domingo, 28 de septiembre de 2014

El Ejército de Violadores de Stalin

Voces oficiales y semi-oficiales rusas al día de hoy no aceptan estos testimonios por considerarlos como una moderna campaña de infamia, pero los hechos y los múltiples informes de dichas atrocidades difícilmente pueden ser confutados... el salvaje abuso contra personas indefensas y frágiles no tiene justificación.. aunque sí explicación...los guerreros honorables no realizan tales acciones y si lo hacen.. pierden su buen nombre... no eran calumnias las advertencias que había hecho antes Goebbels..¡¡  Un libro que da cuenta de la bestial ocupación rusa de los territorios del Reich durante el final de la Segunda Guerra, da pie a lo siguiente..son textos en castellano que enfrentan el lamentable e indignante caso de las violaciones masivas llevadas a cabo por las hordas soviéticas en su avance hacia el Oeste.. 
Mientras Stalin excusó la violación como un instrumento de la política militar estatal, su jefe de policía Laurenti Beria era un violador en serie.


Un diplomático estadounidense, el guardaespaldas de Beria y la actriz rusa Tatiana Okunevskaya dieron testimonio de los métodos de aquél para capturar a mujeres de la calle.
Más de 100 muchachas en edad escolar y mujeres jóvenes fueron drogadas y violadas por el hombre que dirigía el NKVD, el temido precursor del KGB.

La violación de la población femenina de Berlín cualquiera entre los 13 y los 70 años estaba en peligro, fue cruelmente viciosa. En un incidente angustioso, un abogado de Berlín, que de alguna manera había protegido a su esposa judía de la persecución a lo largo del período nacionalsocialista, fue baleado tratando de protegerla de la violación por soldados del Ejército Rojo. Mientras él yacía agonizante producto de sus heridas, vio a su esposa siendo violada por un grupo.


"Ellas no hablan una palabra de ruso, pero eso lo hace más fácil", escribió un soldado del Ejército Rojo en una carta a casa en Febrero de 1945. "Usted no tiene que persuadirlas. Usted sólo apunta con un revólver y les dice que se acuesten. Entonces usted hace su trabajo y se marcha".


La rendición de Alemania no calmó el comportamiento de los rusos, al menos en el corto plazo. 
Las atrocidades del Ejército Rojo contra las mujeres en Dresden en la primavera de 1945, una ciudad que había sufrido ya enormemente por el bombardeo Aliado, fueron realizadas en una manera enfermizamente sistemática.


En la casa vecina a la nuestra, tropas soviéticas entraron y sacaron a las mujeres a la calle, sacaron sus colchones y las violaron, recordó un habitante, John Noble.
Los hombres tenían que mirar, y luego se les pegaba un tiro. Justo al final de la calle, una mujer fue atada a una rueda de vagón y terriblemente maltratada.


Por supuesto, usted tenía el sentimiento de que usted quería detener aquello, pero no había ninguna posibilidad de hacer eso. Las mujeres que pasaban por delante de piquetes del Ejército Rojo yendo al trabajo o volviendo, eran rutinariamente violadas.


El historiador Chris Bellamy cree que aunque no haya ningún registro escrito que sobreviva para demostrarlo, "el espectro horrible de la violación múltiple no sólo fue perdonado, sino que fue —podemos estar bastante seguros— legalmente sancionado por los funcionarios políticos que hablaban por el gobierno soviético".


Tampoco es verdadero que la violación fue principalmente llevada a cabo por unidades de la reserva que llegaron detrás de las tropas de primera línea.
El corresponsal de guerra ruso Vassily Grossman estaba incorporado en el Octavo Ejército de Guardias, élite de primera línea, y también cometió violación, como lo hizo al menos uno de sus propios colegas, otro corresponsal de guerra. Así como hubo aproximadamente dos millones de violaciones en Alemania, hubo entre 70.000 y 100.000 en Viena y de 50.000 a 200.000 en Hungría, así como miles en Rumania y Bulgaria, que había estado a favor de los alemanes, pero también en Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia, que no habían estado.


En efecto, como Beevor indica, el Ejército Rojo incluso violó a mujeres que habían sido liberadas de los campos de concentración, demacradas y llevando su uniforme de prisión.


En general, sin embargo, los soldados rusos tendieron a preferir a las mujeres más gordas y mejor alimentadas, y un diarista registró la satisfacción sentida por algunas mujeres de Berlín que resultaron ser mujeres de funcionarios del Partido Nacionalsocialista.


El vodka desempeñó un papel, por supuesto, pero lo peor del comportamiento fue alimentado por puro odio y agresión, así como un sentido despiadado de la disuasión para el futuro.


"Está absolutamente claro que si realmente no los asustamos ahora, no habrá ningún modo de evitar otra guerra en el futuro", escribió un soldado del Ejército Rojo en ese tiempo.
En un libro recientemente publicado por el profesor de Historia moderna en Cambridge, Richard Evans, un joven oficial ruso es mencionado recordando cómo cuando su unidad dio alcance a una columna fugitiva de refugiados alemanes: "Mujeres, madres y sus niños, yacen a la derecha y a la izquierda a lo largo de la ruta, y delante de cada una de ellas está una armada estridente de hombres con sus pantalones abajo.


Las mujeres que están sangrando o perdiendo el conocimiento son empujadas a un lado, y nuestros hombres les disparan a las que tratan de salvar a sus hijos.

Un grupo de oficiales "sonrientes" aseguró que "cada soldado sin excepción tomaría parte".

De los archivos de Evans: "La violación a menudo era acompañada de tortura y mutilación, y con frecuencia terminaba con la víctima siendo baleada o golpeada hasta la muerte. La violencia furiosa era indiscriminada".


La insistencia en que los varones presenciaran las violaciones era una política deliberada, orientada a "acentuar la humillación".


En la base de toda esta inmunda inhumanidad estaba el modo en que el Ejército alemán y sus aliados se habían comportado durante su invasión a Rusia.


Claramente ésa no era la única explicación: esto no explica por qué el Ejército Rojo violó a polacas, checoslovacas y yugoslavas, e incluso mujeres rusas, por ejemplo; para ello uno tiene que cavar profundamente en los repliegues más oscuros de la psique masculina.

La alta reputación de británico Anthony Beevor 
como historiador asegura que sus afirmaciones serán tomadas en serio. Su libro Stalingrad fue extensamente elogiado y se le concedió el prestigioso Premio Samuel Johnson, el Premio Wolfson en la categoría Historia, y el Premio Hawthornden.

Su relato del sitio de Berlín, sin embargo, promete ser más polémico."Desde muchos puntos de vista, el destino de las mujeres y las muchachas en Berlín es mucho peor que el de los soldados que pasaron hambre y sufrieron en Stalingrado".


Para entender por qué la violación de Alemania fue tan singularmente terrible, el contexto es esencial. La Operación Barbaroja, la invasión nacionalsocialista de Rusia en 1941, dio comienzo al conflicto más genocida de la Historia. Quizás 30 millones de habitantes de la Unión Soviética se piensa ahora que murieron durante la guerra, incluyendo a más de tres millones que fueron deliberadamente privados de comida en campos alemanes de prisioneros de guerra.


Los alemanes, no habiendo mostrado clemencia, no podían esperar nada a cambio. Sus bajas fueron también a una escala enorme. Sólo en la Batalla de Berlín más de un millón de soldados alemanes fue muerto o murió más tarde en cautiverio, más al menos 100.000 civiles. La Unión Soviética perdió más de 300.000 hombres.


En este horrible contexto, Stalin y sus comandantes perdonaron o incluso justificaron las violaciones, no sólo contra alemanas sino también contra sus aliados en Hungría, Rumania y Croacia. Cuando el comunista yugoslavo Milovan Djilas protestó ante Stalin, el dictador explotó: ¿Puede él entender que un soldado que ha cruzado miles de kilómetros a través de sangre y fuego y muerte se divierta con una mujer o tome alguna cosa de poca importancia?. ¿Cuántas mujeres alemanas fueron violadas? Uno sólo puede conjeturar, pero fue una alta proporción de al menos 15 millones de mujeres que vivían en la zona de la Unión Soviética o que fueron expulsadas de las provincias del Este. La escala de la violación es sugerida por el hecho de que aproximadamente dos millones de mujeres se practicaron abortos cada año entre 1945 y 1948

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