domingo, 22 de febrero de 2015

Terrorismo aéreo..

Resultado de imagen de ciudades alemanas bombardeadasEl terrorismo aéreo se intensificó a partir de Julio, del 24 de ese mes al 3 de agosto hubo cuatro bombardeos nocturnos y tres diurnos contra Hamburgo, barrios residenciales enteros desaparecieron de la noche a la mañana, jamás se había visto nada semejante, se arrojaron 80.000 bombas explosivas, 80.000 incendiarias y 3.000 latas de fósforo para avivar los incendios, cuyo resplandor era visible a 200 kilómetros de distancia, 250.000 viviendas fueron arrasadas, o sea la mitad de las existentes, y un millón de personas se quedó sin hogar. El primero de esos bombardeos contra Hamburgo fue la noche del 24 al 25 de Julio de 1943, el terrorista Churchill ordenó que todos los efectivos de la RAF fueran concentrados para ese ataque, en el que se inauguró el procedimiento de arrojar tiras de papel metálico, a fin de confundir y desorientar al radar alemán, como así fue.Resultado de imagen de ciudades alemanas bombardeadas Resultado de imagen de ciudades alemanas bombardeadas   A la mañana siguiente, y mientras la insomne población de Hamburgo luchaba frenéticamente para dominar los incendios, la aviación terrorista hizo llover otra catarata de bombas. Ataques semejantes, de 700 a 1.000 aviones, se repitieron de día o de noche el 27, el 28 y el 30 de Julio, y por último, la noche del 2 al 3 de Agosto. Era tal la cantidad de humo de los incendios, que miles de personas se salían de los refugios antiaéreos en busca de aire, pero afuera el humo era igualmente denso. Muchas mujeres trataban inútilmente de salvar a sus hijos levantándolos en brazos y corriendo en busca de una atmósfera respirable. Hubo 40.000 muertos, entre ellos 5.000 niños. Los escolares trabajaban sin cesar auxiliando víctimas. El jefe de la Policía rindió un informe al Alto Mando que decía: Lo terrible de la situación se manifiesta en los rugidos furiosos del huracán de fuego, el ruido infernal de las bombas al estallar y los gritos de muerte de las personas torturadas. El idioma no tiene palabras ante la magnitud de los horrores.Resultado de imagen de ciudades alemanas bombardeadas Barrios residenciales enteros desaparecieron de la noche a la mañana; los hospitales se atestaban de heridos; los servicios de alumbrado y agua se interrumpían, y la ciudad quedó transitoriamente muerta. La carga de explosivos en esos ataques fue equivalente al poder destructivo de la bomba atómica arrojada sobre Hiroshima. Esto fue repitiéndose, en mayor o menor escala, con otras muchas ciudades alemanas. El "experimento" de los terroristas Churchill y Roosevelt, para ver si mediante esas matanzas de civiles se desplomaba Alemania, se mantuvo en su apogeo durante todo 1943, pero la moral del pueblo resistió la terrible prueba. Muchos que ocasionalmente se enteran del terrorismo aéreo contra Alemania suponen cegados por la propaganda que fue una respuesta al terrorismo aéreo alemán contra Inglaterra. Eso es falso.Resultado de imagen de ciudades alemanas bombardeadas Es cierto que hubo bombardeos terriblemente intensos sobre Gran Bretaña, como el de Coventry, pero se hallaban dirigidos hacia un objetivo militar. Coventry, centro de industria bélica, fue devastado, y junto con la industria perecieron muchos civiles. Pero es distinto atacar objetivos militares y consecuentemente matar civiles en los alrededores, que enfocar los bombardeos específicamente contra zonas residenciales carentes en absoluto de objetivos militares. Entretanto, el mando Aliado descubría un nuevo recurso para que sus bombardeos de terror fueran aún más mortíferos. Sucedió que en esos días el oriente de Alemania comenzó a ser invadido o amenazado por los bolcheviques, que anhelantes de venganza celebraban su entrada en suelo alemán con violaciones, despojos y asesinatos. Resultado de imagen de ciudades alemanas bombardeadasLas autoridades de la zona oriental movilizaron a casi todos los hombres para apuntalar las defensas, y ordenaron a las mujeres y a los niños que buscaran refugio en ciudades o aldeas en la parte central del Reich. Los terroristas se percataron de ese movimiento en masa de la población civil, y resolvieron atacar las ciudades atestadas de refugiados. Así las víctimas por bombas aumentarían considerablemente. Contra Berlín, congestionada de emigrantes, se lanzó una ola de ataques que culminó el 3 de Febrero con la muerte de 25.000 civiles. Leipzig padeció algo semejante. En una llamada operación "Clarión" se lanzaron durante dos días 9.000 bombarderos y cazas contra aldeas y establecimientos agrícolas sin ninguna meta militar. El plan alcanzó su apogeo el 13 de Febrero de 1945, fecha en que ocurrió la más sangrienta de las acciones bélicas que jamás haya realizado una fuerza armada contra una masa de civiles. A la ciudad de Dresden, situada a 110 kilómetros del frente soviético, habían llegado buscando refugio de 300.000 a 500.000 mujeres y niños. Dresden era ciudad abierta. Es decir, no era una fortaleza guarnecida de tropas, ni tenía fábricas de guerra, ni objetivos militares de ningún género. Los fugitivos atestaron casas, edificios públicos, jardines y hasta calles. Pues bien, la mañana del 13 de Febrero varios aviones terroristas de reconocimiento volaron varias veces sobre Dresden y con toda tranquilidad tomaron fotografías, supuesto que allí no había defensas de ningún género. Por la noche, 800 tetramotores arrojaron sobre la ciudad inerme una lluvia de bombas explosivas e incendiarias.Resultado de imagen de ciudades alemanas bombardeadas Al amanecer del día siguiente, 1.350 bombarderos pesados descargaron también un alud de fuego. Y horas más tarde, al oscurecer, otros 1.100 tetramotores maceraron la ciudad destruída.  El propio escritor inglés Veale agrega: Para la mente secular quizá resulte que lo mejor que puede decirse del lanzamiento de la primera bomba atómica es que la muerte cayó literalmente del cielo azul sobre la ciudad condenada. Lo que ocurrió allí puede parecer menos turbador que lo que ocurrió unos meses antes en Dresden, cuando una gran masa de mujeres y niños sin hogar se puso en camino hacia allí y tuvo que correr alocada por una ciudad desconocida en busca de un lugar seguro, en medio de explosiones de bombas, fósforo ardiendo y edificios que se derrumbaban. En el invierno de ese año, el ministro alemán del Trabajo, el doctor Ley, calculaba que veinte millones de alemanes habían perdido ya todos sus bienes y todos sus familiares.

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