domingo, 29 de marzo de 2015
Historias-basura del "Holocuento"
Hay relatos de esta famosa leyenda que son dificiles de creer, algunos son realmente fantasticos..En la edición del 7 de Agosto del Sonntagszietung, una judía llamada Erika Rothschild recordó las atrocidades de Auschwitz: por causa de que los alemanes tenían, en Junio de 1944, suficiente Zyklon B sólo para matar niños, los judíos adultos eran sacados de las cámaras de gas todavía vivos antes de ser arrojados en hornos crematorios en grupos de seis, los prisioneros judíos fueron obligados a lavarse con el jabón hecho de las cenizas de sus congéneres prisioneros asesinados.
Durante este período, numerosos periódicos se unieron para elogiar un nuevo libro de una judía de 87 años llamada Jenny Spritzer que decidió romper su silencio sobre Auschwitz 49 años después de su liberación del campo. Su trabajo como prisionera, dijo ella, era registrar los nombres de todos los judíos gaseados, cualquier persona medianamente sensata podría suponer que los nacionalsocialistas ciertamente se desharían de un testigo tan embarazoso, pero no: ellos inexplicablemente olvidaron eliminar a la señora Spritzer, permitiéndole así relatar los horrores de Auschwitz medio siglo más tarde.
Otro relato que no tiene desperdicio es sobre un médico suizo, el doctor Emmenberger, que realizó sádicos experimentos pseudo-científicos sobre prisioneros judíos en el campo de concentración de Auschwitz, los otros personajes principales eran un gigante judío que había sobrevivido a innumerables experimentos médicos y a un tiroteo masivo también y un enano empleado por Emmenberger para matar a sus enemigos. Con tales personajes usted tiene todos los ingredientes para un cuento de hadas de pesadilla, que es esencialmente lo que es la historia ortodoxa del Holocuento, por supuesto, es también más que eso.
Además del incesante diluvio de historias-basura del "Holocuento", los medios de comunicación reportaron toda clase de atrocidades racistas libremente inventadas: alumnos judíos siendo intimidados por compañeros de clase anti-semíticos, boy-scouts siendo golpeados por matones neo-nazis, graffitis murales que decían "cerdos a las cámaras de gas", etc etc...
Para los historiadores de las generaciones venideras, el "Holocuento" en efecto parecerá único, pero en un sentido muy diferente que el que afirma el lobby de los "Holocuentistas". Los historiadores del siglo XXI tendrán problemas para explicar cómo la gente culta en la segunda mitad del siglo XX, durante una época de progreso técnico sin precedentes, pudo creer una historia tan completamente ridícula desde el punto de vista técnico; cómo diablos pudo la gente que fue capaz de enviar satélites al planeta Júpiter creer que los nacionalsocialistas usaron motores diesel ¡de entre todas las armas! para matar a 1,75 millón de judíos en Belzec, Sobibor y Treblinka; cómo pudieron ellos haber creído que los crematorios de Auschwitz podían quemar cadáveres humanos seis veces más rápido que los crematorios totalmente automatizados de los años 90. Si bien aquellos futuros historiadores señalarán indudablemente que la farsa del "Holocuento" fue exitosamente defendida durante tanto tiempo con la ayuda de la censura de los medios de comunicación y de la represión estatal de estilo policiaco, ellos podrán concluír que hubo otro factor psicológico aún más crucial.
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