La idea del superhombre nunca ha estado ausente de la conciencia de la Humanidad. La imagen del superhombre fue formada a partir de muy variados elementos. En ocasiones recibió una fuerte mezcla de la fantasía popular, que puso en ella concepciones que habían surgido de personificaciones de la Naturaleza, del fuego, del trueno, de la selva, del mar.
La gente empezó a esperar al superhombre. Él tendría que venir, que arreglar sus problemas, gobernarlos, enseñarles a obedecer la ley, o traerles otra nueva, una nueva enseñanza, un nuevo conocimiento, una nueva verdad, una nueva revelación. El superhombre tendría que venir para salvar al hombre de sí mismo, así como liberarlo de las fuerzas del mal que lo rodeaban.
Esta actitud con respecto a la idea del superhombre se basa en una comprensión equivocada de las ideas de la evolución. El superhombre, si alguna vez entra en el pensamiento científico, es considerado como un producto de la evolución del hombre, aun cuando por regla general dicho término no se usa en absoluto y se lo sustituye por la expresión "un tipo superior de hombre".
Aquella misma fantasía a veces unió en una sola imagen vagos rumores sobre gente distante, o bien más salvaje, o por el contrario, más civilizada.
En relación con esto, las teorías evolucionistas se han convertido en la base de un ingenuo punto de vista optimista de la vida y del hombre. Es como si la gente se dijera a sí misma: ahora que la evolución existe y que la ciencia reconoce la evolución, se deduce que todo está bien y que en el futuro deberá estar todavía mejor. En la imaginación del hombre moderno que razona desde el punto de vista de las ideas de la evolución, todo debería tener un final feliz.
El Zaratustra de Nietzsche habla de esto en las siguientes palabras:
El hombre es una forma eminentemente transicional, constante sólo en sus contradicciones y en su inconstancia, que se mueve, que deviene, que cambia ante nuestros ojos. Incluso sin haber hecho un estudio especial, es perfectamente claro que el hombre es un ser bastante inacabado.
Yo os muestro al superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué habéis hecho vosotros para superarlo?
¿Qué es el mono para el hombre? ¡Un motivo de risa o una vergüenza dolorosa! Es esto mismo lo que debe ser el hombre para el superhombre: un motivo de risa o una vergüenza dolorosa.
El más sabio de entre vosotros no es más que una cosa disparatada; un híbrido, producto de una planta y un fantasma.
El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre; una cuerda tendida sobre el abismo. Es peligroso pasar al otro lado, peligroso permanecer en el camino, peligroso mirar hacia atrás, peligroso pararse y peligroso temblar.
La grandeza del hombre está en ser un puente y no un fin; lo que hay en él digno de ser amado es el ser un tránsito y un crepúsculo
Nietzsche, Así Hablaba Zaratustra, Prólogo, 3 y 4.
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