Todos tienen bocas que se cansan,
almas brillantes que no tienen costuras.
Y anhelo por el fango del pecado
pasa a través de sus sueños.
Casi iguales avanzan,
silenciosos bajo el Árbol,
como intervalos dentro de
la grandiosa sinfonía de Dios.
Pero cuando uno de ellos se enfurece,
extiende las alas y hace temblar las tempestades,
como si Dios, esculpiendo siglos,
con las manos enormes, hojeara páginas,
desde el oscuro libro del comienzo..
Rainer Maria Rilke.
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