miércoles, 7 de septiembre de 2016

La Nueva Nobleza de la Sangre y el Suelo.

Lo que somos y lo que, como Pueblo, aún podemos llegar a ser, eso lo decide nuestra composición étnica.

En la primavera de 1930 Darré se recluyó en la casa de la familia Schultze-Naumburg en Saaleck para escribir su obra máxima Der Neuadel aus Blut und Boden, La Nueva Nobleza de la Sangre y el Suelo. Este libro llego a manos de Himmler, el cual se hace amigo de Darré y al poco tiempo lo incluyo en las SS, para que siguiera con sus estudios y sus investigaciones. Cuando Hitler llega al poder nombra a Darré como ministro de Agricultura.



El 29 de septiembre de 1933 Darré inició una revolución agrícola con una ley que le valió una gran popularidad entre los agricultores.



La ley creaba la figura del campesino cuyo bien hereditario era indivisible, inajenable, heredable solamente por el hijo primogénito, inembargable, no hipotecable y estaba exento de impuestos.



Como ministro de Agricultura, Darré se convirtió en el Reichsbauernführer (Führer de los Campesinos del Reich). Algunos puntos principales de la ley:

-Sólo quien es de sangre alemana o de razas asimiladas puede ser campesino. Quien, por sus antepasados paternos o maternos, tiene sangre judía o de color, no es de sangre alemana o de razas asimiladas.

-Antes que la hija tienen derecho a la herencia los nietos, el padre, los hermanos, los sobrinos y sobrinos nietos. El sexo masculino tiene la prioridad.

-Los hijos adoptivos no heredan.

-Se contemplan los casos de pobreza inmerecida en los cuales los hijos menores tienen derecho a habitar el Erbhof del primogénito.

-Tanto el bien hereditario como su cosecha agrícola son inembargables por una deuda de dinero.· La ley llevaba las firmas del canciller del Reich, Adolf Hitler, y del Ministro de Agricultura R. Walther Darré.



En abril de 1945, al finalizar la guerra, es apresado por las tropas estadounidenses. Luego del "Circo de Nuremberg" que duro hasta el año 1946, se sucedieron otros juicios contra industriales y comerciantes, y años mas tarde contra civiles. En el juicio Wilhelmstrasse Darré enfrentó varios cargos. El 11 de abril de 1949, cuando el juicio llegó a su fin, se lo absolvió de conspirar para emprender una guerra agresiva y de los cargos de crímenes contra la humanidad ¿?. Se lo declaró culpable, sin embargo, de ser miembro de las SS y de robar alimentos de áreas ocupadas para entregarlos al consumo alemán. Fue sentenciado a siete años de cárcel, pero se lo excarceló en 1950, pocos años antes de su muerte.



Veamos a continuación unos breves extractos de su pensamiento:



"Es fácil ya comprender que la cuestión judía no es mas una cuestión religiosa sino una cuestión racial."



"Durante todo el siglo XIX se ha discutido si el judío, valiéndose de alguna influencia del medio, podría ser convertido en Indoeuropeo, en Ario. Pero las influencias exteriores no pueden modificar la herencia. Esto mismo es valido para el criminal".
"Jamás ha surgido un verdadero genio, en cualquier pueblo, que no haya poseído cualidades y predisposiciones que no puedan ser comprobadas fehacientemente ya entre sus antepasados.



No negamos que el genio deba su presencia a un especial don divino, pero afirmamos que un genio solo puede manifestarse plenamente dentro del marco de posibilidades que por herencia le han legado sus antepasados".



"La ilusión del siglo XIX en el progreso ininterrumpido puede tener validez, quizás, únicamente en las cosas que el hombre inventa y construye. Pero esto no es valido para la evolución del hombre mismo, porque este encuentra un límite en las cualidades hereditarias y condiciones de su raza. Los alemanes en el futuro seremos capaces de realizar y de crear solo aquello que pueda ser hecho a través de la sangre de nuestros hijos y nietos. La comunidad popular es una comunidad étnica. Lo que somos y lo que como pueblo aun podemos llegar a ser, eso lo decide nuestra composición racial".



“..la ilusión del siglo XIX acerca del infinito progreso de la humanidad puede tener su parte de verdad en las cosas que nosotros, los Hombres, podamos inventar y construir pero que ya no es válido para evolución del Hombre mismo, ya que este encuentra en su haber una magnitud determinada por las cualidades y condiciones de su raza. Si hoy somos capaces, como Pueblo, de realizar algo, eso lo debemos a las corrientes raciales que ya han estado presentes a lo largo de toda nuestra Historia. Y en el futuro seremos capaces de realizar y de crear tan sólo aquello que pueda ser hecho a través de la sangre de nuestros hijos y nietos. La cuestión decisiva de todo esto es que: la comunidad popular es una comunidad étnica. Con ello surge una pregunta clave: ¿Qué hacemos para mantener y para multiplicar este insustituible tesoro popular que es nuestra sangre, nuestra capacidad vital como Pueblo?



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