domingo, 9 de septiembre de 2012

Operación Catapulta

Gran Bretaña ha culminado el enésimo capítulo de su traición al pueblo francés. No satisfechos con haber abandonado a su supuesto Aliado durante la Campaña de Francia cuando las armas estaban todavía en alto y en el momento más crucial de los combates, hoy han llevado a cabo una flagrante agresión contra Francia al atacar a la flota francesa anclada en Mers-el-Kebir cerca de Oran, en Argelia.

El grueso de la flota francesa, anclado en Mer el Kebir.


A pesar de que en los últimos días el Presidente Pétain, el Almirante Darlan y el propio Führer aseguraran a los británicos que la flota francesa no caería jamás en manos del Reich, Inglaterra ha hecho oidos sordos y lanzado un ataque contra el corazón y el orgullo heridos de la patria francesa.

Movimientos navales en Mers el Kebir el día de hoy.


El Almirante James Somerville ha encabezado la operación al mando de la Fuerza H. A su llegada a Mers el Kebir le ha ofrecido al Almirante francés Gensoul cuatro alternativas: unirse a la flota británica directamente, ser internados en puertos británicos, navegar a puertos francesas en las Indias Occidentales, o hundir sus propios barcos.

La flota francesa, diezmada y traicionada por los británicos.

Todas las alternativas han sido rechazadas y, a las 18:00, la Fuerza H ha abierto fuego contra los buques anclados. El acorazado FS Bretagne ha sido hundido y el Provence y el crucero Dunkerque han resultado gravemente dañados junto con otras embarcaciones menores. Los buques franceses y las baterías costeras han abierto fuego, pero no han conseguido alcanzar a ningún barco inglés. El crucero Strasbourg y algunos destructores han tenido éxito en forzar el bloqueo y se han dirigido rumbo a Toulon.

Cuadro sobre la traición de Mers el Kebir.
Unos 1.300 franceses han muerto y cientos han resultado heridos a manos de la perfidia inglesa. En teoría, el ataque pretendía evitar que parte de la flota francesa de 8 acorazados, 16 cruceros, un portaaviones, 58 destructores y 88 submarinos, en posesión del Régimen de Vichy, se integrase en la Kriegsmarine.


Al mismo tiempo, dos viejos acorazados franceses, el Courbet y el Paris, y varios destructores y submarinos, incluido el gigantesco Surcouf, que se encontraban en los puertos británicos de Plymouth y Porstmouth, son abordados y capturados, pero no antes de que se produzcan víctimas en ambos bandos. En total, los británicos capturan 59 buques de guerra franceses anclados en sus puertos.



¡No olvides Orán, Francia! Si no puedes contar con los británicos, ¿quién va a ser ahora tu amigo?
Mientras, el Almirantazgo británico sopesa lo que sería una sabia decisión: la retirada del Mediterráneo oriental debido a la amenaza de la flota italiana y la caída de Francia. El Almirante Pound apoya la idea, pero Winston Churchill se opone radicalmente.
A estos ingleses habrá que hacerles entrar en vereda. ¡Mariscal Göring, convoque a sus enjambres de bombarderos y machaque sin piedad Gran Bretaña!

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