sábado, 14 de abril de 2018

La razón y el deseo..Hegel

Resultado de imagen de hegel


La historia humana es un registro de lucha por la verdad y la gloria. No se puede entender en términos puramente materialistas.

Realmente no sabemos lo que significa honor y patriotismo. No nos sentimos cómodos con el amor propio, con preferencias por nuestra familia, tribu, nación y raza. La idea del autosacrificio parece una forma insana de fanatismo. No somos las mismas personas que lucharon en duelos por honor y levantaron monumentos a héroes. ¿Qué nos ha pasado?



El gran filósofo idealista alemán Hegel argumentó que el thumos es la fuerza impulsora de la historia. Para Hegel, el comienzo de la historia es un duelo a muerte por honor. Aquellos que ponen honor por encima de la vida misma son gobernados por espíritu. Aquellos que están dispuestos a sufrir deshonor para preservar sus vidas están gobernados por el deseo. El hombre que pone la muerte antes del deshonor es gratis. El hombre que prefiere el deshonor hasta la muerte es un esclavo natural.

Resultado de imagen de hegel

Para Hegel, la historia comienza cuando los seres humanos subordinan la vida y el deseo a las partes más elevadas del alma: la razón, la imaginación, el espíritu. El deseo es un instinto de autopreservación.

El deseo busca las necesidades de la vida, abre el ámbito de lo no necesario: del lujo, de las cosas inútiles que constituyen el ámbito de la incultura.

Necesitamos entender los orígenes del liberalismo moderno. Platón enseñó que la ciudad es el alma escrita en grande. Así como un individuo puede ser gobernado por la razón, el espíritu o el deseo, una sociedad puede ser gobernada por hombres que siguen la razón, el espíritu o el deseo. El fundamento último de cualquier constitución política es la constitución moral del pueblo. Por lo tanto, para preservarse, un régimen debe poner su sello en el carácter de los ciudadanos, y cuando el carácter de la ciudadanía cambia, el cambio de régimen no se queda atrás.



Los fundadores del liberalismo entendieron que para derrocar el orden de la sociedad, primero tenían que derrocar el orden del alma: echar abajo la soberanía de la razón y el thumos y reemplazarlos con la soberanía del deseo.

La razón fue degradada de un poder que puede legislar o crear valores y se convirtió en una facultad técnica-instrumental para satisfacer el deseo. Como dijo Thomas Hobbes, la razón es a las pasiones como "exploradores y espías" al servicio de un general. Como dijo David Hume, "la razón es y siempre debe ser esclava de las pasiones".

El resultado de esta reconexión del alma fue el ascenso del hombre burgués moderno, para quien la riqueza material, la seguridad personal y una larga vida prevalecen sobre todos los asuntos de principios y patriotismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario