El judío imaginario,
según la Historia paralela imaginaria,
declara ante un falso tribunal imaginario
que ha sufrido torturas imaginarias
aplicadas por unos guardias imaginarios
de un campo de exterminio imaginario.
Declara que parientes imaginarios
han muerto de mil maneras imaginarias:
en camiones gaseadores imaginarios,
en cámaras de gas imaginarias,
en lagos de fuego imaginarios,
por corrientes eléctricas imaginarias,
convertidos en jabones imaginarios
y en pantallas de lámparas imaginarias.
Mediante un dinero imaginario
forja cadenas imaginarias
en las mentes de un ganado imaginario
porque ha recibido órdenes imaginarias
de un sanguinario dios imaginario.
Se apodera de países imaginarios
y mediante medios de comunicación imaginarios
y sistemas educacionales imaginarios
decreta enseñanzas imaginarias
de una igualdad imaginaria,
de una tolerancia imaginaria
para una diversidad imaginaria.
Con su dinero soborna a legisladores imaginarios
para que aprueben leyes imaginarias
que prohíban que incrédulos imaginarios
nieguen sus fábulas imaginarias
y que rechacen toda su corrupción imaginaria.
Con sus vacunas imaginarias
contra enfermedades imaginarias
envenena y daña a criaturas imaginarias
que no disfrutarán de su futuro imaginario.
Pone en el agua un flúor imaginario
para prevenir unas caries imaginarias
e inventa alimentos genéticamente imaginarios
para matar a enemigos imaginarios.
Al caer el sol cada tarde imaginaria
mientras enciende unas velas imaginarias
ve miles de sombras imaginarias
que entonan unos cánticos imaginarios
donde piden su cabeza imaginaria.
Tras un frío sudor imaginario
en la noche sin luna imaginaria
sueña con el mar de oro imaginario
donde reposan los judíos imaginarios,
y vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
que le provoca el andrógino imaginario
que se oculta en el fondo de su templo imaginario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario