No hay razón para pensar que con los genes relativos a la personalidad no se de el mismo fenómeno. Siendo esto así, la unión inquebrantable dentro de una Comunidad Nacional, objetivo al que todo estado nacional serio en el mundo debería apuntar, solo se puede dar cuando ésta esta compuesta por individuos compatibles entre si y con la sociedad en la que viven, y eso se logra de una sola forma: una política de "Sangre y Suelo".
Esto significa, asegurar a la raza creadora de su cultura un territorio propio, un Espacio Vital, donde desarrollar su propia cultura libremente y ajena a conflictos raciales antinaturales.
El hecho de la Raza es tan directamente visible que es absolutamente increíble que haya muchas personas inteligentes y observadoras que rechacen su importancia. Las diferencias raciales se manifiestan en cada faceta de la existencia humana.
El hecho de la Raza es tan directamente visible que es absolutamente increíble que haya muchas personas inteligentes y observadoras que rechacen su importancia. Las diferencias raciales se manifiestan en cada faceta de la existencia humana.
Además de los más obvios ejemplos de diferencias de la apariencia física entre las distintas razas humanas podemos añadir sus diferentes valores espirituales, sus diferentes psicologías, sus diferentes sentidos de la estética, sus diferentes susceptibilidades a ciertas enfermedades y su diferente configuración muscular y estructura orgánica.
El hombre pertenece al mundo biológico animal. No está separado ni es distinto de éste. Cuando hablamos de "humanidad", el mundo científico se refiere a las ESPECIES de primates conocidos como HOMO SAPIENS. Cuando comúnmente hablamos, en terminología científica, de SUB ESPECIES. Cuando hablamos de perros o gatos, de caballos o de vacas, nadie niega tampoco las fundamentales diferencias entre subespecies de la misma especie.
El hombre pertenece al mundo biológico animal. No está separado ni es distinto de éste. Cuando hablamos de "humanidad", el mundo científico se refiere a las ESPECIES de primates conocidos como HOMO SAPIENS. Cuando comúnmente hablamos, en terminología científica, de SUB ESPECIES. Cuando hablamos de perros o gatos, de caballos o de vacas, nadie niega tampoco las fundamentales diferencias entre subespecies de la misma especie.
¿Discutiría alguien que entre el caniche y el pastor alemán existen no sólo apariencias físicas diferentes, sino también diferentes temperamentos y capacidades?. ¿Discutiría alguien las diferencias entre el caballo de pura sangre y el pony de Shetland, o entre un siamés de concurso y un gato callejero?. Ciertamente no. Y todavía esta observación, tan sensata y de sentido común, del orden natural no es admitida en ninguna parte cuando se discute el tema de la Raza.
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