Los llamados "nuevos alemanes" y los "nuevos suecos" y los "nuevos franceses" no han logrado convertirse en alemanes, suecos o franceses.
En cada medida, estos migrantes no han podido establecer ningún tipo de conexión beneficiosa con sus nuevas sociedades de acogida. Este fracaso facilita considerablemente la tarea de repatriación dado que no se perderá el amor entre los migrantes y Europa cuando regresen a sus países de origen. La mayoría de estas personas solo venían a nuestras tierras por falta de deseo económico.