sábado, 21 de febrero de 2015

El “holocausto” fue un “trabajo interno”..

Resultado de imagen de la estafa del holocaustoEstos son los miserables: financian Israel con el dinero que ellos mismos robaron a los judíos! Dinero que, por cierto, están volviendo a cobrar como si se hubiera perdido, con lo que la estafa es doble. Pero veamos esto paso a paso el llamado holocuento no sólo ha servido para la consecución de la fundación del Estado terrorista de Israel, principal objetivo de los sionistas, sino que también ha sido útil para dos cosas: en primer lugar, explotar comercialmente su recuerdo para llenar los bolsillo de la mafia que se ha beneficiado de él mediante la propaganda y la imposición de una deuda absurda y falazmente distribuida que no ha servido para hacer justicia sino para engrosar aún más un conglomerado sin escrúpulos, y en segundo lugar, para que determinadas instituciones corruptas e interesadas se hallan adjudicado la representación del mundo judío incurriendo en una política puramente fascista que se dedica a perseguir a todo aquel que se acerque a demostrarlo.Resultado de imagen de la estafa del holocausto Resulta casi imposible en cambio realizar hoy por hoy la afirmación de que el genocidio ha sido atrozmente aprovechado para beneficiar a una serie de poderes fácticos corruptos así como de que existe un plan interno de tal cúpula sin que le acusen a uno de paranoico o antisemita arguyendo ignorantemente que eso no es más que una leyenda urbana. Sin embargo, esto es cierto hasta el punto de que existe un innumerable púlpito de individuos judíos que han denunciado tanto la interesada utilización del recuerdo del holocuento como el propio carácter conspirativo de los crímenes. Sí, existen judíos en algunos casos supervivientes o hijos de supervivientes que han reconocido que el holocausto fue un trabajo interno. En primer lugar tenemos a Norman Finkelstein, catedrático judío cuyos padres fueron auténticos supervivientes de los nazis. Su madre estuvo en el campo de Majdanek y su padre en Auschwitz. Con todo, Finkelstein ha tenido el valor de escribir un libro titulado “La industria del holocausto: reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío”, donde documenta rigurosamente cómo el número de proclamados supervivientes del holocausto ha aumentado desde el fin de la II Guerra Mundial hasta nuestros días… ¡casi diez veces! Al parecer, el sionismo ha facilitado toda una industria que ha consentido esta farsa beneficiando fraudulentamente a aquellos que nada tuvieron que ver con la persecución. En su libro, Finkelstein citaba algo que solía decir su madre: Si todos los que hoy día aseguran ser supervivientes, lo son ¿a quién mató Hitler?. Finkelstein también expone cómo los sionistas no se han conformado con eso, sino que además han robado a las verdaderas víctimas.Resultado de imagen de la estafa del holocausto El profesor aclara cómo éstos negociaron con el gobierno alemán no compensar a los individuos cuya vida había sido destrozada por el anterior gobierno sino financiar la rehabilitación de las comunidades judías, es decir, a los amigos de los Rothschild. También se acordó el pago a determinados individuos particulares. ¿A quiénes? A los rabinos y líderes de las facciones afines. Esto es otra forma de referirnos a los Sabios de Sion, los que realmente comandaron el “holocausto”. Estos impresentables han recibido pensiones vitalicias en cheques que en su conjunto dan cientos de miles de millones de dólares mientras al mismo tiempo algunas víctimas han acabado condenadas a un nuevo “holocausto” por aquellos que supuestamente buscaban compensar aquél. Recuerdo ver en un documental a un judío superviviente hecho un paria por culpa de la política de Israel. Por su parte, el gobierno de Alemania cedió a las peticiones de asociaciones judías de financiación elitista que se adueñaron del nombre de los judíos La negociación fue impulsada por la Conferencia Judía de Peticiones Materiales a Alemania, la cual fue formada por el Comité Judío Americano, el Congreso Judío de América, y la B’nai B’rith de los Rothschild. Resulta insultante que estos tipos estén reclamando el dinero recaudado para compensar a las víctimas del holocuento cuando fueron precisamente ellos quienes se beneficiaron del expolio de los judíos. Esto es algo probado por el hecho de que, en 1998, el brillante investigador David Icke, andaba de viaje en Sudáfrica con motivo de una serie de conferencias cuando de pronto recibió una invitación privada para reunirse con… ¡el expresidente P. W. Botha! En aquel encuentro Icke fue informado de que durante su presidencia en los años 80, Botha había tenido que recibir una delegación de los Rothschild en Ciudad del Cabo. Al parecer, los Rothschild le ofrecieron un trato que sería pagado con el dinero robado por los nazis a los judíos que permanecía aún guardado en varias cuentas secretas de Suiza. Botha confesó que le pareció intolerable. Posteriormente, una investigación demostró que, efectivamente, había depósitos en Suiza con existencias de la época, confirmándose así las declaraciones del expresidente. Éstos son los Rothschild: ¡financian Israel con el dinero que ellos mismos robaron a los judíos! Dinero que, por cierto, están volviendo a cobrar como si se hubiera perdido, con lo que la estafa es doble. Esto no desentona con su línea una vez que ésta se conoce, pues a ellos corresponde la siguiente frase: Cuando la sangre cubra las calles, compra propiedades.Resultado de imagen de la estafa del holocausto Pero volviendo a aquella conferencia, según informa Finkelstein, el vicepresidente ejecutivo de la misma había sido un tal Saul Kagan, a quien le concedieron una indemnización de 105.000 dólares al año. Eso mientras que lo único que recibió la madre de Finkelstein tras la guerra fue una compensación de 3.500 dólares por parte de las organizaciones judías que extorsionaron mediante el chantaje moral al gobierno de Alemania. Finkelstein subrayó: Kagan registra en doce días lo que mi madre recibió por sufrir durante seis años la persecución de los "nazis". Pero el atropello no acaba aquí, pues por lo visto estas redes no se están limitando simplemente a reclamar una compensación material en nombre de aquellos cuya vida fue truncada por el “holocausto”, sino que están reclamando todo el capital de los judíos antes de la guerra… incluyendo los muertos. ¿Recompensar a los supervivientes? El lobby sionista ha llegado a recaudar hasta 60.000 millones de dólares para su causa, de los cuales tan sólo una ínfima parte ha sido apercibida por los supervivientes. Por otro lado, y para probar lo que antes dije de la compra de la administración universitaria para dilapidar a los divulgadores de la verdad, contamos con el testimonio de Mark Levine, de nuevo un profesor judío que ha denunciado a los grupos a favor de Israel por haber creado, según él, una gran máquina para chantajear a las universidades. Citando textualmente: Son grupos poderosos y organizados de la comunidad judía que utilizan el miedo y la intimidación para tratar de asegurarse de que nadie critique a Israel.

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