La epistemología es dudosa.

Para las personas que han invertido en la superioridad de la razón, la epistemología es dudosa. Por defecto, es más probable que estés equivocado sobre cualquier cuestión de valores o sobre cómo debemos estar en el mundo.

Las contradicciones entre las diferentes narrativas, en sus afirmaciones sobre los valores correctos, las creencias y las relaciones que deben sostenerse, no necesariamente prueban que sean falsas.

Los sistemas mitológicos son también idiomas que usamos para hablar sobre las cosas más importantes en la vida, cuando la ciencia y la razón parecen carecer de los términos adecuados para describir lo que estamos experimentando.

El hecho de que la mitología sea un lenguaje para hablar sobre estos temas implica que existen diferentes interpretaciones y conclusiones que pueden comunicarse con el mismo conjunto de historias mitológicas. Claramente, el número finito de historias significa que hay un límite para la variedad de conclusiones que podemos argumentar.

Es interesante porque representa una división potencialmente profunda en la identidad dentro de un movimiento identitario; es importante, porque la división tiene el potencial de sembrar la desconfianza entre antiguos aliados que luchan contra enemigos comunes, incluido el neoliberalismo.