jueves, 6 de noviembre de 2014
¡Alemania Debe Perecer!" grita la juderia..
Las mentiras y distorsiones de la versión de los vencedores de la Segunda Guerra Civil Europea están en la raíz de muchas de las injusticias que afligen al mundo de hoy, esta claro, salvo para los "contaminados" que la Alemania nacionalsocialista y la Italia fascista no fueron derrotadas sólo militarmente sino también ideológicamente en la Segunda Guerra Civil Europea, desde entonces, estas dos ideologías nacionales anti-liberales y supuestamente "superadas por la Historia" dejaron de abordar los grandes desafíos del hombre europeo. El planeta está siendo mantenido cautivo por dos Estados terroristas canallas: Estados Unidos e Israel. Comportándose como perros rabiosos en la escena mundial, estas dos enormes amenazas para la paz mundial están contentas de extender su arrogancia imperial por todas partes, invadiendo países más débiles y poniendo sitio a millones de inocentes indefensos mientras condenan a aquellos que resisten al imperialismo estadounidense-israelí como "terroristas". La creación de Israel fue un crimen de guerra en sí mismo, en donde al menos 750.000 palestinos autóctonos fueron o masacrados o étnicamente limpiados por bandas sionistas. Este cruel proyecto colonial fue patrocinado en gran parte por Gran Bretaña y Estados Unidos. Este último país fue un subproducto del colonialismo británico y alberga una herencia condenable aún peor que la de Israel. Si se la examina de cerca, la historia oficial del "holocuento" se derrumba en pedazos. Cualquiera que tenga incluso una ligera comprensión de los hechos no puede seguir creyendo en el mito de los "seis millones". La historia de "seis millones" de judíos perseguidos en el precipicio de un "holocuento" fue un tema común en la propaganda sionista que se remonta a comienzos del siglo XX. En una conferencia sionista en 1911, el dirigente Max Nordau dijo a sus compatriotas que era sólo un asunto de tiempo antes de que los gobiernos europeos aniquilaran a "seis millones" de judíos. Once años antes de esto, un líder sionista estadounidense llamado Stephen S. Wise hizo un anuncio similarmente dramático: "Hay 6.000.000 de argumentos vivientes, sangrantes y sufrientes a favor del sionismo", proclamó Wise en una reunión de la Federación de Sionistas Estadounidenses. Un observador ocasional de estos hechos no puede evitar la conclusión de que los sionistas estaban resueltos a teatralizar historias de persecución judía a fin de despertar una simpatía global para su proyecto de establecer un Estado judío en Palestina. Resulta que la obsesión sionista con el número mágico de seis millones se origina en el misticismo religioso judío de la Kabalá. Fuentes oficiales han admitido que el número de judíos que se dijo que habían muerto durante la guerra es inmensamente exagerado. Durante 45 años la placa fuera de Auschwitz erróneamente dijo que 4 millones de personas murieron allí. Después de la caída de la Cortina de Hierro en 1990, esta cifra fue oficialmente reducida a 1,5 millón. Ellos sacaron de circulación a 2,5 millones de "víctimas" de la cifra oficial de muertos en Auschwitz de la noche a la mañana. Estos números no fueron simplemente un error embarazoso sino que habían sido una fabricación deliberada de la máquina de propaganda Aliada y soviética. A pesar de la nueva cifra "revisada", continúa la controversia que rodea al verdadero número de víctimas en Auschwitz, con historiadores alternativos que estiman que entre 100.000 y 300.000 personas murieron en dicho campo, principalmente de enfermedad y hambre. Otro judío sionista usó la frase en un contexto más siniestro. En 1941 Theodore Kaufman, un hombre de negocios judeo-estadounidense, escribió y publicó un libro genocida titulado "¡Alemania Debe Perecer!", que detallaba, en las propias palabras de Kaufman, "un plan completo para la extinción de la nación alemana y la erradicación total de la tierra de toda su gente".También contenido en el libro, Kaufman explicaba en la Introducción, había "un mapa que ilustra la posible disección territorial de Alemania y el repartimiento de sus tierras". Kaufman pedía "una solución final" que implicaba la extinción alemana, en la cual "¡Alemania debe desaparecer para siempre de esta Tierra!".
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