El gobierno de Hitler trabajó estrechamente con grupos sionistas internacionales en un programa de emigración en gran escala para los judíos europeos, psicológicamente ayudados por el comportamiento cada vez más hostil del gobierno alemán hacia sus ciudadanos judíos. A estos grupos se les permitió incluso mantener campos de entrenamiento que desplegaban banderas sionistas, preparando a los emigrantes para vivir en Palestina.
Los alemanes de la época nacionalsocialista se resintieron enormemente por la hostilidad de los grupos judíos internacionales y los culparon por el esfuerzo de guerra de los Aliados occidentales contra Alemania. Esto resultó en la percepción entre muchos alemanes de que los judíos europeos eran extranjeros hostiles que podrían ser encerrados y obligados a apoyar el esfuerzo de guerra alemán.
Si bien la mayor parte de los historiadores y los políticos concuerdan en el anti-semitismo previo a la Segunda Guerra, la situación es mucho menos clara para la época posterior a dicha guerra. Mientras los grupos de presión judíos y pro-Israel tienden a aplicar liberalmente la etiqueta de "anti-semitismo", parece haber muy pocos casos de actos racialmente motivados de conducta anti-judía. Muchos casos de vandalismo y ataques terroristas contra sinagogas y cementerios judíos resultaron ser operaciones bajo falsa banderade grupos sionistas como el Mossad, diseñados para revivir recuerdos del tiempo de la guerra, de persecuciones nacionalsocialistas y para obligar a los judíos a "refugiarse" en el Estado únicamente de judíos.
En el uso de hoy del término, cualquier crítica a los judíos o al Estado únicamente de judíos es ampliamente considerada como anti-semítica. En particular, cualquier mención de la más leve duda con respecto a la veracidad de la narrativa predominante del "Holocausto" judío o cualquier sugerencia de la responsabilidad judía en ciertos aspectos agresivos de la política exterior estadounidense o en los acontecimientos del 11 de Septiembre de 2001, es ampliamente considerada como un signo revelador de anti-semitismo. Lo mismo se aplica a cualquiera que dé la credibilidad más leve a presuntas teorías de conspiración como el "Nuevo Orden Mundial", los "Illuminati" o la peor de todas los infames "Protocolos".
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