En primer lugar tenemos a los militares alemanes desarmados que fueron exterminados en campos de concentración franceses, norteamericanos y soviéticos, pero también yugoeslavos, polacos y checos. Bellinger acepta 1.800.000 víctimas. Según Bacque, esta cifra habría que elevarla a 2.500.000 víctimas.
Por lo que respecta a los soviéticos, la cifra asciende a 1.335.500 víctimas. La fuente de Bellinger es la siguiente: Nawrtail, H.,Nachkriegverluste unter dem Vertriebenen, Gefangenen und Verschleppten, München, 1986, p. 66. / Ratza, W.: "Die deutschen Kriegsgefangenen des Zweiten Weltkriegs, Der Faktor Arbeit", in: Zur Geschichte der deutschen Kriegsgefangenen, editado por Erich Maschke, Tomo IV, München 1973, página 207
Por lo que respecta a los franceses existe cierto consenso, a pesar de la polémica a la que ya nos referiremos en un próximopost, entre Bacque y su más visceral crítico, Arthur L. Smith quien llega a insultarle, como veremos, respecto de la alta mortandad de los campos franceses, con 113.000 víctimas asesinadas por los hombres de De Galle y de la Résistance française. Fuente de Bellinger: Smith, Arthur L., Die vermisste Million": zum Schicksal deutscher Kriegsgefangener nach dem Zweiten Weltkrieg, München, 1992, p. 86 (no hemos podido confirmar esta fuente en el original, por lo que entendemos que debe de tratarse de un error) / Bacque, J., Das geplante Tod. Deutsche Kriegsgefangene in amerikanischen und französischen Lagern, Frankfurt/Berlín, 1999, p. 336
En los campos yugoeslavos tenemos la nada despreciable cifra de 90.000 víctimas asesinadas por las autoridades comunistas. Fuente de Bellinger: Böhme, K. W.: "Die deutschen Kriegsgefangenen in Jugoslawien 1941-1949", in: Zur Geschichte der deutschen Kriegsgefangenen, editado por Erich Maschke, Tomo I/1 y I/2, München 1962.
Respecto a los campos americanos, la polémica está abierta y de ella nos ocuparemos. Según Bacque, el "vermisste Million"millón desaparecido es la consecuencia de la política de Eisenhower, con 800.000 víctimas. Macdonough rechaza tanto los cálculos de Bacque como la contabilidad estadounidense, reconociendo una cifra de 100.000 víctimas . Nawratil, H., en la obra citada, que es la que Bellinger recoge en su tabla, se atiene a las cifras oficiales de 24.000 víctimas. El "millón desaparecido" se incluye por tanto en categoría correspondiente de "desaparecidos", a todas luces demasiado abultada.
Finalmente, la citada obra de Nawratil, reconoce 22.000 víctimas en los campos polacos y checos.
El segundo bloque de víctimas estaría formado por los civiles alemanes, con un total de 10.000.000 de víctimas, según las cifras de Bellinger, que a su vez se subdividirían en tres categorías: víctimas mortales de la limpieza étnica, víctimas de los bombardeos terroristas británicos y víctimas de la hambruna planificada. Las polémicas entorno a conceptos como los desaparecidos o las víctimas de los bombardeos terroristas no van modificar en exceso estas conclusiones, no obstante conviene dejar constancia de algunos extremos.
Tenemos a 1.272.000 de militares alemanes, presuntos desaparecidos que, en opinión de Bacque, son los exterminados en campos franceses y americanos para prisioneros alemanes. Mientras duró el conflicto bélico, y dado que los alemanes respetaban la Convención de Ginebra con los prisioneros capturados a los occidentales, firmantes también de la misma, Washington no se atrevió a masacrar a los prisioneros alemanes por miedo a posibles represalias con los 2 millones de soldados ingleses y americanos internados en campos alemanes. Sin embargo, una vez vencida Alemania, Eisenhower ideó el perverso concepto de F. E. D. (Fuerzas Enemigas Desarmadas) a fin de poder contraponerlo al de P. W. (Prisioneros de Guerra) y estar en condiciones de omitir los preceptos legales de la convención. No sólo eso, centenares de miles de P. W. pasaron como por ensalmo a convertirse en F. E. D. a base de trucar las estadísticas poblacionales de los campos. ¿Cuál era la finalidad de dichas innovaciones terminológicas y trasiegos burocráticos? Simplemente, dejar a los prisioneros alemanes a merced del ocupante y sin que ninguna potencia protectora pudiera reclamar la fiscalización del funcionamiento interno de los campos, es decir, el respeto a la normativa humanitaria internacional relativa a los prisioneros de guerra. Según Bacque, el número de víctimas de lo que, en este concepto, para nosotros constituye sólo una fase más en el proyecto global de exterminio planificado, es de un millón. Como consecuencia de estas investigaciones y debates, se empezó a hablar del hoy ya famosovermisste Million, que los occidentales intentaron atribuir a los soviéticos pero cuya responsabilidad apunta más bien a los aliados franceses y americanos. Los ingleses, que habían masacrado a los civiles alemanes mediante bombardeos terroristas, se sometieron a la Convención de Ginebra en el caso de los prisioneros de guerra en sus propias zonas de ocupación, a pesar de lo cual no denunciaron las atrocidades que se estaban cometiendo en los campos administrados directamente por Eisenhower y De Gaulle.
La obra de James Bacque desató en su momento una polémica que sigue abierta en la actualidad. Demostraremos en los próximos posts que los intentos de desacreditar a Bacque han fracasado y que, a partir de las cifras aportadas por especialistas sobre los que no pesa la menor sombra de duda en cuanto a seriedad y profesionalidad, puede hablarse de un plan de amputación étnica del pueblo alemán iniciado en 1941 aunque ya existían antecedentes a finales de la Primera Guerra Mundial y completado en 1949. Las actuales políticas de inmigración, las caídas de la tasa de natalidad en la República Federal Alemana, apuntan a una desaparición definitiva del pueblo alemán utilizando, en este caso, el arma letal de los "valores" hedonistas, se entiende, pero ésta es ya otra historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario