Para la juderia organizada, la historia se ha convertido en una parte indispensable de su herencia religiosa, casi todo el mundo tiene una necesidad instintiva de creer en algo y de adorar algo. Mientras han subvertido sistemáticamente la verdadera religión, los autores de dicho fraude han explotado hábilmente esta necesidad humana básica, comparando a Auschwitz con el Gólgota, a los nacionalsocialistas con el diablo, y al pueblo judío con el Mesías, para los no-judíos también, el Holocuento ha sido gradualmente transformado en un mito religioso. Incluso la crítica más leve a los judíos, como los holocuentistas oficiales Elie Wiesel o Simon Wiesenthal ellos lo han declarado, se ha convertido en un tabú: Si criticas a un judío, eres es un "anti-semita", el HOMBRE era también un anti-semita quien, como "todo el mundo" sabe, gaseó a los judíos, por lo tanto cualquiera que critique a los judíos ¡está preparando el terreno para nuevas cámaras de gas!.
Tan primitivo como es, esta clase de argumento es notablemente eficaz. Esto es lo que hace de la lucha revisionista algo tan excepcionalmente difícil: no sólo debemos llevar a cabo una lucha cuesta arriba contra la censura de los medios de comunicación, la represión y la propaganda, sino que también debemos vencer una especie de fe religiosa. Como muestra la Historia, refutar la religión con argumentos racionales no es exactamente una tarea fácil. Pero esta lucha debe ser emprendida, y por cuanto el destino de las futuras generaciones depende de su resultado, deberíamos ganarla.
Así, el destacado periódico alemán Die Welt declaró el 16 de Marzo de 1994 que: "quienquiera que niegue Auschwitz no sólo ataca la dignidad humana de los judíos, sino que ensombrece los fundamentos básicos de la propia auto-percepción de esta sociedad..! toma ya ¡¡. En el Frankfurter Allgemeine Zeitung del 15 de Agosto de 1994, probablemente el diario más influyente de Alemania, el periodista Patrick Bahners escribió: Si la visión revisionista de Deckert del "Holocausto" fuera correcta, la República Federal alemana estaría basada en una mentira: cada discurso presidencial, cada minuto de silencio y cada libro de Historia serían mendaces. Al negar el asesinato de los judíos él rebate la legitimidad de la República Federal.
Si bien sabemos que la leyenda del Holocuento está condenada, no sabemos qué circunstancias particulares provocarán su colapso o cuántos años más tendremos que esperar para que la verdad prevalezca. El ingeniero revisionista austriaco Walter Luftl, es completamente optimista, y predijo el final del mito dentro de unos años. Aunque yo sea incapaz de compartir su optimismo, estoy convencido de que presenciaremos el final del engaño antes del final del siglo. Sin embargo, habrá víctimas, la camarilla dirigente está loca, y los revisionistas mejor deberían prepararse para algunas sorpresas desagradables. El doctor Robert Faurisson una vez dijo que el futuro era brillante para el revisionismo, pero sombrío para los revisionistas. Faurisson tiene razón aproximadamente el 95% de las veces, y temo que él pudiera tener razón sobre esto también.
Para todos aquellos que están involucrados en esta lucha contra un enemigo con tanta influencia y recursos financieros prácticamente ilimitados, los años siguientes difícilmente carecerán de interés. Para los revisionistas, al menos, la vida no es tediosa.
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