miércoles, 15 de junio de 2016

La evidencia de la locura

Fuente: John Kaminski

Los judíos se han apoderado del mundo poniendo todo de arriba abajo. Con la "corrección política" fuera de control, lo que alguna vez era correcto ahora es incorrecto. Y para nuestro eterno pesar, lo contrario también es verdadero.

El gobierno fue una vez nuestro protector; hoy es nuestro abusador, una entidad que se lleva todo lo que tenemos y que nos convierte en robots, y que es, demasiado a menudo, nuestro asesino.

Los profesores fueron una vez nuestros guías confiables; ahora ellos son nuestros cínicos engañadores, alimentándonos con información que ellos saben que es errónea simplemente para conservar sus empleos y cobrar sus sueldos.

Una vez pensamos que podíamos acudir a los médicos para que nos sanaran, pero con cada año que pasa hemos aprendido que cada nueva cura crea sub-repticiamente alguna nueva enfermedad.

En los periódicos nunca hemos podido confiar, desde el tiempo de John Adams al final del siglo XVIII. Ellos han mentido para encubrir los crímenes de los amigos de las personas que los han poseído, y todavía siguen mintiendo hoy.

Y por supuesto los políticos siempre han estado en esa misma categoría, porque simplemente expresan los tópicos de los hombres ricos que los han comprado mediante sus sobornos y que han arreglado sus elecciones para que los asistan en sus delitos.


La élite prefiere la carne joven para abusar.

Abundan las historias sobre escándalos sexuales homosexuales en la Casa Blanca, así como viajes de Bill Clinton a las islas privadas de Jeffrey Epstein en el Caribe con el propósito de molestar a muchachas menores de edad. Los cuentos de rituales ocultos en que participa la élite de poder del mundo en el célebre festival anual en Bohemian Grove en California.

Las historias sobre la realeza europea involucrada en sexo con niños y canibalismo parecen más frecuentes que los incidentes de ese espeluznante pasatiempo en Estados Unidos, pero mucha gente tiene sus opiniones sobre lo que podría estar sucediendo entre bastidores hoy.

Aquellos que mantienen tales estadísticas dicen que desaparece medio millón de niños por año, de modo que alguien debe estar haciéndoles algo malo.

Cuántos de estos niños desaparecidos son tomados por la élite de poder para rituales demenciales es la conjetura de uno, de manera que sabemos que ello sucede, incluso si es peligroso hacer un informe al respecto.


Pero que el gobierno haya deformado a más de un millón de ellos mediante prácticas de malas vacunas, o que ahora el pervertido Obama haya dictaminado que los Estados deben obedecer sus retorcidas prácticas federales, me indica que ningún padre jamás debería confiar su hijo a un médico que sigue regulaciones federales demenciales que pueden arruinar a un niño de por vida —ya por una mala medicina o por pervertidos enfermos— simplemente debido a un régimen que enriquece a compañías farmacéuticas que no pueden ser demandadas por vacunas malas o a gente que se engaña al pensar que ellos son algo que no son a fin de violar a un niño en un baño público.


Nuestro Presidente ha dictaminado que el gobierno no ofrece ninguna protección, por parte del propio gobierno criminal o de criminales psicóticos que son perdonados por sus crímenes incluso antes de que ellos los cometan.

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