Es imperativo aprender más sobre las operaciones psicológicas de la Izquierda en su guerra contra nuestra identidad..
Ya no podemos decir simplemente que la Izquierda es ingenua, que está atrapada dentro de una ideología que no permite que ella vea la realidad tal cual es, o que muchos de sus miembros sufren de desórdenes de personalidad. La Izquierda sabe, pero simula rechazar saber o ignoran voluntariamente la evidencia que muchos de sus ideales no han funcionado como ellos habían dicho que lo harían, tambien saben que muchos de sus argumentos son defectuosos y que la evidencia no apoya sus creencias, aunque se defienden simplemente repitiendo los mismos mántras que aprendieron hace cinco décadas.
No puedo pensar en un fenómeno más insidioso en nuestros tiempos que la manipulación de la sensibilidad moral de los europeos para provocar su propia destrucción, y es la Izquierda la que está a cargo de esa manipulación, la que debería ser designada como una forma de guerra psicológica.
Es la Izquierda en nuestro actual mundo occidental la que ha reclamado para sí los principios morales más altos en el curso del avance de sus programas políticos y económicos. La Diversidad vino desde un comienzo envuelta con altisonantes principios morales sobre la igual dignidad y buena voluntad de todos los pueblos en el planeta, con exhortaciones dirigidas a los europeos para que muestren compasión por el sufrimiento de otros y venzan su avaricia e impulsos racistas en nombre de un mundo más armonioso en donde la gente finalmente crearía un mundo en el cual florecerá su lado angelical.
La Izquierda podría haber sido perdonada como ingenuamente utópica cuando comenzó a abogar por esos ideales. Pero ya no. La gente preocupada por sus propias vidas privadas, políticamente no en las primeras líneas, puede ser perdonada por sostener esas creencias, pero no los propagandistas principales, los escritores, los profesores, los empleados del gobierno que trabajan diariamente para inculcar esas creencias en el público.
Se ha hecho ahora evidente que el multiculturalismo de los inmigrantes no ha funcionado de la manera que se esperaba. La Izquierda ha tenido bastante tiempo para enterarse de la violación de muchachas a una "escala industrial" a través de Europa por parte de pandillas musulmanas, para cerciorarse del carácter racial de los disturbios en París, Suecia y Londres, para pensar en los costos de la inmigración ilegal, para comprender que la mayoría de los "refugiados" son migrantes económicos, para presenciar pueblos y ciudades enteros transformados en lugares homogéneamente asiáticos, musulmanes o mestizos. La lista de fracasos es larga, y la evidencia está fácilmente disponible en Internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario