El judío creó a Dios y Dios creó al Demiurgo, éste es el principio del rah hebreo. Por ende el judío se ha adueñado de la Democracia, pues supone la herramienta más útil para cumplimentar su pérfido plan de domino mundial, la democracia es una forma de gobierno que no rinde honor al credo que predica sino que ejerce su política inversa bajo la mayor tiranía que el hombre haya conocido, según la Gnosis Primordial el Demiurgo es la representación del mal y como tal, su poder no es divino sino secular. Ese Demiurgo es Jehová-Satanás, el Gran Carcelero, el Corruptor del Universo. La democracia es por tanto la forma de Gobierno del Demiurgo, La democracia ya fracasó en Atenas de la Grecia antigua pese a basarse en una igualdad de hombres de estado que nada tenía que ver con la que impera en los tiempos presentes, que incluso toleraba la posesión de esclavos, vetaba a las mujeres de la mayoría de actividades sociales y no concedía derechos de ciudadanía a los metecos (extranjeros). Paradójicamente la democracia ateniense en la actualidad no sería considerada una democracia sino una forma de “fascismo”. No quiero imaginarme que nombre darían estos doctos de barbas marxistas a la democracia que existía en Esparta! Aristóteles ya advirtió de su iniquidad y hasta Platón, quien llegó a defenderla en un principio, prontó la repudió y alentó a retornar al espíritu aristócrata. Roma tampoco pudo sobrevivirla, terminó por arruinar su Imperio.
Llama mucho la atención la similitud casi total entre los vocablos ”Demo” y ”Daemon” (Dáimôn). La Historia ha enseñado al malvado, quien a su vez hizo olvidar al noble, que cualquier forma de vida que se aleje del orden natural, es decir, de lo divino, sucumbirá en fuego propio. Y la democracia es la mano de hierro del Maligno, que quiere materializar la caída de la humanidad hasta su total descomposición. Ocioso es recordar que los inventores y adoradores de Jehová no son otros que los judíos.
El judío creó a Dios y Dios creó al Demiurgo, éste es el principio del rah hebreo. Por ende el judío se ha adueñado de la Democracia, pues supone la herramienta más útil para cumplimentar su pérfido plan de domino mundial. Es la tiranía de los Pasus, los Sudras, los Chandalas, donde la Jerarquía es sustituída por la igualdad y los esclavos pasan a ser los amos. La inversión del orden natural. Empezó con la revolución cristiana, continuó con la revolución francesa y culminó con la revolución bolchevique, no debe olvidarse que los comunistas solían llamarse a si mismos demócratas. El primer dogma de igualdad universal se halla en el Nuevo Testamento de la Biblia cristiana, en el famoso sermón de la montaña atribuido a Cristo por los escribas judíos. El segundo dogma florece bajo el liderazgo del liberalismo francés jacobino al grito de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, cerrando así los tres vértices del triángulo masónico. Y el tercero con el ”Manifiesto Comunista” del judío Karl Marx y su dictadura del proletariado. Observamos pues, como en todos estos acontecimientos históricos el elemento judío está presente, apoderándose de la voluntad de la gran masa del pueblo y manipulando siempre las ideologías en su beneficio. Primero tergiversó el alma de los pueblos, después se apoderó del dinero y finalmente prepara el terreno del Apocalipsis. Como decía Dostojewski: ”Ya se trate de socialismo, pacifismo o capitalismo, son palabras ”internacionales” que entusiasman a los judíos, evoca en ellos la esencia del consensus sin tierra y sin límite”. Es decir, herramientas útiles para su ansiado domino total del planeta.
La liberalización y socialización económica aceleraron enormemente los planes talmúdicos esclavistas. El capitalismo nace con la democracia para hacerse inextricablemente dependiente. Tanta atadura y poder han ido adquiriendo mutuamente que ya no se sabe si es el Capital quien financia la democracia o si es la democracia la que avala el Capital, como si el uno fuese la firma notarial del otro. Por eso no sorprende que el capitalismo financiara en su día al marxismo y su revolución y que saliera a su rescate en la segunda guerra mundial. Nunca han sido sistemas antagónicos como pretende la ortodoxia, si no las dos caras de la misma moneda. El comunismo concentra el dinero en el estado (capitalismo de estado) y el capitalismo lo hace en el libre mercado (capitalismo privado), a través de los monopolios de empresas y bancos, pero es finalmente el trabajador quien queda sumido en la ruina económica. El dinero siempre termina en manos de los judíos, ya sean jefes de estado o banqueros y empresarios internacionales.
Esta es la realidad de la democracia. El judío ha conseguido sustituir los derechos del hombre por los derechos humanos para ganar ellos los mismos derechos que los demás y poder gobernar dentro de las naciones, mimetizado en ellas, creando un estado dentro de otro estado. Han destruido el orden social en favor del individualismo materialista en el centro de sus aspiraciones. Los individuos ya no viven bajo el halo de la comunidad, han sido excluidos del espíritu colectivo. Toda política y legislación está al servicio de agentes especuladores. Ya no existen los hombres de estado, están transformados en síndicos de consorcios, transnacionales y monopolios como lacayos de la Alta Finanza Internacional, es decir, de los hijos de Israel. El Derecho y la Jurisdición han sido rebajados también a meros instrumentos del mismo espíritu partidista. Los hombres que gobiernan las naciones demócratas son una piara de despreciables delincuentes que deberían estar sentados en el banquillo de un Tribunal de Honor y ser procesados por sus crímenes. Pero en democracia no existe el honor. El honor, la moral y la ética han pasado a ser valores execrables perseguidos y castigados. La libertad de expresión debe ajustarse al Diktat del sistema de lo contrario también es sancionada, incluso con la cárcel. Toda disidencia es vigilada y prohibida de tal modo que recuerda a los peores tiempos de la inquisición medieval. Basta recordar lo sucedido estos días con el obispo Richard Williamson, exiliado del país por el gobierno argentino por declararse no creyente de la fe del Holocausto. Es una dictadura disfrazada de humanismo. Nos dice como hay que vestir, que perfume usar, que libros y prensa leer, que cine y televisión mirar, que música escuchar, que arte contemplar, que hacer con el tiempo libre, como pensar, que tipo de relaciones sexuales tener, como educar a nuestros hijos, que trabajos ocupar, como gastar nuestro dinero, con que razas convivir, quienes son hérores y quienes villanos, a quien odiar y a quien amar.
¡Que así sea camaradas! ...NS la única solución, para un mundo libre de verdad!!.
ResponderEliminar¡¡GOTT MIT UNS!!