Podemos rodear el problema del antiamericanismo con bases históricas, con análisis objetivos, los USA no atacaron a Alemania en 1941, atacaron a Europa, en junio del 44 no vinieron a liberar Europa, sino a atacarla y ocuparla.
Los Estados Unidos son históricamente los enemigos naturales, obligatorios, de Europa. Después de 1945, Washington eliminó a Europa del mundo. Los burlados fueron sucesivamente sus antiguos "aliados". las marionetas políticas guarecidas en Londres desde el 40 hasta el 44. Se ha visto, pues, a los holandeses expulsados de Indonesia, a los franceses de Indochina, a los belgas de África, a los ingleses de Delhi gracias a la deliberada voluntad de los Estados Unidos. Hoy sólo una nación puede cuestionar la hegemonía americana, es Europa. Por razones demográficas 500 millones de hombres entre Dublín y Bucarest - 700 millones entre Dublín y Vladivostock, por razones industriales, Europa es un gigante industrial. La Europa unida y unitaria puede fácilmente contestar y expulsar a los Estados Unidos de América latina, de África, del Mediterráneo. Hablar del imperialismo de Estados Unidos no es hablar de algo irreal, sino de algo muy real, algo que es. Es un imperialismo que no se siente apenas (y no es sólo el imperialismo de USA el imperialismo de USA, también es el imperialismo que se manifiesta bajo otras banderas, la de sus secuaces y colaboradores). No se ven los tanques ni los convoyes por las calles, aunque el imperio se hace ostensible, para quien quiere verlo, en ciertos hábitos culinarios (comida basura), imposiciones estéticas (moda) y musicales (ritmos negroides y otros contrarios al buen gusto), en la televisión y en el cine... lo que demuestra que existe un imperialismo del poder -político, económico y militar-, pero también un imperialismo cultural. Pero el imperialismo americano -al menos sobre el que yo quiero hablar en concreto- se muestra en su auténtica dimensión cuando se conocen los datos de todas las bases, armas y unidades que tiene EE.UU. desplegadas por todo el mundo. He de indicar que mostraré mayor interés en el imperialismo norteamericano sobre suelo europeo, pues es ese imperialismo parte del problema que impide a Europa ser fuerte, unitaria e independiente, es decir, un conjunto capaz de enfrentarse a EE.UU. y cualquier otra amenaza. Pero también hay que subrayar que el imperialismo yanqui no es perfecto. Recibe muchos golpes y reveses y a veces los planes no le salen como esperaba. En el mundo existen naciones rebeldes, grandes bloques como China o Rusia que no van a sucumbir con facilidad y que suponen grandes amenazas (más que Irán o Venezuela por mucho que nos adoctrinen en televisión para ver en un futuro bien una hipotética invasión de esos países, como ocurrió con Irak tras largos años de adoctrinamiento pro-americano), también personas independientes y formaciones políticas disidentes que luchan contra el entramado y dominio imperial judeo-estadounidense desde sus modestas posiciones. Parece que el imperio no sufre, que es inamovible, pero debemos tener la paciencia del agua, que es capaz de erosionar la roca más dura.
En Europa existe el Comando Europeo de los Estados Unidos (EUCOM), que no es otra cosa que todo el mando unificado de las fuerzas armadas estadounidenses en Europa, acuarteladas en Stuttgart, Alemania. En suelo europeo existen más de 400 bases, más de 70.000 efectivos y unas 200 armas nucleares norteamericanas (dato este último del que se habla poco y que la mayoría de la población europea desconoce). Esto es prácticamente una ocupación militar con el consentimiento de nuestros estados europeos ocupados, no soberanos y títeres del poder judeo-norteamericano. Digo judeo-norteamericano porque la soberanía de EE.UU. está también sujeta a los intereses de Israel.
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