Platón no estaba de ningún modo destinada a humillar o dañar a los menos dotados. Más bien, el punto era organizar la sociedad con un reconocimiento de esas diferencias, ya que gente diferente es intrínsecamente conveniente para actividades diferentes.
Platón considera la desigualdad humana tan innata como evidente. Él escribe La República, 455b-c:
Cuando distingues a la gente como naturalmente competente o incompetente con respecto a algo, quiere decir que algunas personas encuentran fácil aprender, mientras que otros lo encuentran difícil, y que algunas personas comienzan a hacer su propio trabajo original después de sólo un poco de estudio, mientras que otros no pueden siquiera retener lo que han aprendido incluso después de mucho estudio y cuidado.
¿No son éstos los rasgos que te permiten definir a algunas personas como naturalmente competentes, y a otras como incompetentes?.
Platón sin embargo afirma que incluso una buena educación no puede deshacer la imperfección congénita:
La educación no es capaz de hacer lo que algunos proclaman. Ellos afirman introducir ciencia en un alma que no la tiene, como si ellos estuvieran introduciendo la vista en ojos que son ciegos.
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