar los embustes judíos que se presentaron como testimoniales de las “cámaras de gas”, y así estos embusteros fueron capaces de ir de un proceso legal a otro y de una conferencia de prensa a otra sin temor a ser desmentidos. 

Esta situación cambió en 1985, en el proceso del alemán de nacimiento Ernst Zundel en Canadá. Un revisionista suizo, Juergen Graf, ha recolectado y analizado 30 testimonios sobre los supuestos gaseos homicidas en Auschwitz . Las declaraciones en estos testimonios caían en contradicciones técnicas y lógicas, y que ponían en entredicho su valor como evidencia. He aquí algunos ejemplos:
En los crematorios modernos, la incineración de un cadáver toma alrededor de una hora en promedio, pero según los testigos, este mismo procedimiento sólo requería una fracción de ese tiempo en Auschwitz. El judío checo Dov Paisikovic afirmó que tomaba sólo 4 (cuatro) minutos reducir un cadáver a cenizas. El judío húngaro Miklos Nyiszli reportó que 46 hornos en Birkenau podían incinerar 20 mil cadáveres por día.
Rudolf Hoess fue más modesto en sus “estimaciones”, después que los británicos lo extraditaron a Polonia donde posteriormente fue ahorcado, declaró que en Auschwitz 3 cadáveres podían ser incinerados en un solo quemador en sólo 20 minutos, pero incluso esta cifra es nueve veces inexacta. 

Algunos exprisioneros de Auschwitz, como el judío polaco Henry Tauber, afirmaron que los cadáveres podían ser incinerados sin el uso de algún comburente: es generalmente bien conocido que el cuerpo humano está constituido por al menos 60% de agua y que no se quemará sin la ayuda de algún comburente. Aún así, los historiadores del “Holocausto” como J. C. Pressac, quien considera a Tauber como un testigo presencial particularmente confiable, no toma en serio esta condición física del asunto.

Otros testigos oculares sostuvieron que los prisioneros judíos que supuestamente tenían que desalojar las cámaras después de su uso, realizaban esta labor sin máscaras antigases en un ambiente saturado de gas cianuro de hidrógeno. Un famoso “superviviente del Holocausto” fue el judío eslovaco Filip Mueller, cuyo repulsivo best-seller titulado “Sonderbehandlung”, es citado por Raul Hilberg no menos de veinte veces en su libro de referencia sobre el “Holocausto” ¡y en donde se describe a sí mismo comiendo una tarta dentro de la cámaraa en un ambiente saturado de gas cianuro de hidrógeno!
Por supuesto, es imposible que los testigos coincidieran en la misma versión absurda sin haberse puesto previamente de acuerdo. El 2 de febrero de 1945, una semana después de la liberación de Auschwitz, el diario soviético “Pravda” había reportado una “cinta trasportadora” por medio de la cual “cientos de personas fueron asesinadas simultáneamente con una corriente eléctrica”. 

El corresponsal del Pravda, el judío Boris Polevoi, también mencionó las cámaras de gas, pero situadas incorrectamente, no en Birkenau, al oeste del campo principal, sino al este de Auschwitz. Posteriormente los comunistas polacos se ocuparon del asunto para que no volviese a repetirse esta clase de errores comprometedores. Tuvieron a su disposición muchos exprisioneros de Auschwitz antes de que declarasen ante una comisión, y se aseguraron que tales testigos coincidieran sobre el arma homicida y su localización. 

Las flagrantes imposibilidades que aún caracterizaron las declaraciones más o menos unánimes de los testigos sólo se explican por el hecho que acordaron qué decir antes de testificar o que fueron instruidos de antemano en lo que debían decir. Así, un testigo tras otro declaró que 4 millones de personas fueron asesinadas en Auschwitz.
El abogado de Zundel, Douglas Christie, sin clemencia interrogó al testigo número uno de las cámaras de gas, Rudolf Vrba. En abril de 1944, Vrba, un judío eslovaco, había volado desde Auschwitz junto con su compatriota y también judío Alfred Wetzler. En noviembre del mismo año, Vrba y Wetzler elaboraron un reporte en el cual describieron a Auschwitz como un campo de exterminio y fue publicado en Nueva York como parte del llamado ‘Reporte de la Junta de 
Refugiados de Guerra’. 

Veinte años después, Vrba escribió un libro sobre su estadía en Auschwitz.
En las páginas 10 a la 13 describió que Himmler visitó Auschwitz en enero de 1943, según él, un nuevo crematorio fue inaugurado durante esa visita, en Birkenau, junto con el gaseo e incineración de 3 mil judíos, mientras que el líder de las SS Heinrich Himmler observaba la agonía de las víctimas a través de la mirilla de la puerta de la cámara de gas. 


¿Habría estudiado Vrba algún documento por medio del cual se habría enterado que Himmler visitó Auschwitz por última vez en julio de 1942 y que el primer crematorio de Birkenau fue abierto en marzo de 1943?
Cuando Christie preguntó a Vrba si realmente había visto personalmente a Himmler en esa ocasión y como había afirmado en su libro, Vrba respondió: “Quizás fué él, quizás sólo fue un enviado. No creo que exista una gran diferencia”. Christie insistió: “¿Quisiera decir a esta corte si realmente vió a Himmler observando a través de la mirilla de la cámara de gas?” Vrba respondió: “No, no diría que estuve presente cuando él estaba observando a través de la puerta de la cámara, pero consigné un relato que escuché muchas veces de muchas personas”. 

Christie objetó: “Pero en su libro escribió que usted había visto todo y no menciona que sólo lo había escuchado de otros.” El impostor finalmente aceptó !que había utilizado “licencia poética” al escribir su libro!

Así, la terrible acusación de genocidio descomunal en contra de la nación alemana, desde 1945 está fundamentada en las mentiras de rentables embusteros como Rudolf Vrba, Filip Mueller y Elie Wiesel, adicionalmente de las confesiones del excomandante de Auschwitz Rudolf Hoess, quien fue torturado por tres días por interrogadores británicos antes de que firmara su declaración ante sus atormentadores que ya la habían preparado.
Si Auschwitz hubiese sido un campo de exterminio para judíos, virtualmente ningún judío habría sobrevivido, pero las memorias de los exprisioneros de Auschwitz podrían llenar una biblioteca. Sobrevivientes que hicieron de su experiencia una profesión, como Elie Wiesel, y quien se presenta a sí mismo como testigo viviente del Holocausto, representan, de hecho, pruebas vivientes que la supuesta exterminación de judíos nunca sucedió.

Incluso el trágico destino de la familia Frank no cuadra con el relato oficial de Auschwitz. La joven judía Ana Frank, quien se volvió mundialmente famosa después de su muerte gracias a su diario, el cual Robert Faurisson ha demostrado que fue escrito en gran parte por el padre de la niña después de la guerra, fue deportada de Amsterdam a Auschwitz en agosto de 1944.

Poco la después de esto, los alemanes comenzaron a evacuar el campo de Auschwitz debido a su cada vez peor situación militar. Ana y su hermana fueron enviadas a Bergen-Belsen en donde en poco tiempo sucumbieron ante el tifus, antes del fn de la guerra. Su madre murió en Auschwitz en enro de 1945, lo cual significa que bajo la versión oficial no pudo haber sido gaseada ya que ésta dice que los gaseos cesaron en octubre o noviembre de 1944. 

Su padre Otto sobrevivió a la guerra y murió en Suiza décadas después. El ejemplo de la familia Frank muestra que, mientras que los judíos eran intensamente perseguidos y grandes cantidades de ellos murieron debido a las pobres condiciones de los campos, nunca existió una política de exterminio. Si tal política hubiese existido, toda la familia hubiese sido gaseada en Auschwitz.
Muchos judíos fueron transferidos de un campo a otro sin riesgo de ser asesinados, de esta manera, Israel Gutman, quien posteriormente llegó a ser editor de la ‘Enciclopedia del Holocausto’, sobrevivió a Auschwitz, Majdanek, otro “campo de exterminio”, Mauthausen y Gunskirchen. 


Un tal Samuel Zylbersztain, judío polaco, sobrevivió a no menos de diez campos: El “campo de exterminio” de Treblinka, el “campo de exterminio” de Majdanek ¡y a ocho “campos ordinarios” en el transcurso! Incidentalmente, estas transferencias frecuentes eran debido a la falta de mano de obra para la producción de guerra alemana: Los prisioneros eran enviados donde eran requeridos. Por supuesto, estos incesantes viajes facilitaron la transmisión de enfermedades infecciosas. ¡No necesitaríamos de las patrañas de las cámaras de gas para explicar las altas tasas de mortalidad en los campos de concentración!
Así, los incontables exprisioneros judíos de los campos de concentración quienes escribieron sus memorias después de la guerra, deben explicar cómo hicieron para sobrevivir a la “fábrica de muerte nazi”, de forma rutinaria ellos lo atribuyen a un milagro. 


De esta manera, un tal Moshe Peer afirmó en 1993 que había sobrevivido a no menos de seis gaseamientos en Bergen-Belsen, lo que hizo decir al humorista judío Ephraim Kishon: “Maravíllense, estuve de camino al campo de exterminio, pero fui capaz de escapar volando, ¡fue un milagro!” 

La Mistificacion de Auschwitz- M. Soroush-Nejad

La Mistificación de Auschwitz, una maquinación del Sionismo’ por M. Soroush-Nejad
Quizás la mayor mentira de la historia se delineó formalmente en 1946 durante los procesos de Nuremberg, en donde los victoriosos aliados, conjuntaron sus esfuerzos para validar el sufrimiento judío antes y durante la II Guerra Mundial. Ahí trataron de justificar sus prejuicios hipócritas en contra de los vencidos alemanes dependiendo casi exclusivamente en las llamadas confesiones del primer comandante de Auschwitz, Rudolf Hoess.
Hoess, quien habría desaparecido al finalizar la guerra y adoptara una nueva identidad bajo el nombre Franz Lang, vivió y permaneció escondido en una granja al norte de Alemania. Ahí fue descubierto y capturado por sus cazadores en 1946 y fue llevado para interrogársele a las oficinas de Nuremberg.
Su interrogatorio fue conducido por un célebre equipo británico, especialistas en tortura bajo la dirección de un sargento judío del ejército británico llamado Bernard Clark. Después de tres días de intensa indagación, su inquisidor fue capaz de obtener una declaración de él en la cual cláramente confesaba haber gaseado 2.5 millones de personas, con un total de 3 millones durante su periodo como comandante del campo hasta que cerró en Noviembre de 1943.
Estas cifras obtenidas bajo coacción fueron las primeras grandes ‘meteduras de pata’ de Clark y sus colegas interrogadores. El historiador polaco Franciszek Piper, director del departamento histórico del museo de Auschwitz, fijó el número de prisioneros enviados a Auschwitz desde abril de 1940 a enero de 1945 en 1.3 millones. Según la confesión de Hoess, él habría visitado los campos de Belzec y Treblinka en junio de 1941, en realidad, Belzec fue abierto en marzo de 1942 y el de Treblinka en julio de 1942.
Así, la piedra fundamental de la ‘historiografia oficial’ de Auschwitz es una confesión obtenida por medio de la tortura. Demostraremos en otros artículos la auténtica história de Auschwitz y el destino de los judíos durante la II Guerra Mundial.

El campo de concentración de Auschwitz estaba situado en la Alta Silesia, nadie niega que ese fue un terrible lugar de sufrimiento humano, como demostraremos más tarde, aproximadamente 150 mil prisioneros murieron en Auschwitz, en su mayor parte por enfermedades tales como el temido tifus que era transmitido por los piojos, también por alimentación deficiente y agotamiento. Por supuesto, también ocurrieron algunas ejecuciones y ahorcamientos debidos a actos de resistencia y sabotaje.

El número de aproximadamente 150 mil víctimas significa que cerca del 38% de los 400 mil prisioneros registrados murieron en ese lugar, Sin embargo, según la ‘historia oficial’ de Auschwitz, estas 150 mil víctimas sólo representaron una pequeña parte del total de muertos.
Los historiadores exterminacionalistas afirman que Auschwitz no sólo sirvió como campo de trabajo sino también como campo de exterminio en donde los judíos de varios países europeos fueron asesinados en masa usando el pesticida ‘Zyklon B’. Según estos historiadores, los judíos que eran aptos para el trabajo eran perdonados de este destino temporalmente, mientras que los demás eran asesinados inmediatamente en las “cámaras de gas” sin haber sido previamente registrados. Según estos historiadores, los gaseos comenzaron a principios de 1942 en la morgue del crematorio de lcampo principal de Auschwitz (Auschwitz I). Desde la primavera de 1942 a la primavera de 1943, dos graneros en Birkenau, a dos millas del campo principal, presuntamente fueron utilizados como cámaras de gas. Desde la primavera de 1943 se dice que los gaseos en masa sucedieron en los cuatro crematorios de Birkenau.

En el proceso de Nuremberg, los soviéticos afirmaron que no menos de 4 millones de personas fueron asesinadas en Auschwitz, pero ningún historiador occidental jamás se ha atrevido a aceptar esta ridícula cifra. Raul Hilberg coloca el total de muertes en Auschwitz en 1 millón de judíos y 250 mil no-judíos, y en 1994, Jean-Claude Pressac, a quien los medios de comunicación entusiastamente le adjudican haber refutado a los revisionistas, declaró que entre 630 mil y 710 mil personas, judíos y no-judíos, murieron en Auschwitz.
Son significativas estas notables reducciones del número de muertos en Auschwitz y que no parecen afectar el sacrosanto número de los 6 millones de “víctimas del Holocausto”. Este número permanece tan inamovible como las pirámides de Egipto. Imagínese que se tienen 6 manzanas en una canasta, alguien come una, dos o incluso tres de ellas, pero al final siempre se tienen 6 manzanas en la canasta, de este tipo es la aritmética del Holocausto.
Mientras que los historiadores exterminacionalistas describen a Auschwitz como una fábrica de la muerte, los revisionistas sólo lo han considerado como un extenso campo de trabajo, con el fin de determinar quién tiene la razón, tenemos que resolver la cuestión capital de las cámaras de gas homicidas, ya que si no se prueba la existencia de éstas, no existe el arma homicida y consecuentemente el Holocausto tampoco.


El hecho que la evidencia para el “mayor crímen de la historia” solamente recaiga en declaraciones de testigos, es muy embarazoso para los historiadores proholocaustistas, ya que en numerosas ocasiones ha sido demostrado la falta de congruencia de los testigos, particularmente de los judíos. En los Estados Unidos, Frank Walus, un obrero retirado de origen polaco, le fue promovido un juicio por parte de Simón Wiesenthal y su camarilla, acusándolo de atrocidades inimaginables en un campo de concentración alemán. No menos de 11 falsos testigos judíos declararon bajo juramento que habían visto personalmente a Walus torturando y asesinando a prisioneros judíos. Walus gastó casi todos sus ahorros y se endeudó para sostener su defensa. Finalmente obtuvo documentación desde Alemania que demostraba que durante toda la guerra él se había dedicado a labores de agricultura en una granja en Bavaria. La acusación se vino abajo y Walus fue absuelto.
Durante la guerra y en el periodo de postguerra inmediato, existieron toda clase de reportes truculentos de testigos que hablaban sobre judíos siendo exterminados por medio de electrocución, vapor y fuego. En 1945, el judío húngaro Stefan Szende afirmó que en el campo de Belzec millones de judíos habían sido asesinados en gigantescas celdas subterráneas: “El piso era metálico y sumergible. Los pisos de esos calabozos, con miles de judíos sobre ellos, se sumergían en agua que estaba contenida por un gran embalse, pero sólo hasta un nivel que sobrepasaba las caderas, entonces se enviaba una corriente eléctrica a través del agua. Después de unos momentos, todos los judíos, miles, de una sola vez morían.”
Durante el proceso de Nuremberg, las autoridades polacas rindieron un reporte sobre Treblinka, según el cual, cientos de miles de personas habían sido asesinadas con vapor en ese campo. Ya en el año 1958, el nada confiable Elie Wiesel escribió que los alemanes acostubraban quemar en vida a los judíos en Auschwitz. “No muy lejos de aquí, emergían llamas resplandecientes de una fosa, llamas gigantescas, en las cuales ellos solían realizar incineraciones, un camión se acercaba hasta el borde y arrojaba su carga en la fosa, la cual estaba constituida ¡por niños pequeños y bebés!, ¡si, yo lo he visto con mis propios ojos!” Ningún historiador jamás ha reafirmado que los alemanes hayan quemado a los judíos en vida. Según el relato ofcial del “Holocausto”, fueron gaseados, pero aunque Wiesel pasó 8 meses en Auschwitz, nunca mencionó las cámaras de gas en su libro ‘La Nuit / La Noche’.
En el periodo de la postguerra, existieron numerosas declaraciones de testigos sobre gaseos homicidas en el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich. Así, el médico checo Franz Blaha, declarando bajo juramento en el proceso de Nuremberg, declaró he él personalmente examinó los cadáveres de las personas gaseadas en ese campo. Pero los historiadores en la actualidad llegaron a la concusión que no existieron cámaras de gas en Dachau. ¿Por qué los reportes de los testigos correspondientes a supuestos gaseos en Auschwitz tendrían mayor credibilidad que los reportes dados sobre Dachau?