martes, 28 de abril de 2015

Contra La Infamia y La Mentira por Miguel Serrano, 1994

No pasa un día sin que la televisión y la prensa dejen de aburrirnos con sus truculencias sobre los "crímenes nazis" y las víctimas judías del Holocausto. Las mayores aberraciones y morbosidades, producto de algunas mentes enfermas, de tanto repetirse producen el efecto contrario: insensibilidad y duda. Están así ayudando al resurgimiento del Nacionalsocialismo en todo el mundo, al conocerse la verdad.

La calumnia y la infamia tienen, además, como principal objetivo una vergonzosa extorsión al pueblo alemán, al cual se le exige, por compensación de un crimen inexistente, un pago astronómico a Israel de más de veinte billones de marcos, para el año 2030. Los niños alemanes aún no nacidos tendrán que seguir pagando. ¿Hasta cuándo aceptará Alemania? Hasta que sea libre, tenga un tratado de paz y rechace el sentimiento de una culpa inexistente, sentimiento que se pretende mantener y agravar con la propuesta que el Papa acaba de hacer para que, en el año 2000, precisamente, la Iglesia pida perdón y disculpas por los crímenes históricos que ha cometido. De aquí a construír un Muro de los Lamentos en la Ciudad del Vaticano e instalar un tribunal en Nüremberg para juzgar a los Papas muertos como criminales de una Guerra Santa, hay sólo un paso. El judío ha infiltrado la actual jerarquía vaticana y la maneja al igual que a la Masonería, a Alemania y al mundo entero. También es posible que el actual Papa polaco sea medio judío.



En medio de la más tremenda degeneración y estupidez colectiva, el judío nos inunda con su propaganda, repetitiva hasta las náuseas, sobre el "Holocausto"; se exhiben millares de fotos trucadas, de dientes, de zapatos, de pelos de judíos hacinados en las colinas, mientras las voces guturales gimen y el judío, en escenarios públicos, o donde se halle, llora, frente a la televisión, por sus abuelos y bisabuelos "gaseados", y nos muestran números y tatuajes de los campos de concentración, en los que todos han estado, por supuesto, salvados de allí por milagro (o por un "benefactor" de nombre Schindler). De esta terrible, odiosa y monótona propaganda no se libra ya nadie, ni los mismos judíos jóvenes, que pasan a ser su primera víctima, debiendo creerla porque se la han inculcado con la leche materna por primera vez, y luego en la sinagoga de turno, en el kahal, en los textos amañados y en los colegios privados que ellos tienen en todas partes. En cuanto a los no judíos, ¡ay del que dude abiertamente! Los rayos de Yahvé caerán sobre él, calcinándolo. Y los Gobiernos que tengan la osadía de no creerlo, o de opinar de modo independiente, también serán aniquilados. Tribunales, juicios, exilios, prohibición de circular por el mundo, ruina económica, cárceles, atentados y hasta asesinatos esperan a los hombres honrados y valientes. Ahí está el caso del historiador inglés David Irving, del profesor francés Faurisson, del profesor estadounidense Butz, del ingeniero estadounidense y especialista en construcción de cámaras de gas Fred Leuchter, de Ernst Zündel, y tantos otros.

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