El hombre originalmente no es un ser de conocimiento sino una criatura de instinto y voluntad, una voluntad que cobra vida en el tiempo cíclico y de un modo no lineal. La voluntad es la realidad fundamental del mundo.
viernes, 27 de enero de 2017
La Voluntad contra la Engañosa Realidad
La voluntad es más importante que el pensamiento. Sin embargo, a nivel conceptual, como algunos eruditos señalaron, hay que distinguir cuidadosamente entre la voluntad y el instinto, como señaló el ministro nacionalsocialista Alfred Rosenberg en su capítulo "Voluntad e Instinto" de su famoso libro El Mito del Siglo XX.
La principal fuerza impulsora de la universalidad entera es la voluntad. Las ideas, los conceptos y las imágenes son simplemente la objectificación de nuestra voluntad en diferentes niveles de percepción. La voluntad es una fuerza ciega; no está sujeta ni al tiempo ni al espacio, ni obedece los principios de causalidad, ni tampoco está sujeta a accidentes.
El hombre originalmente no es un ser de conocimiento sino una criatura de instinto y voluntad, una voluntad que cobra vida en el tiempo cíclico y de un modo no lineal. La voluntad es la realidad fundamental del mundo.
Lo absurdo de la voluntad "libre" es que el hombre es esclavizado por ella sin siquiera conocer su origen y razón. Los humanos actúan, pero no saben por qué ellos actúan del modo en que lo hacen: aparte de unos pocos genios, sus percepciones no son nada más que ilusiones. Esto nos lleva a una vida terrible, llena de angustia por una parte y extasiadas expectativas por otra. Lo absurdo de nuestra voluntad no consiste en cómo alcanzar el río y apagar nuestra sed: lo absurdo consiste en la voluntad de estar sediento. La voluntad no tiene causa y, dado que excluye la causalidad, no tiene ninguna necesidad o propósito.
Ningún sistema de creencias, ninguna ideología ni ninguna religión es inmune a los egoístas e ilusorios principios vinculados a falsas percepciones de la realidad, aunque, a su debido tiempo, cada uno de ellos experimente el proceso de des-mitologización y finalmente llegue a ser un hazmerreír para aquellos que ven las ilusiones subyacentes de esos engañosos mitos.
El hombre originalmente no es un ser de conocimiento sino una criatura de instinto y voluntad, una voluntad que cobra vida en el tiempo cíclico y de un modo no lineal. La voluntad es la realidad fundamental del mundo.
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