La Mistificación de Auschwitz, una maquinación del Sionismo’ por M. Soroush-Nejad
Quizás la mayor mentira de la historia se delineó formalmente en 1946 durante los procesos de Nuremberg, en donde los victoriosos aliados, conjuntaron sus esfuerzos para validar el sufrimiento judío antes y durante la II Guerra Mundial. Ahí trataron de justificar sus prejuicios hipócritas en contra de los vencidos alemanes dependiendo casi exclusivamente en las llamadas confesiones del primer comandante de Auschwitz, Rudolf Hoess.
Hoess, quien habría desaparecido al finalizar la guerra y adoptara una nueva identidad bajo el nombre Franz Lang, vivió y permaneció escondido en una granja al norte de Alemania. Ahí fue descubierto y capturado por sus cazadores en 1946 y fue llevado para interrogársele a las oficinas de Nuremberg.
Su interrogatorio fue conducido por un célebre equipo británico, especialistas en tortura bajo la dirección de un sargento judío del ejército británico llamado Bernard Clark. Después de tres días de intensa indagación, su inquisidor fue capaz de obtener una declaración de él en la cual cláramente confesaba haber gaseado 2.5 millones de personas, con un total de 3 millones durante su periodo como comandante del campo hasta que cerró en Noviembre de 1943.
Estas cifras obtenidas bajo coacción fueron las primeras grandes ‘meteduras de pata’ de Clark y sus colegas interrogadores. El historiador polaco Franciszek Piper, director del departamento histórico del museo de Auschwitz, fijó el número de prisioneros enviados a Auschwitz desde abril de 1940 a enero de 1945 en 1.3 millones. Según la confesión de Hoess, él habría visitado los campos de Belzec y Treblinka en junio de 1941, en realidad, Belzec fue abierto en marzo de 1942 y el de Treblinka en julio de 1942.
Así, la piedra fundamental de la ‘historiografia oficial’ de Auschwitz es una confesión obtenida por medio de la tortura. Demostraremos en otros artículos la auténtica história de Auschwitz y el destino de los judíos durante la II Guerra Mundial.
El campo de concentración de Auschwitz estaba situado en la Alta Silesia, nadie niega que ese fue un terrible lugar de sufrimiento humano, como demostraremos más tarde, aproximadamente 150 mil prisioneros murieron en Auschwitz, en su mayor parte por enfermedades tales como el temido tifus que era transmitido por los piojos, también por alimentación deficiente y agotamiento. Por supuesto, también ocurrieron algunas ejecuciones y ahorcamientos debidos a actos de resistencia y sabotaje.
El número de aproximadamente 150 mil víctimas significa que cerca del 38% de los 400 mil prisioneros registrados murieron en ese lugar, Sin embargo, según la ‘historia oficial’ de Auschwitz, estas 150 mil víctimas sólo representaron una pequeña parte del total de muertos.
Los historiadores exterminacionalistas afirman que Auschwitz no sólo sirvió como campo de trabajo sino también como campo de exterminio en donde los judíos de varios países europeos fueron asesinados en masa usando el pesticida ‘Zyklon B’. Según estos historiadores, los judíos que eran aptos para el trabajo eran perdonados de este destino temporalmente, mientras que los demás eran asesinados inmediatamente en las “cámaras de gas” sin haber sido previamente registrados. Según estos historiadores, los gaseos comenzaron a principios de 1942 en la morgue del crematorio de lcampo principal de Auschwitz (Auschwitz I). Desde la primavera de 1942 a la primavera de 1943, dos graneros en Birkenau, a dos millas del campo principal, presuntamente fueron utilizados como cámaras de gas. Desde la primavera de 1943 se dice que los gaseos en masa sucedieron en los cuatro crematorios de Birkenau.
En el proceso de Nuremberg, los soviéticos afirmaron que no menos de 4 millones de personas fueron asesinadas en Auschwitz, pero ningún historiador occidental jamás se ha atrevido a aceptar esta ridícula cifra. Raul Hilberg coloca el total de muertes en Auschwitz en 1 millón de judíos y 250 mil no-judíos, y en 1994, Jean-Claude Pressac, a quien los medios de comunicación entusiastamente le adjudican haber refutado a los revisionistas, declaró que entre 630 mil y 710 mil personas, judíos y no-judíos, murieron en Auschwitz.
Son significativas estas notables reducciones del número de muertos en Auschwitz y que no parecen afectar el sacrosanto número de los 6 millones de “víctimas del Holocausto”. Este número permanece tan inamovible como las pirámides de Egipto. Imagínese que se tienen 6 manzanas en una canasta, alguien come una, dos o incluso tres de ellas, pero al final siempre se tienen 6 manzanas en la canasta, de este tipo es la aritmética del Holocausto.
Mientras que los historiadores exterminacionalistas describen a Auschwitz como una fábrica de la muerte, los revisionistas sólo lo han considerado como un extenso campo de trabajo, con el fin de determinar quién tiene la razón, tenemos que resolver la cuestión capital de las cámaras de gas homicidas, ya que si no se prueba la existencia de éstas, no existe el arma homicida y consecuentemente el Holocausto tampoco.
El hecho que la evidencia para el “mayor crímen de la historia” solamente recaiga en declaraciones de testigos, es muy embarazoso para los historiadores proholocaustistas, ya que en numerosas ocasiones ha sido demostrado la falta de congruencia de los testigos, particularmente de los judíos. En los Estados Unidos, Frank Walus, un obrero retirado de origen polaco, le fue promovido un juicio por parte de Simón Wiesenthal y su camarilla, acusándolo de atrocidades inimaginables en un campo de concentración alemán. No menos de 11 falsos testigos judíos declararon bajo juramento que habían visto personalmente a Walus torturando y asesinando a prisioneros judíos. Walus gastó casi todos sus ahorros y se endeudó para sostener su defensa. Finalmente obtuvo documentación desde Alemania que demostraba que durante toda la guerra él se había dedicado a labores de agricultura en una granja en Bavaria. La acusación se vino abajo y Walus fue absuelto.
Durante la guerra y en el periodo de postguerra inmediato, existieron toda clase de reportes truculentos de testigos que hablaban sobre judíos siendo exterminados por medio de electrocución, vapor y fuego. En 1945, el judío húngaro Stefan Szende afirmó que en el campo de Belzec millones de judíos habían sido asesinados en gigantescas celdas subterráneas: “El piso era metálico y sumergible. Los pisos de esos calabozos, con miles de judíos sobre ellos, se sumergían en agua que estaba contenida por un gran embalse, pero sólo hasta un nivel que sobrepasaba las caderas, entonces se enviaba una corriente eléctrica a través del agua. Después de unos momentos, todos los judíos, miles, de una sola vez morían.”
Durante el proceso de Nuremberg, las autoridades polacas rindieron un reporte sobre Treblinka, según el cual, cientos de miles de personas habían sido asesinadas con vapor en ese campo. Ya en el año 1958, el nada confiable Elie Wiesel escribió que los alemanes acostubraban quemar en vida a los judíos en Auschwitz. “No muy lejos de aquí, emergían llamas resplandecientes de una fosa, llamas gigantescas, en las cuales ellos solían realizar incineraciones, un camión se acercaba hasta el borde y arrojaba su carga en la fosa, la cual estaba constituida ¡por niños pequeños y bebés!, ¡si, yo lo he visto con mis propios ojos!” Ningún historiador jamás ha reafirmado que los alemanes hayan quemado a los judíos en vida. Según el relato ofcial del “Holocausto”, fueron gaseados, pero aunque Wiesel pasó 8 meses en Auschwitz, nunca mencionó las cámaras de gas en su libro ‘La Nuit / La Noche’.
En el periodo de la postguerra, existieron numerosas declaraciones de testigos sobre gaseos homicidas en el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich. Así, el médico checo Franz Blaha, declarando bajo juramento en el proceso de Nuremberg, declaró he él personalmente examinó los cadáveres de las personas gaseadas en ese campo. Pero los historiadores en la actualidad llegaron a la concusión que no existieron cámaras de gas en Dachau. ¿Por qué los reportes de los testigos correspondientes a supuestos gaseos en Auschwitz tendrían mayor credibilidad que los reportes dados sobre Dachau?
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