Vivimos en un mundo imperfecto..es esta perversión moderna a desviarse del orden natural lo que ha permitido que el nihilismo pudra la civilización occidental desde dentro.
El igualitarismo se limita y utiliza casi exclusivamente para precipitar nuestro colapso.
Friedrich Nietzsche postula correctamente que como un valor social fundamental, el igualitarismo es una "negación de la vida", dado que actúa como el agente del principio de disolución y decadencia.
Toda la filosofía política seria afirmaría que la propia civilización occidental se balancea precariamente sobre el peligroso precipicio de la igualdad. Como este concepto ha sido grabado permanentemente en la psique europea, solidificamos nuestro propio colapso.
Un principio central del derecho disidente es su rechazo absoluto de la igualdad humana. La noción de igualdad abarca una amplia gama de significados, pero está firmemente arraigada en la máxima de que todos los seres humanos son fundamentalmente iguales en valor, capacidad, experiencia y comprensión.
Como un concepto moral abstracto, esto ha arruinado el mundo actual a través de la construcción filosófica del igualitarismo. La ubicuidad del igualitarismo se ha elevado a tal altura que se percibe no solo como un valor fundamental de la civilización occidental, sino como un imperativo moral supremo.
Conceptualizar la igualdad como el bien supremo no solo es una actitud flagrantemente irracional, sino una piedra angular de una civilización. Además, el igualitarismo se opone diametralmente al modelo de civilización europea, dado que el éxito histórico de la civilización europea es el resultado de la afirmación de nuestro pueblo del orden natural de la desigualdad y la lucha constante resultante para la mejora de una sociedad civilizada.
El orden natural
El orden natural es una lucha que se produce cíclicamente sin fin, en la búsqueda del renacimiento palingenético; La finalidad de la utopía es inexistente. Tanto Platón como Aristóteles, y los griegos, en general, enseñaron que la mejor política es la ilegalidad, y no fue hasta el surgimiento de las teorías de la ley natural, tal como lo formularon figuras de la Ilustración como John Locke, que la igualdad absoluta se sembró en el europeo. Psique. Los filósofos ilustrados sostenían que todos los humanos son fundamentalmente racionales y buenos, a pesar de creer que sus ideas eran una continuación de la tradición filosófica grecorromana.
Friedrich Schiller lo dijo mejor cuando escribió:
Los griegos son lo que éramos; son lo que volveremos a ser.
Al reavivar nuestra conexión con los principios perdurables que animan nuestra civilización, nosotros, como europeos, tenemos la capacidad de restaurar el esplendor de la civilización clásica. Fyodor Dostoievski postuló que el nihilismo del mundo moderno es una oportunidad para hacerlo, y podemos comenzar esta búsqueda con la reafirmación de los preceptos del orden natural.
Según Martin Heidegger, el nihilismo es el resultado del "olvido del Ser". La búsqueda interminable de lo que es inviable ha eliminado el núcleo orgánico de la civilización europea.
La perfección es éticamente posible, dado que el bien por el que luchan todas las personas es una cuestión de conocimiento, y perseguir lo que es bueno es permitir que la propia vida se rija por ella. Sin embargo, el conocimiento individual, es decir, la capacidad de comprender el bien", es marcadamente inegalitario en el sentido de que cada persona posee una capacidad desigual de conocimiento.
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