jueves, 26 de marzo de 2015

Ernst Zündel: El hombre, su semilla y sus escritos.

Como un mediano grupo de revisionistas, él cuestiona, a partir de la fuerza de sólidos argumentos, informes documentales y forenses, el núcleo de lo que viven los judíos la tan rumiada leyenda del Holocuento.



Se nos ha dicho que la más extraña de las virtudes es el coraje de luchar por aquello en lo que uno cree que es verdadero, la máxima se enseña en las escuelas, en las universidades, en las obras de la gran literatura y en los libros, es una virtud muy admirada en ciertos hombres y mujeres del pasado, pero cuando, de repente, surge el ejemplo viviente de tal valor en la realidad presente, demasiado a menudo la gente falla en reconocerlo, lo ignoran o lo difaman con  acusaciones.

Confiando en las apariencias presta oídos a los rumores que circulan con respecto a la persona extraordinaria y, un buen día, inconscientes, se encuentran a si mismos en el campo de los calumniadores dispuestos a defender la Ley de Lynch en la cara de esa molestia para la sociedad y para el modo de pensar de moda.

Se puede añadir que si conocieran a Zündel respetarían su apertura de mente, inteligencia, comprensión de los más diversos tipos de gente y su sinceridad. Entonces descubriendo la verdadera personalidad de Zündel, el campesino, el artista, el pensador, probablemente llegarían a la idea: Estaba equivocado sobre él. He estado engañado. En mi pensamiento, en mis palabras, por mis actos u omisiones. He condenado a un hombre que en realidad es un honor para su nación, para mi mismo y para toda la raza humana. Se preguntaría a si mismo cómo enmendar los errores que se han cometido.Zündel in court
Examinen con detenimiento la imagen que de ese hombre intenta dar la mayoría de los medios de comunicación. No se dejen llevar por el uso obsesivo de los apelativos de nazi o antisemita. Estos términos se usan contra él habitual y generalmente como insultos. Estos no resisten ningún análisis. Bien al contrario, la gente que los difunde necesita recurrir a ellos. Estas palabras se emplean para destruir a aquellos a quienes van dirigidas o al menos para enviarlos a la cárcel. A menudo la mayoría son vituperaciones para descargar la bilis. Pronunciarlas es como escupir y el escupitajo nunca ha constituido argumento. Pregúntese si Zündel más que el monstruo que se les describe, puede no ser bastante simplemente un hombre vinculado a su país de origen Alemania cuyo deseo es defender su patria contra terribles calumnias.



Si ustedes escuchan que "niega el Holocausto de los judíos" reflexionen de nuevo:
¿Ha afirmado que durante la Segunda Guerra Mundial los judíos no sufrieron? La respuesta es no.
¿Ha sostenido que Alemania no tenía una política anti-judía entonces? La respuesta es de nuevo no.
¿Ha cuestionado que los judíos fueran deportados a campos de concentración o campos de trabajo? La respuesta de nuevo es no.
¿Ha propugnado la discriminación racial o puede rastrearse en su pasado algún signo concreto de comportamiento racista hacia aquellos con quienes tuvo contacto? La respuesta una vez más es no.



Lo que Zündel ha pensado y escrito en el pasado y lo que continua pensando hoy en prisión donde ha sido retenido como el más peligroso de los criminales.

Como un mediano grupo de revisionistas, él cuestiona, a partir de la fuerza de sólidos argumentos, informes documentales y forenses, el núcleo de lo que los judíos llaman Holocausto o Shoah.
Como conclusión de su investigación, encontró que Adolfo Hitler había buscado la solución final pero deletreada por escrito "solución final territorial"
También halló que nunca se había contemplado y mucho menos llevado a cabo un exterminio de judíos si no más bien, como a menudo ha sucedido en la historia de ciertos países una transferencia de judíos fuera de Europa. La solución final territorial era para que los judíos fueran reubicados en un territorio autónomo propio fuera de Europa, en cualquier lugar excepto en Palestina.

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