sábado, 3 de diciembre de 2016
Por respeto a todos nuestros antepasados
Hay una masa homogénea amparada en el Dogma de los derechos humanos donde todos deben ser iguales y donde ya no existe el principio fundamental del hombre, la jerarquía, el mejor.
Quitaron la vara con que el hombre mide las cosas, la vara que impuso la naturaleza y que los semitas odian, porque siempre medidos con ella salieron perdiendo. Porque siempre la naturaleza los midió para abajo, al nivel de esclavos, al nivel del Peor.
El error es desconocer o ignorar la dominación judía, la deshorna y bajeza es aceptarla y no intentar defendernos, aunque sea por respeto a la herencia de la sangre que llevamos dentro, aunque sea por respeto a todos nuestros antepasados que llevaron la Cultura a lo más alto en el podio de la jerarquía humana.
Nosotros supimos sentarnos en un trono y comandar a los pueblos con la frente en alto, sin escondernos, haciéndonos responsables de nuestro actos, hoy somos sometidos por el que gobierna desde las formulas financieras.
La sangre se impondrá a la razón, se impondrá a esas construcciones intelectuales vagas y engañosas, al falso humanismo.
La sangre que fue reducida a una formula química, que fue privada del alma, de su raza y de su cultura, y fue mezclada en una pócima masónica multirracial y multicultural para someterla a una intelectualidad mesiánica traicionera, finalmente vencerá.
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