sábado, 1 de septiembre de 2012

Línea Mannerheim.. muralla de carne y huesos


Una muralla de carne y huesos
Las fuerzas finlandesas, sometidas al tremendo empuje del abrumadoramente superior ejército soviético, han ido cediendo terreno de forma paulatina en el frente principal del istmo de Carelia hasta que finalmente hoy se han replegado a sus posiciones defensivas sobre la Línea Mannerheim, denominada así en honor a su comandante.

Defensa en profundidad de la Línea Mannerheim.

A pesar de las previsiones de todo el mundo de que Finlandia no sería capaz de resistir la embestida roja y de que su diminuto ejército se desplomaría en pocos días, nada parece indicar que vaya a ser así. Los finlandeses parecen haber aprendido a explotar los errores de los soviéticos y la escasa preparación de sus tropas para una campaña invernal. Así, los finlandeses han desarrollado tácticas para destruir los tanques soviéticos separándolos de la infantería de apoyo y emergiendo desde posiciones ocultas durante la noche para ponerlos fuera de combate con armas de corta distancia, muchas veces de fabricación casera.

La línea defensiva principal de Finlandia: sus soldados.

Por eso, a pesar de los cañones, los búnkeres de hormigón y de los obstáculos con que pueda estar dotada la Línea Mannerheim, la columna vertebral de la defensa finlandesa se articula en torno a sus propios soldados: hombres nórdicos cuyo sentido del deber y capacidad de sacrificio bien puede ser equiparada al del soldado alemán.

Aconsejamos, por lo tanto, a nuestro querido aliado soviético, que ande prevenido con esta pequeña nación. Los partes de guerra oficiales en Finlandia anuncian la destrucción de ochenta tanques soviéticos, una cifra escandalosa tras apenas cinco días de combate y habida cuenta de que el elemento sorpresa estaba de su lado. ¿Se estará pillando los dedos el camarada Stalin en esta ocasión?              La Guerra de Invierno entre Finlandia y la Unión Soviética se ha tornado en un enfrentamiento insólito en el cual, a pesar de disfrutar de una superioridad de 3 a 1 en soldados, 30 a 1 en aviones y 100 a 1 en tanques y de todas las previsiones que auguraban una rápida campaña victoriosa de ocho días, el Ejército Rojo no sólo se ha visto incapaz de superar a los finlandeses, sino que en algunos frentes se ha visto obligado a ceder terreno.

Operaciones en el sector de Carelia. Línea Mannerheim.

La principal línea de defensa finlandesa en el istmo de Carelia, la Línea Mannerheim, donde 250.000 soviéticos hacen frente a poco más de 100.000 finlandeses, fue alcanzada por la línea de frente el pasado 6 de diciembre. Durante las semanas siguientes los soviéticos lanzaron sucesivas oleadas de ataques, centrándose su principal foco en el sector defensivo de Taipale junto al lago Ladoga. Los ataques en masa rusos fueron repelidos con cuantiosas pérdidas y aunque el 14 de diciembre los soviéticos redoblaron los ataques con tres divisiones reforzadas, de nuevo fueron detenidas en un mar de sangre.

Tanque soviético fuera de combate.

Al oeste de la Línea Mannerheim, en Summa, los soviéticos encontraron un hueco en la defensa finlandesa y una fuerza apoyada por veinte tanques atravesó las líneas el día 19. Los finlandeses permanecieron inmóviles en sus trincheras a ambos lados de la brecha, sellándola una vez hubo pasado la fuerza atacante y centrándose en repeler los asaltos que siguieron contra la Línea. Tres días después, el 22, la fuerza soviética infiltrada detrás de la Línea Mannerheim había virtualmente desaparecido en frustrados ataques contra puntos fuertes finlandeses.


Operaciones en el sector de Carelia Ladoga.

En el frente al norte del lago Ladoga, en el terreno conocido como Carelia Ladoga, las tropas finlandeses defensoras se han apoyado en el terreno inhóspito, totalmente inadecuado para las tropas mecanizadas soviéticas. A pesar de la construcción de una nueva línea ferroviaria hasta la misma frontera, el ataque llevado a cabo por el Ejército Rojo en el sector septentrional de Tolvajärvi con dos divisiones el 12 de diciembre fue rechazado por una fuerza finlandesa muy inferior (un regimiento) al mando del bravo Coronel Paavo Talvela.

En el centro del frente Carelia Ladoga, los finlandeses cedieron terreno hasta situarse, el 7 de diciembre, detrás del riachuelo Kollaa, insignificante en sí mismo pero protegido por riscos de 10 metros de altura. La batalla del Kollaa daba comienzo así, enfrentando a cuatro divisiones soviéticas frente a una finlandesa y aún continúa a día de hoy, con memorables éxitos defensivos finlandeses ante todos los recursos que la Unión Soviética despliega contra ellos.

Cadáveres soviéticos amontonados: la tónica de esta Guerra de Invierno.



Al sur del frente Carelia Ladoga, el ataque de dos divisiones soviéticas a lo largo de la carretera costera terminó con ambas divisiones cercadas. A día de hoy continúan rodeadas, abastecidas por aire y a la espera del golpe de gracia.

En el norte y centro de Finlandia, donde el terreno invernal se hace especialmente hostil, sin apenas caminos ni carreteras practicables, los soviéticos han empleado ocho divisiones con diferentes objetivos: Lieksa, Kuhmo, Salla y Petsamo. Tras la toma de Suomussalmi, el principal peligro para Finlandia lo constituía la toma de la Carretera Raate, que amenazaría con cortar a Finlandia en dos. Pero tal suceso no ha tenido lugar todavía ni parece que vaya a suceder en un futuro inmediato.

Operaciones en el sector de Suomussalmi.

En efecto, los soviéticos avanzaron hasta Suomussalmi con facilidad hasta el 7 de diciembre, pero su intento al día siguiente de atravesar los lagos helados terminaron con un grave fracaso, al igual que el ataque de la pasada Nochebuena, tras un gran acopio de refuerzos. Justo ayer mismo los finlandeses contraatacaron y recuperaron Suomussalmi, haciendo a los soviéticos retroceder aterrorizados.

Sector de Salla. Avance soviético.

En la remota Laponia finlandesa, donde los finlandeses no esperaban hallar grandes ataques, los soviéticos han enviado dos divisiones completas con 35.000 soldados a la zona de Salla. Tras un fácil avance inicial, el 17 de diciembre una pequeña fuerza finlandesa de un batallón rodeó a los invasores, que emprendieron la espantada. Tras reorganizarse, los rusos martillearon las defensas finlandesas sin éxito, hasta que un contraataque finlandés les hizo ceder terreno de nuevo.

Sector de Salla. Contraataque finlandés.

El puerto de Petsamo cayó fácilmente en manos rusas en una de las pocas alegrías que pueden relatar los soviéticos, pero su avance posterior está quedando empantanado en una tierra helada y en perpetua oscuridad a pesar de que los finlandeses son cinco veces inferiores en número.

Quiera Dios prestar atención a sus hijos durante estas amargas horas. Finlandeses, rusos, alemanes, franceses o ingleses, todos rezamos por que llegue el fin de esta locura. En el caso de la Guerra de Invierno, sólo nos queda apelar a la bondad del siempre misericordioso Stalin, conocido por su magnanimidad.
El Molino Mágico FinlandésParece cosa de milagro, pero es tan cierto, tan natural y tan evidente como la fe misma. El pueblo finlandés esgrime un arma secreta que los rusos ignoran: la fe en sus destinos y en sus tradiciones. La misma arma que el Führer enseñó a manejar a sus soldados. En la lírica finlandesa tiene esa arma un nombre, y prodigioso: el “Sampo”, que es un molino mágico, que muele la harina, la sal y el oro de los finlandeses y labra su felicidad, y defiende su independencia contra los invasores y mantiene viva la llama de la tradición en sus lares, rodeados de nueve y de hielo en la noche perenne del norte.

El mito: La defensa del Sampo. Obra de Akseli Gallen-Kallela.

El “sampo” es el tema de la epopeya nacional finlandesa, conocida en el mundo de las letras con el nombre de “Kalevala”. El “Sampo”, la fe, el desprecio de la vida individual en aras de la Patria o de la religión o de las tradiciones sagradas, el espítitu frente a la materia…, todo eso, que es imponderable, etéreo e inefable, como las cosas realmente eternas y dignas del sacrificio de nuestras vidas; todo eso es lo que ha derrotado al marxismo en los frentes de Finlandia. Al marxismo, al materialismo histórico, a la irreligiosidad, a la concupiscencia crasa de las torpes hordas educadas por Lenin.

Los comentaristas de todo el mundo están pasmados ante el triunfo de la bravura y la estrategia de la pequeña nación finlandesa por la que nadie daba un chavo, y no aciertan a explicarse el maravilloso espectáculo de un pueblo diminuto que, tras rechazar la invasión del ejército más numeroso del mundo, invade su territorio y lleva la guerra al suelo del invasor, que pretendió devorarlo en un lapso de ocho días.

El mito hecho realidad hoy: La defensa de Finlandia durante la Guerra de Invierno.
The Times escribe: “Todo el episodio de la defensa finlandesa es incomprensible y parece una página arrancada de un poema épico.” Todos los que hayan leído la epopeya nacional de Finlandia, el “Kalevala”, conocen el manantial espiritual y poético de donde extraen los finlandeses de hoy, como los de ayer, sus invencibles recursos de astucia y sus titánicas energías físicas. David frente al filisteo materialista del Kremlin.

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