martes, 5 de abril de 2016

Según el Profesor Hermann Wirth.




Según el Profesor Wirth, los judíos eran una tribu como los gitanos, Por ello, la expulsión de los judíos y su persecución son milenarias, no de hoy, ni un asunto único de los "malvados" nazis, como se nos quiere hacer creer. En todas partes fueron recibidos sin resistencia, se les abrieron las puertas y, una vez entronizados en la economía y la política, se hicieron indeseables, debiendo ser expulsados por defensa propia y por instinto de preservación de la comunidad.


Según el Profesor Hermann Wirth. Es por eso que allí donde ellos llegan serán per­seguidos y expulsados. Se agudiza el fenómeno con la Diáspora, o dispersión universal. En todas partes traicionan. A los babilonios con los persas; a éstos con los griegos y a los griegos con los romanos. Destruyen el Imperio Roma­no con el cristianismo. En España apoyan a los moros contra los visigodos; luego, a los visigodos contra los moros. Jamás agradecen un buen tratamiento. Lo peor es hacerles un bien.



Con esta nota sólo queremos hacer ver que los judíos han sido siem­pre perseguidos en la historia conocida de este planeta, como a una enfer­medad, como a un cáncer. Y no es un capricho de Adolf Hitler que también en Alemania se haya intentado expulsarlos, para ubicarlos en Madagascar. Todos los pueblos lo han hecho con anterioridad al Tercer Reich. En el año 70 d.C., los romanos, con Tito, arrasaron Jerusalén, pasaron el arado sobre las ruinas del Templo y dispersaron a los judíos a los cuatro vientos. Creye­ron así haber solucionado para siempre el problema. Todo lo contrario. Los romanos fueron siempre tolerantes, como todos los paganos. Vivían y de­jaban vivir a los Dioses y a los hombres.


Allí donde esta anti-raza maldita llega, se apodera de los centro vitales del comercio, primero, como intermediaria en las ventas de productos, luego controlará las finanzas y la economía toda, asentándola sobre bases especulativas, sobre la usura, destruyendo todas las normas sanas de la convivencia social.



Cada vez que los judíos son expulsados de algún lugar, o se toman medidas de protección en contra de sus maniobras depredatorias, gritan a voz en cuello y acusan de genocidio, de crímenes y maltratos infinitos. No es nuevo esto de las invenciones de genocidios monstruosos de los goim en su contra. La diferencia es que hoy los alaridos y gimoteos se transmiten por todos los medios de la propaganda electrónica y a escala planetaria. Y lo seguirán haciendo hasta que no quede un solo goim independiente en este mundo.

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