He estado siendo ambiguo todo este tiempo, insinuándote que algo nos mantiene prisioneros. En efecto, ¡somos mantenidos prisioneros! Ése era un hecho energético para los hechiceros del Méjico antiguo..
Ellos se apoderaron de nosotros porque para ellos somos comida, y ellos nos exprimen despiadadamente porque somos su sustento. Tal como nosotros criamos pollos en granjas para pollos, los depredadores nos crían en cooperativas humanas, en humaneros. Por lo tanto, su alimento está siempre disponible para ellos..
Los hechiceros creen que los depredadores nos han dado nuestros sistemas de creencias, nuestras ideas del bien y el mal, nuestras costumbres sociales. Ellos son los que establecen nuestras esperanzas y expectativas y nuestros sueños de éxito o fracaso. Ellos nos han dado la codicia, la avaricia y la cobardía. Son los depredadores los que nos hacen auto-satisfechos y egomaníacos..
Los hechiceros del Méjico antiguo estaban completamente intranquilos con la idea de no saber cuándo el depredador hizo su aparición en la Tierra. Ellos razonaron que el hombre debe haber sido un ser completo en alguna ocasión, con estupendas revelaciones, hazañas de conciencia que son leyendas mitológicas hoy en día. Y luego, todo parece desaparecer, y tenemos ahora a un hombre sedado..
Lo que estoy diciendo es que lo que tenemos contra nosotros no es un simple depredador. Es muy inteligente, y organizado. Sigue un sistema metódico para dejarnos inútiles. Él es un pedazo promedio de carne. No hay más sueños para el hombre sino los sueños de un animal que está siendo criado para convertirse en un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil..
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