martes, 15 de enero de 2013

La desconocida operacion HAUDEGEN

La isla de Nordaustlandet en el archipiélago de Svalbard (Spitzbergen) se encuentra en el paralelo 80, es decir a 10 grados del Polo Norte. En ese lugar los alemanes decidieron instalar una estación meteorológica para la Luftwaffe y la Kriegsmarine. El nombre en código de la operación fue "Haudegen" (Estocada).
Como comandante en Jefe de la Operación Haudegen fue nombrado el Teniente Dege, una designación que nada tenía de fortuita. Wilhelm Dege, nació el 9 de octubre de 1910 en Bochum, ciudad que queda a orillas del Rurh, al noreste de Düsseldorf.

Después de su graduación, a partir de 1931, Wilhelm Dege estudió durante tres años en la Academia de Dortmund y luego fue profesor en una escuela de Münster. Estudió también Geografía, Geología y Prehistoria. En 1939 obtuvo su doctorado con la tesis de grado "Forschungsreisen to Spitzbergen", basada en su trabajo en Spitzbergen durante los años 1935, 1936 y 1938.

Como oficial de la Wehrmacht, y por sus conocimientos del idioma y del país, el Doctor Dege fue enviado a Noruega con el nombramiento de director de la expedición meteorológica de Spitzbergen. Con esa experiencia el Teniente Dege fue luego designado Comandante de la Operación Haudegen.

Después de la guerra, Wilhelm Dege retomó su trabajo de profesor y continuó sus investigaciones geográficas en la Academia de Dortmund. Se retiró en 1976 y falleció el 21 de diciembre de 1979.

Como especialista, Dege participó en la remodelación de las nave arrastrera Carl J. Busch que sería enviada a Svalbard dotándola de las características necesarias para la labor científica, tanto climatológica como oceanográfica en un lugar tan agreste como el Polo Norte. Todos los miembros rigurosamente seleccionados para participar en la misión secreta fueron entrenados durante un año en diversos lugares de los Alpes.

El 5 de agosto de 1944 el barco Carl J. Busch zarpó de Sassnitz rumbo a Narvik, adonde llegó el 16 de agosto. Inmediatamente transfirió la carga para el almacén de Wahlenbergfjorden desde donde fueron a su vez transferidas al submarino U-357. Poco después el U-Boot tuvo que desembarcar la carga porque le ordenaron tomar parte inmediatamente en las operaciones contra convoyes aliados en el área Bjørnøya-Nordkapp.

Pero el submarino no regresó a tiempo y fue reemplazado por el U-307 al mando del Teniente Friedrich-Georg Herrle, quien debía transportar parte del personal de la expedición y escoltar al Carl J. Busch. Las dos naves zarparon el día 10 de setiembre de 1944. Burlando el bloqueo de la marina británica, el 13 de setiembre llegaron a Rijpfjorden, fondeando en la bahía de Wordiebukta.

Por primera vez en la historia, una nave circunnavegó el archipiélago de Svalbard con el objeto de verificar que no hubiera presencia aliada y para realizar el mapeo del archipiélago. Luego Dege decidió el lugar al norte del Archipiélago de Svalbard en la isla de Nordaustlandet, para levantar la estación meteorológica en el resguardado fiordo Rijpfjord, en Vestfonna.

Con muy poca luz debido a la fecha y el invierno en ciernes, comenzaron a instalar el campamento con placas laminadas de fibra y ventanas de plexiglás. Instalado el campamento y aproximándose el invierno que bloquearía la bahía, era tiempo para que los barcos zarparan. El Carl J. Busch y el U-307 regresaron a Tromsö.

Fueron colocadas cubiertas de camuflaje de color blanco sobre las barracas y prepararon los globos meteorológicos de hidrógeno, los anemómetros, barómetros y demás sensores y el equipo de radio. La jornada de trabajo en la estación comenzaba a las 07:30 de la mañana y terminaba a las 18:00. A las 20:00 horas se transmitían los mensajes, luego cantaban, leían libros de una surtida biblioteca y de vez en cuando brindaban con vino de manzana, Steinhäger un gin con cualidades digestivas o Bols, un licor de varios sabores. A las 23:00 se cerraba la jornada y todos se iban a dormir.

El completo estado de aislamiento, con temperaturas bajo cero, sirvió de experiencia para futuras operaciones similares, tanto en el Ártico como en el Antártico. En esas condiciones, Dege fue capaz de mantener la disciplina y la moral del reducido grupo de 11 hombres que componía la dotación de la estación meteorológica, a pesar de las duras condiciones de vida en ese inhóspito medio ambiente. Aparte de defenderse de los osos, de los cuales tuvieron que matar a cuatro de ellos y cuidar de dos cachorros, tenían que tener algún tipo de actividad recreativa y Dege se las ingeniaba para mantener a los hombres ocupados y con buen estado de ánimo. Entre otras cosas, el profesor de 35 años les dictaba clases de literatura alemana, ciencias, geografía, filosofía, física, música y matemáticas a ese grupo de entusiastas alumnos de no más de 20 años de edad.

De los cinco miembros de la expedición que viven actualmente, Heinz Schneider era cabo de la Kriegsmarine operador de radio en la zona de Cherburgo cuando se enteró que estaban solicitando voluntarios para una misión especial en una zona muy fría.

Siendo buen esquiador y experto en montañismo e incursiones en invierno además de la experiencia en estaciones meteorológicas, aceptó el reto y más tarde agradecía las clases de Dege, puesto que debido a la guerra Schneider interrumpió su educación. Siegfried Czapka, a los 19 años, era otro de los voluntarios que sólo sabía que iría a una zona gélida, montañosa y aislada en misión secreta, y por tanto la Kriegsmarine solamente les informaría a los familiares, una vez al mes, que sus hijos estaban bien, sin lugar a que respondieran.

Después de la guerra Czapka se convirtió en un científico dedicado a las exploraciones polares y tiene escritos varios libros sobre el tema. En la actualidad, cuenta con 80 años de edad. Heinrich Ehrich, era también radio operador y recibió entrenamiento sobre los equipos de radio y meteorológicos además del entrenamiento físico, igual al de sus otros compañeros. Las señales codificadas con los datos que tomaba Dege eran transmitidos por Ehrich diariamente a las horas convenidas.

Durante un año, la estación meteorológica transmitió los informes del clima, datos que eran de extrema utilidad para las operaciones en el norte de Europa. El 2 de mayo, mientras hacía su turno en la radio, el operador Ehrich recibió la noticia de la muerte de Hitler y le sugirió a Dege que izaran la bandera a media asta. El 8 de mayo de 1945, Dege recibió la información de Tromsö que la guerra había terminado y decidió comunicarse con los Aliados para entregar la base. Destruyeron los explosivos, menos el armamento para protegerse de los osos y Dege enterró los documentos secretos. Aunque tenían reservas de alimentos para dos años, la espera fue tediosa. A partir de ese momento la radio quedó silenciosa, nadie se volvió a comunicar con la estación.

Para prepararlos a lo que vendría Dege comenzó a dictar clases de democracia y a instruir a los jóvenes sobre lo que les esperaba una vez que llegaran a Alemania. La mayor preocupación entre todos era el estado en que encontrarían a sus familiares. Pero el trabajo en la estación continuaba y siguieron transmitiendo los datos meteorológicos pero ya sin codificarlos.

Finalmente en agosto, recibieron la comunicación de que serían recogidos por un barco noruego y debían rendirse ante el capitán de la nave. La nave cazadora de focas "Blaasel" al mando del capitán Ludwig Albertsen, llegó el 3 de setiembre de 1945, cuatro meses después de la rendición de Alemania, afortunadamente a tiempo, antes que los hielos bloquearan la bahía durante todo el invierno.

Dege hablaba perfectamente el noruego y no tuvo mayores problemas con los marinos recién llegados. Luego de comer le dijo al capitán Albertsen que era el momento de los formalismos de la rendición, asunto que el capitán noruego no tenía la menor idea de cómo afrontar. Wilhelm Dege sacó su pistola, la puso sobre la mesa y anunció su rendición. Al ver la Luger sobre la mesa, el asombrado Albertsen le preguntó a Dege si podía quedarse con ella. Luego Dege redactó un documento de rendición que ambos firmaron. Al día siguiente 4 de setiembre, con muy mal tiempo la nave estaba lista para zarpar.

Los 11 prisioneros llegaron a Tromsö el 13 de setiembre donde permanecieron en un campo de prisioneros durante meses antes de ser liberados y enviados a Alemania. Los 11 hombres tomaron diversos rumbos y debido a la guerra fría quedaron separados para no volverse a encontrar más. La Estación Haudegen quedó intacta y desde entonces sirvió como refugio para los que pasaran por ahí, pero el clima y los recolectores de recuerdos la han deteriorado casi completamente, pese a que en la actualidad es una zona protegida por el gobierno noruego.

Wilhelm Dege escribió un diario en la estación Haudegen y no fue capturado por los aliados. Fue el hijo de Dege, el Dr. Eckart Dege quien años después, en 1985, fue a Svalbard para recuperar el diario y otros documentos, cuidadosamente enterrados por Dege en un lugar secreto. En esos documentos están todos los detalles de la operación realizada durante el año en que estuvo funcionando la Estación Haudegen.

Entre los numerosos libros escrito por Wilhelm Dege después de la guerra, se encuentra "Gefangen im arktischen Eis Wettertrupp »Haudegen« - die letzte deutsche Arktisstation des Zweiten Weltkrieges" que trata sobre la Operación Haudegen y que fue traducida al inglés en el 2004.

Años después, los datos radiados por la estación Haudegen fueron analizados y estudiados, brindando valiosa información para el pronóstico del clima en el hemisferio norte. Lo que fue una expedición de tipo militar, finalmente fue reconocida como de gran valor científico por la UNESCO.

lunes, 14 de enero de 2013

El tratado de Brest – Litovsk



Para situarnos en la línea cronológica estamos en 1918. Después de que el Ejército Rojo de Lenin se haya enfrentado al Ejército Blanco, es decir, una formación de fuerzas antibolcheviques, que pretendían frenar la Revolución Rusa de 1917. Fue una auténtica guerra civil que obligó a Rusia a salir de la Primera Guerra Mundial, firmándose así el tratado de paz en Brest – Litovsk, aunque más que para firmar la paz era un tratado territorial.

El tratado propiamente dicho se firmó el 3 de Marzo de 1918 en la ciudad polaca de Brest – Litovsk con la oposición de Trosky. Lenin quiso aceptar enseguida las condiciones que imponían los alemanes y Trosky por su parte no quería, como dijo, “ni guerra ni paz”. Estas son las dos posiciones de los dirigente de Rusia durante esta época. Aunque sumándola a la opinión de Bujarin, que era mucho más radical proponiendo oponerse a lo que pedían las fuerzas de Alemania y además entrar en guerra contra ellos. Y este último tenía en un principio el apoyo de gran parte del partido.


Pero la actitud real que tenían los bolcheviques, era que después de que el ejército del zarismo estaba totalmente desintegrado: las unidades se habían desmovilizado, la disciplina no existía y los oficiales habían pasado a la reacción es la que condicionó la actitud de los bolcheviques para aceptar la paz.

Y fue Alemania, Bulgaria, el Imperio Austrohúngaro y Rusia los protagonistas de este acontecimiento. Obligando a la Rusia soviética a renunciar a buena parte de sus territorios como Finlandia, Polonia, Estonia, Livonia, Curlandia, Lituania, Ucrania y Besarabia, además de otros territorios menos importantes.

Alemania fue la mejor parada en este caso, porque se llevó buena parte de los territorios, como Polonia, Lituania, Letonia y Estonia. Pero no le duró mucho tiempo porque el tratado fue anulado tras el armisticio firmado en noviembre de 1918 por las potencias que habían participado en la Primera Guerra Mundial, donde las vencedoras como Francia con Georges Clemenceau, Gran Bretaña con David Lloyd George, Estados Unidos con Thomas Woodrow Wilson e Italia con Vittorio Emanuele Orlando. Y este nuevo tratado se conoce como “El tratado de Versalles“. Por tanto la gloria de Alemania no duró mucho tiempo.

Pero volviendo al tratado que supuso un duro golpe para Rusia, porque quedó privada de una tercera parte de su población y de su tierra cultivable, de más de tres quintas partes de su producción de hierro y carbón y de la mitad de sus plantas industriales. Además supuso para Alemania la desaparición del frente del Este durante la guerra. Por si no fuera poco, creó una serie de Estados – satélite. Lo que le permitió continuar su batalla en el frente Occidental. El II Reich tuvo que haber apostado por la última carta que le quedaba, porque los americanos estaban cerca, y tarde o temprano desembarcarían en el nuevo continente. Pero no lo hizo, y por este motivo perdió en la Primera Guerra Mundial. Y como consecuencia directa perdió todos los países que había logrado en el tratado de Brest – Litovsk.

jueves, 10 de enero de 2013

"Tankogrado", la ciudad secreta de Stalin

Gran parte del éxito cosechado por el Ejército Rojo en numerosas batallas de la Segunda Guerra Mundial está ligado a Cherliábinsk, una ciudad escondida en el corazón de los Montes Urales y prácticamente desconocida para los occidentales.

Así, mientras el Ejército Rojo luchaba contra la invasión nazi, más de 40.000 obreros trabajaban en esta ciudad para construir los vehículos acorazados con los que sus soldados luchaban contra el enemigo.


Tal y como podemos leer en el blog «Historias inútiles», a finales de los años 20 esta ciudad, por la que discurre el ferrocarril Transiberiano, fue escogida para acoger una gran fábrica de tractores que generó un gran crecimiento en la localidad.


Aprovechando las industrias ya existentes, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial el gobierno soviético decidió construir unas enormes instalaciones para la producción de armamento, entre ellos los modelos de tanque KV-1 y T-34 y los lanzadores de cohetes “Katyusha”. Debido a ello, Cherliábinsk se ganó muy pronto el apelativo popular de “Tankogrado”, la ciudad de los tanques.
Según algunos historiadores, el papel de esta desconocida ciudad fue crucial para el desarrollo de la guerra, ya que su industria fue uno de los principales responsables de que la URSS adquiriera una capacidad de combate gigantesca a través de los carros de combate. Lennart Samuelson, experto en la historia de esta localidad, asegura que en 1942 produjo más de 3.600 tanques.


El aura de misterio de Cherliábinsk se vio incrementada a partir de los años 40, cuando el gobierno soviético comenzó a desarrollar investigaciones nucleares secretas en la zona, en las instalaciones de Chelyabinsk-70. Además, un grave accidente nuclear ocurrido en 1957 a unos 150 kilómetros al noroeste de la ciudad causó un número indeterminado de muertes en la región y provocó el cierre de la provincia a los extranjeros hasta 1992. A consecuencia de ello, el aura de ciudad secreta soviética de “Tankogrado” aumentó hasta límites insospechados.

domingo, 6 de enero de 2013

Mermando la moral del enemigo



Protegiendo un convoy a Tizi Azza y estando al mando del carro de asalto n.º 9, se le ordenó avanzar sobre las trincheras enemigas. siendo recibido con nutridísimo fuego consiguiendo, no obstante, desalojarlas causando numerosas bajas.

Una vez alcanzado el objetivo propuesto por el mando, y ya rebasada la línea de trincheras, ordenó al conductor que hiciese alto con el doble propósito de evitar el consumo de combustible y hacer fuego con mayor precisión contra un grupo de moros parapetado en un morabito. Apenas iniciado el fuego, un proyectil disparado a muy corta distancia penetró por la mirilla de la torre desde la que el sargento García Esteban observaba al enemigo., produciéndole heridas que le causaron en el acto la pérdida del ojo derecho y una grave lesión en el izquierdo, con pérdida total de la vista.

Sobreponiéndose al intenso dolor y conservando la imagen y situación del enemigo, demostrando una fortaleza de espíritu y una abnegación difícilmente igualable, continuó disparando por ráfagas hasta consumir toda la munición de la ametralladora para evitar el efecto moral que hubiera proporcionado al enemigo si el carro cesaba en el fuego. Finalmente regresó a la segunda línea desde la que el sargento García Esteban fue evacuado.



En el combate del 5 de junio de 1923, se le propuso para el ascenso y para la Medalla Militar, que le fue concedida "por su brillante actuación en el combate librado para abastecer Tizi Azza, en el que tomó parte como ametrallador del equipo del carro blindado n.º 9, y al ser gravemente herido en los dos ojos por proyectil enemigo, pediendo la vista, y a pesar del intenso dolor que le causaban las heridas, ordenando al cabo conductor seguir el avance hasta alcanzar el objetivo, continuó disparando la ametralladora para evitar que la moral del enemigo aumentara al suponer al carro fuera de combate."

En 1928 recibió la Medalla Militar y la Cruz Laureada de San Fernando.

Mariano García Esteban paso al Cuerpo de Inválidos en 1924, ya ciego, alcanzando el empleo de general de brigada con antigüedad de 1960. Falleció en su Teruel natal (localidad de Báguenas), en 1971. Había nacido en 1894.