viernes, 19 de diciembre de 2014

La Verdad Emergiendo desde un Océano de Mitos

Hubo mucho pseudo-relato fantasioso que fue inmoral y brutal, esta realidad está apareciendo gracias porque hay algunos estudiosos, al menos, son conscientes de que un océano de propaganda de guerra engendra un mito que continúa durante varias décadas, investigadores que tienen un compromiso con la verdad que anula los diversos incentivos para conformarse con el mito. Incluso después de todos estos años, es probable que la última cosa que el público quiera saber es que males enormes e indecibles fueron cometidos tanto por los Aliados occidentales como por la Unión Soviética durante la guerra y sus secuelas. Al final de la guerra, nada menos que 16,5 millones de alemanes fueron expulsados de sus casas,  9,3 millones fueron expulsados de la parte del Este de Alemania, que fue convertida en una parte de Polonia, los otros 7,2 millones fueron forzados a abandonar sus hogares ancestrales en Europa Central donde ellos habían vivido durante generaciones. Esta expulsión masiva fue colocada en el Acuerdo de Potsdam a mediados de 1945, aunque el Acuerdo dejó explícito que la limpieza étnica debía tener lugar en la manera más humana posible. Churchill estaba entre aquellos que apoyaron esto como conducente a una paz duradera. En efecto, el proceso era tan inhumano que quedó registrado como una de las grandes atrocidades de la Historia, aproximadamente dos millones y cuarto de personas morirían durante las expulsiones. Ésta es la cifra menor de tales estimaciones, que van desde 2,1 a 5 millones, si tomamos en cuenta sólo a los expulsados, y de alemanes muertos, por del hambre y exposición al frío extremo a los cuales la población de posguerra de Alemania se vio sometida. Los alemanes se refieren a 1947 como el Hungerjahr, el año del hambre, pero incluso hacia el invierno de 1948 la situación no había sido remediada. La gente comió perros, gatos, ratas, ranas, caracoles, ortigas, bellotas, raíces de diente de león y hongos silvestres en un esfuerzo febril para sobrevivir. En 1946, las calorías proporcionadas en la zona estadounidense de Alemania cayeron a 1.313 hacia el 18 de Marzo desde las 1.550 proporcionadas antes, las agencias extranjeras de ayuda fueron impedidas de enviar comida desde el extranjero; los trenes con comida de la Cruz Roja fueron devueltos a Suiza; a todos los gobiernos extranjeros se les negó el permiso para enviar alimentos a los civiles alemanes; la producción de fertilizantes fue bruscamente reducida, la flota pesquera fue mantenida en sus puertos mientras la gente pasaba hambre.  El sufrimiento por el frío extremo se mezclaba con el hambre para crear la miseria y un enorme número de muertos. Incluso aunque el invierno de 1945-1946 fue normal, la terrible carencia de carbón y comida fue sentida agudamente. Inviernos anormalmente fríos golpearon en 1946-1947. Se cree que sólo en Berlín 60.000 personas habían muerto dentro de los diez primeros meses después del final de la guerra; y el invierno siguiente mató a aproximadamente más de 12.000. La gente vivía en agujeros entre las ruinas, y algunos alemanes, particularmente refugiados desde el Este, estaban prácticamente desnudos.  En su libro Cosecha Macabra, Ralph Franklin Keeling se refiere a una cita de un conocido ministro religioso alemán: Miles de cuerpos están colgando de árboles en los bosques alrededor de Berlín, y nadie se molesta en sacarlos, miles de cadáveres son llevados hacia el mar por los ríos Oder y Elba; uno ya ni lo nota, miles y miles están muriendo de hambre en las carreteras, hay niños vagando solos por las carreteras.


Violación en masa. A lo cual debe añadirse el sexo voluntario obtenido de mujeres muriéndose de hambre.


La ofensiva de violaciones por las fuerzas invasoras rusas es, por supuesto, infamante. En la zona rusa de Austria, la violación era parte de la vida diaria hasta 1947, y muchas mujeres fueron infectadas con enfermedades venéreas para las que no tenían ningún medio de curarlas, las estimaciones conservadoras ponen el número de mujeres de Berlín violadas en 200.000. Cuando los británicos llegaron a Berlín, los oficiales más tarde recordaron el impacto de ver los lagos en el próspero Oeste llenos con los cadáveres de mujeres que se habían suicidado después de haber sido violadas. La edad de las mujeres víctimas de violación iba desde 12 a 75 años. Enfermeras y monjas estaban entre las víctimas, algunas más de cincuenta veces. Los rusos eran particularmente duros con los nobles, prendiendo fuego a sus casas señoriales y violando o asesinando a los habitantes. Aunque la mayor parte de los bebés bastardos rusos no deseados fueron abortados, se estima que entre 150.000 y 200.000 bebés rusos sobrevivieron. Los rusos violaban dondequiera que ellos fueran, de modo que no fueron sólo mujeres alemanas las que fueron violadas sino también mujeres de Hungría, Bulgaria, Ucrania y Yugoslavia, incluso aunque éstas estuvieran en el mismo lado en la guerra.


Había una política oficial contra las violaciones, pero era tan comúnmente ignorada que fue sólo en 1949 que los soldados rusos enfrentaron algún disuasivo real. Hasta entonces, ellos eran incitados por el judío Ilya Ehrenburg y otros propagandistas soviéticos que veían la violación como una expresión de odio. 

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