Fuente: John Kaminski
El gobierno fue una vez nuestro protector; hoy es nuestro abusador, una entidad que se lleva todo lo que tenemos y que nos convierte en robots, y que es, demasiado a menudo, nuestro asesino.
Los profesores fueron una vez nuestros guías confiables; ahora ellos son nuestros cínicos engañadores, alimentándonos con información que ellos saben que es errónea simplemente para conservar sus empleos y cobrar sus sueldos.
Una vez pensamos que podíamos acudir a los médicos para que nos sanaran, pero con cada año que pasa hemos aprendido que cada nueva cura crea sub-repticiamente alguna nueva enfermedad.
En los periódicos nunca hemos podido confiar, desde el tiempo de John Adams al final del siglo XVIII. Ellos han mentido para encubrir los crímenes de los amigos de las personas que los han poseído, y todavía siguen mintiendo hoy.
Y por supuesto los políticos siempre han estado en esa misma categoría, porque simplemente expresan los tópicos de los hombres ricos que los han comprado mediante sus sobornos y que han arreglado sus elecciones para que los asistan en sus delitos.
La élite prefiere la carne joven para abusar.
Las historias sobre la realeza europea involucrada en sexo con niños y canibalismo parecen más frecuentes que los incidentes de ese espeluznante pasatiempo en Estados Unidos, pero mucha gente tiene sus opiniones sobre lo que podría estar sucediendo entre bastidores hoy.
Aquellos que mantienen tales estadísticas dicen que desaparece medio millón de niños por año, de modo que alguien debe estar haciéndoles algo malo.
Pero que el gobierno haya deformado a más de un millón de ellos mediante prácticas de malas vacunas, o que ahora el pervertido Obama haya dictaminado que los Estados deben obedecer sus retorcidas prácticas federales, me indica que ningún padre jamás debería confiar su hijo a un médico que sigue regulaciones federales demenciales que pueden arruinar a un niño de por vida —ya por una mala medicina o por pervertidos enfermos— simplemente debido a un régimen que enriquece a compañías farmacéuticas que no pueden ser demandadas por vacunas malas o a gente que se engaña al pensar que ellos son algo que no son a fin de violar a un niño en un baño público.
Nuestro Presidente ha dictaminado que el gobierno no ofrece ninguna protección, por parte del propio gobierno criminal o de criminales psicóticos que son perdonados por sus crímenes incluso antes de que ellos los cometan.
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