lunes, 22 de abril de 2013
El canciller de Hierro
Otto von Bismarck (Schönhausen, Magdeburgo; 1 de abril de 1815 - Friedrichsruh; 30 de julio de 1898) llamado el canciller de Hierro, fue un político prusiano, artífice de la unificación alemana y pieza clave de las relaciones internacionales de la segunda mitad del siglo XIX. Aristócrata identificado con la clase de los grandes terratenientes mas grandes de Alemania (junker), supo conciliar con gran pragmatismo sus intereses con los cambios del mundo contemporáneo hacia la sociedad burguesa (Revolución burguesa), el liberalismo (Revolución liberal) y el capitalismo de la Revolución Industrial. Su ideología puede calificarse a la vez de nacionalista, conservadora y monárquica; proviene del despotismo ilustrado que caracterizó al estado prusiano desde el siglo XVIII y la Restauración posterior a las guerras napoleónicas, cuando Hegel le dio la definición teórica más acabada. vivió la oportunidad histórica del proceso de unificación alemana, que lideró en beneficio de Prusia y su rey, Guillermo de Hohenzollern, que acabará siendo el kaiser Guillermo I; y en perjuicio de los intereses estratégicos de Austria y Francia. Estableció un sistema diplomático muy sofisticado, que los historiadores han convenido en denominar como Sistemas Bismarckianos, aplicado tanto en Europa como en el mundo extraeuropeo sometido al Nuevo Imperialismo, y que convirtió a Berlín en la capital diplomática del mundo (Congreso de Berlín sobre los Balcanes, 1878, Conferencia de Berlín sobre África, 1884-1885). Al estar basado en el equilibrio de poder entre las potencias europeas y en el aislamiento de Francia (su principal enemiga desde la Guerra Franco-prusiana de 1871 que permitió la Unificación alemana y anexionó los territorios fronterizos de Alsacia y Lorena), le obligó a apoyarse en tratados con cláusulas secretas que acabaron por crear bloques de potencias que tras su apartamiento de la cancillería con Guillermo II abocaron a la Primera Guerra Mundial. En política interior Bismarck combatió el movimiento obrero emergente, organizado en el Partido Socialdemócrata de Alemania, prohibiendo varias de sus organizaciones aunque se consentía su representación parlamentaria a través de candidatos independientes, que hábilmente quedaban marginados del juego político; en cambio (o más bien por la misma causa), Bismarck contribuyó a construir lo que puede considerarse el comienzo del Estado del bienestar, mediante mecanismos como la pensión de jubilación obligatoria y sistemas de seguridad social para la previsión de enfermedades y accidentes para los trabajadores. Estimuló el movimiento llamado Kulturkampf (guerra cultural) que identificaba a Alemania con la cultura protestante del norte frente al catolicismo del sur, que se organizó en el Partido del Centro (Zentrum).
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