Estamos sufriendo una demolición controlada..se está deconstruyendo deliberadamente una etapa de globalización, la étnia de los Elegidos no quiere que exista ningún Estado-nación soberano y fuerte.
Debemos ser el caballo de batalla en la escena del nacionalismo identitario contra el igualitarismo globalista en la que hordas incontroladas de buenistas y demás afectados por la nociva bacteria progre que se someten docilmente para ser domesticados..
Probablemente le hayan dicho que hay una diferencia entre el nacionalismo cívico bueno que se centra en ideas y valores; y un nacionalismo étnico malo, que depende de la sangre y la tierra. Le han dicho que el nacionalismo cívico representa la libertad y la prosperidad, mientras que el nacionalismo étnico representa la esclavitud y el socialismo Nacional..
Sus homólogos de Saboya en Italia eran menos hábiles.
La historia de la "unificación" italiana es más sórdida y está forjada con criminalidad. Italia es hasta el día de hoy disfuncional debido al intento miope de obligar al Norte y al Sur a vivir en un solo estado.
Este tipo de nacionalismo, de sangre y tierra, es primordial. Puedes llamarlo primitivo y acepto esta designación. Ni siquiera es tradicional o tradicionalista. Es anterior a la tradición. Es una categoría biológica, que surge de la tendencia humana natural a asociarse con personas semejantes, a proteger a los parientes y amigos, a unirse a un lugar, a nutrir y amar tanto a las personas como a los lugares. El nacionalismo de sangre y tierra es la pertenencia a una gran cadena de seres, que es a la vez histórica, que se remonta a los antepasados y se remonta a los descendientes, y que está presente, que se extiende a todos los que son de nuestra tribu, que pueden unirse sin esfuerzo a nuestro canto tribal. No acepta "valores" sino la supervivencia. Es práctico y romántico, apropiado para personas que viven en el mundo y, sin embargo, anhelan lo trascendente. Es menos una ideología y más una disposición hacia lo propio. Busca defender,
Pero te han dicho que pertenecer a un club exclusivo es malo. Se le ha enseñado a adorar la movilidad, la capacidad de recoger e irse e ir a otro lugar extraño. Le han enseñado a retroceder ante la idea de haber nacido en una red de obligaciones y privilegios, en un club del que nunca podrá salir. En resumen, te han enseñado a odiar tu naturaleza, a sentirte culpable por pertenecer a este club.
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