viernes, 27 de noviembre de 2015

Aliados por la verdad..



Es un hecho indiscutible que la estafa del Holocuento ha sido un gran negocio para la judería organizada, un instrumento para obtener grandes ingresos económicos para el estado terrorista de Israel.


Los revisionistas, ya sean investigadores profesionales, historiadores o simples aficionados en general, han sido acusados de ser "neo-nazis" y pseudosabios buscando esconder la masacre de los millones y millones de narizotas y posteriormente convertidos en detergente, pretendiendo despertar un movimiento de simpatia por el NS y que sus supuestos crimenes sean olvidados, a pesar de que algunos de ellos son socialistas, comunistas o no tienen filiación política alguna, solo les mueve la verdad.



Todas las injurias son descaradas mentiras, pues entre los revisionistas figuran incluso judíos que no creyeron en el Holocuento que predica su pueblo. Sin ir mas lejos, uno de los primeros revisionistas fue el francès Paul Rassinier, un prestigioso intelectual de la izquierda detenido en el campo de Buchenwald entre 1943 y 1945, y donde sus investigaciones han servido de base a posteriores trabajos de revisión.


El tema es que no todo lo que se fantasea sobre la famosa leyenda del Holocuento se puede demostrar con pruebas, así que para proteger la sagrada mentira, se han utilizado maniobras que parecen casi de ciencia ficción, especialmente para ahogar cualquier intento serio de demostrar su falsedad, de tal manera que se tuvo que crear una figura sagrada en torno a este y hacerlo intocable, de lo contrario, se viene abajo.

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