lunes, 7 de julio de 2014

Dejando las cosas claras..

La primera condición previa para crear algo en este mundo es que uno tenga una idea clara de lo que quiere conseguir y de cómo uno puede probablemente conseguirlo. Un escultor que quiere crear una obra de arte comienza con un concepto mental, y luego se dispone a concretarlo en su material elegido. Él no incursiona tentativamente con su cincel sobre un pedazo de mármol, preguntándose cuál será el resultado final.

Abordémoslo de una manera realista: la Derecha es mayormente un conglomerado lamentable de gente con ideas muy confusas. Ellos comprenden que algo está equivocado, pero rechazan abandonar el Antiguo Orden. En vez de ello, se aferran a él con toda su fuerza y quieren revertir la situación a como era hace 75 ó 100 años, pensando que eso resolverá todos sus problemas. Ellos simplemente dejan de ver que el caos en que estamos hoy es un resultado lógico del sistema que teníamos hace cien años, y que los fundamentos de aquel sistema no eran lo suficientemente buenos ni lo bastante estables para salvaguardarnos del desarrollo actual. El progenitor de la mayoría de nuestros problemas debe ser encontrado en la propia idea cristiana, cuya filosofía igualitaria y foránea y sus enseñanzas antinaturales le han robado a nuestra gente su alma, idea que ellos siguen elogiando como el escudo contra la decadencia que ellos ven alrededor suyo. Cuando fallan todos sus vanos intentos para frenar dicho desarrollo, ellos se frustran y se convierten en meros odiadores, porque no tienen una visión real ni tampoco una ideología.

Por lo tanto, es fundamental comprender que el Nacionalsocialismo no es una forma de derechismo extremo. Cualquiera que dentro de nuestras filas aún tenga tales nociones debería dedicarse a estudiar la idea del Nacionalsocialismo para encontrar su verdadero sentido y significado, o, si él no tiene la energía o la capacidad para hacer aquello, debería encontrar otra salida para sus actividades. ¡Este Movimiento no tiene espacio para aborrecedores frustrados o soñadores religiosos, sino sólo para dedicados revolucionarios nacionalsocialistas!. Se acepta casi universalmente que hay un abismo entre Nacionalsocialismo y Marxismo. Por la misma razón, sin embargo, los nacionalsocialistas ciertamente no son derechistas tampoco. El único punto en común que el Nacionalsocialismo parece tener con la Derecha es el tema racial. Pero aquí también hay una diferencia extrema en la perspectiva. Los derechistas creen que ser Blanco tiene un valor absoluto en sí mismo, que eleva a la raza aria sobre todos los otros organismos vivos y le da un derecho a hacer con el mundo lo que ella quiera. Como nacionalsocialistas, sin embargo, no estamos preocupados sólo por la vida y el bienestar inmediato de nuestra propia raza sino que vemos a la raza Blanca como parte del orden natural completo del universo, y nuestro deseo de preservarla está unido a nuestro deseo de conservar el medioambiente natural entero incluyendo a las otras razas humanas por un respeto profundo a la sabiduría inescrutable de la Naturaleza. Sin duda, nuestra raza tiene grandes posibilidades en su capacidad intelectual, pero sus capacidades no tienen absolutamente ningún valor como tal, sin embargo, si no se les da un uso correcto de acuerdo con las leyes de la Naturaleza. Durante demasiado largo tiempo hemos participado en el coro que reclama "Poder Blanco", y hemos ignorado el triste hecho de que nuestra raza ha tenido el poder absoluto durante al menos 2.000 años. Y es exactamente este poder el que ha conducido a la clase de sociedad que tenemos hoy. De este modo, no compartimos la creencia de la Derecha en la expansión tecnológica y económica continua, que ha conducido ya a la contaminación del aire y el agua y ha hecho de enormes áreas del mundo zonas no aptas para vivir para todas las especies, un desarrollo que significa que la capa de ozono en la atmósfera ha sido sistemáticamente destruída, de manera que las generaciones venideras van a ser expuestas a la radiación que amenaza a la vida, que los bosques tropicales que nos habían suministrado oxígeno han sido cortados para hacer espacio para el crecimiento industrial, y que los desiertos son irrigados de modo que el nivel de agua subterránea disminuye en las áreas fértiles, las que entonces se convierten en desiertos a su vez. Todo esto es el resultado del genio ario, sin el cual esto no habría existido, genio que no ha sido puesto a trabajar para construír un mundo mejor para nuestros hijos y nietos sino sólo para satisfacer la avaricia humana del momento, para asegurar una vida placentera ahora sin consideración por el futuro. Esta tendencia fatal, que según los estándares de la ley natural ciertamente ha puesto a los países Blancos industrializados de Occidente en un estado mucho más degenerado que cualquier sociedad llamada primitiva del Tercer Mundo, es violentamente apoyada por la Derecha, que parece pensar que todo estaría mejor sólo si los Negros, los judíos y los refugiados fueran expulsados. Sabemos que en sí mismo esto no cambiaría nada en absoluto. Nuestro objetivo es un renacimiento espiritual completo, y nuestra meta inmediata es definir y construír los fundamentos para este renacimiento, que es la única cosa que puede dar algún sentido a la lucha racial. Y esta lucha no debería ser entendida como una lucha contra otras razas sino como una lucha implacable contra la decadencia de nuestra propia raza. La sola apelación a la Raza como la base de una nueva sociedad carece de sentido, a menos que podamos vencer esta decadencia y encontrar nuestro camino de vuelta hacia los valores naturales. Nuestra raza sólo puede sobrevivir dentro del contexto del sistema actual, el que no queremos que sobreviva, porque entonces esto representaría simplemente la forma más grosera de la degeneración antinatural. La reclamación de "Poder Blanco" sólo puede lograr algún sentido si, mediante aquello, queremos significar el deseo de reactivar el poder de la Naturaleza como descansa de manera latente en el genio del hombre Blanco, cuyo deber es poner este poder en uso a fin de respetar el principio mismo de la vida.



Por supuesto, esto no significa que estemos a favor de alguna clase de multirracismo. La raza es una de las piedras angulares del orden natural, y por ello debe ser defendida como todos los otros principios naturales. Esto ciertamente no significa que el color blanco de la piel de uno sea necesariamente un sello de calidad humana. La raza Blanca ha posibilitado que el mundo se deslice hacia el borde del desastre, y a menos que pueda ser llevada a comprender que la calidad de vida puede ser mejorada sustituyendo la sociedad de consumo materialista —que es el objetivo supremo tanto del Marxismo como del Liberalismo— por valores naturales y espirituales, estará condenada y sólo quedará la destrucción del planeta entero en el proceso de su decadencia absoluta.


Naturalmente, los nacionalsocialistas no pensamos que deberíamos volver a las cuevas de la Edad de Piedra, pero pensamos que nunca deberíamos tomar de la Naturaleza más de lo que ponemos de vuelta en ella. La calidad de vida debería significar para nosotros algo más que los bienes materiales. En la sociedad desilusionada de hoy, un creciente número de personas comprende esto y, más aún, ellos protestan contra el orden reinante. Ellos no llegan a convertirse en nacionalsocialistas, sin embargo, por una simple razón: ellos no están conscientes de que el Nacionalsocialismo —¡y sólo el Nacionalsocialismo!— puede solucionar los problemas cruciales de hoy. En vez de eso, ellos permiten que el control de sus movimientos de protesta esté a cargo de los marxistas, quienes son mejores vendiendo su producto que nosotros, a pesar de que ningún gobierno marxista ha hecho jamás el más ligero intento de hacer frente a estos asuntos, simplemente porque el mismo concepto de marxismo es materialista, y de ninguna manera preocupado por los valores naturales. Los marxistas simplemente usan la insatisfacción popular con respecto alestablishment para promover el marxismo. Los individuos insatisfechos no son marxistas en absoluto, en primer lugar.


Mientras los nacionalsocialistas andan por ahí tratando de persuadir a pequeños grupos marginales de derechistas tradicionales con todas las obsesiones políticas y religiosas de éstos, con su notoria megalomanía y su carencia de compromiso con una causa —que resulta de estar constantemente a la defensiva tratando de salvar lo que se tiene que ir—, los marxistas consiguen un punto de apoyo entre ciudadanos preocupados que renuncian al materialismo ilimitado por causa de un interés idealista en el futuro de nuestro planeta. En su mayor parte, esta gente no comprende que la preservación del orden natural pide más medidas de largo alcance que simplemente el control de la contaminación y la abolición de la energía nuclear y de la bomba atómica. Ellos no ven que ello también exige la separación racial y un renacimiento espiritual general que pueda conducir al Hombre de vuelta a las fuentes de la vida.


Ellos también pueden aprender esto, sin embargo o mejor dicho, ellos no pueden sino verlo, si están provistos con la necesaria información y entendimiento, y si no quedan expuestos a la influencia exclusiva de las estúpidas enseñanzas marxistas. Esta gente es idealista y a favor de la Naturaleza, y por lo tanto ellos realmente pertenecen a nosotros, y ellos son generalmente mucho más valiosos como luchadores que una gran cantidad de jóvenes desilusionados que se llaman a sí mismos nacionalsocialistas, en un intento de incrementar sus egos y de esconder sus problemas personales y su inseguridad detrás de unos auto-diseñados uniformes y ridículos rangos y títulos. Pero los ecologistas no son atraídos por tropas de asalto o por la propaganda de odio, todo lo cual sólo confirma su impresión negativa del Nacional-Socialismo. Tampoco ayuda hablarles sobre el significado de la Raza, porque ellos no han llegado todavía tan lejos en su desarrollo como para que puedan ver la importancia de la cuestión racial. Debemos acercarnos a ellos donde ellos están y sobre asuntos que les conciernen aquí y ahora. Para hacer esto, es necesario producir un buen material sobre los problemas medioambientales vistos desde el punto de vista nacionalsocialista, e ir a los grupos donde esta gente se reúne para protestar contra las bombas nucleares, la contaminación y la guerra nuclear. No podemos esperar que los ecologistas vengan a nosotros, porque ellos no tienen ningún modo de saber en absoluto de qué se trata el Nacionalsocialismo; y si dejamos de entrar en contacto con ellos, ellos se perderán a favor de los marxistas, en cuyas manos nunca van a comprender la consecuencia plena de su propia actitud.
Estos nuevos manifestantes son hostiles a nosotros simplemente debido a décadas de propaganda enemiga, la que no sólo ha enajenado a la gente sana e inteligente de cualquier clase de movimiento que exprese abiertamente ideas nacionalsocialistas, sino que también ha tenido éxito para atraer hacia nuestro movimiento a un gran número de individuos que encajan demasiado bien en esta imagen de propaganda del Nacionalsocialismo, quienes vienen a nosotros simplemente porque ellos quieren vivir de acuerdo con dicha imagen. Ellos quieren ser esas bestias crueles y sanguinarias que han llegado a conocer por las innumerables producciones de Hollywood y por los relatos de la prensa amarilla acerca de los terribles nazis.


Por demasiado largo tiempo hemos dado la bienvenida a tales psicópatas en nuestras filas, y por demasiado largo tiempo hemos dejado de disociarnos de otras organizaciones que hacen lo mismo. ¡Sólo porque la gente se llame a sí misma nacionalsocialista y agite la Esvástica no los hace nuestros camaradas!. Muchas organizaciones todavía no comprenden esto, y mientras no lo hagan están condenados, y, lamentablemente, nosotros también, si no aprovechamos cada oportunidad que se ofrece para denunciarlos en público. A menudo se ha dicho que no deberíamos lavar nuestra ropa sucia delante de nuestros enemigos, y que toda lucha interna debería ser mantenida dentro de nuestras propias paredes. Sin embargo, ésta no es nuestra ropa y muy ciertamente no es una lucha interna: ésta es una necesaria operación de limpieza, y debe ser realizada en público.

Resumiendo, mientras que el marxismo comparte una filosofía igualitaria y se define como un movimiento materialista orientado a la mera redistribución de los bienes materiales.. el Nacionalsocialismo procura construir un completo Nuevo Orden basado en el idealismo y en un respeto profundo por las leyes de la naturaleza en todos los aspectos de la vida...en eso nos diferenciamos..

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