martes, 14 de julio de 2015

El fin de la Europa europea.

El cerco sobre nuestro pensamiento es férreo y tenaz, se nos impide legalmente cualquier movimiento, se nos silencia, se nos persigue, se nos condena, se nos impide la defensa, mientras un pueblo extranjero escribe nuestra historia más reciente, o el régimen de nuestras libertades, nos hemos convertido en pueblos sin orgullo, sin dignidad, sin cojones, permitimos que otros, los judíos y sus partidarios planifiquen y dirijan nuestras vidas, dictan nuestras leyes, y dirige nuestra política interior y exterior, lo importante es ahora nuestra situación jurídica, política, e histórica. Los judíos se han metido en nuestra cultura para viciarla desde el interior, sobre todo en las llamadas "humanidades", la filosofía, las artes, la Historia, las ciencias políticas, el derecho, la economía... la antropología cultural y sociologíca...

En todas partes, y continuamente, la imagen horrible que de nosotros se ofrece, en nuestras escuelas, en la educación de nuestro niños y adolescentes, en la prensa, en la literatura, en el cine, en las series de televisión que nos vienen de EE.UU. y Europa. Sin olvidar los eventos relacionados con el llamado "Holocuento", que se producen constantemente,aniversarios, libros, peliculas, exposiciones, conmemoraciones....

Omnipresente, la propaganda del enemigo. Contra nosotros, contra nuestros pueblos, mancillando, calumniando, difamando... pisoteando nuestro credo, nuestra fe, nuestra esperanza, nuestra única salida.

Todo el mundo se acoge a la perspectiva judía del período nacionalsocialista y de la última guerra europea, pero nadie se atreve a discutir o poner en duda su "historia". Aquellos que lo hacen se enfrentan al ostracismo social,  la pérdida del trabajo, marginación..., y a la acción judicial y los tribunales a la condena social y judicial, está todo atado, y bien atado.
Ni los juristas, ni los historiadores, ni los políticos ... apenas nadie está con nosotros, con los nacionalistas. Fíjate cómo los últimos movimientos políticos, no cesa la criminalización de los partidos nacionalistas, que, a pesar de la "censura" de nuestros gobernantes de quienes los dirigen, cada vez pululan más por Europa.

Desde la cristianización no habíamos caído tan bajo, también en aquellos días se nos impedía cualquier retorno a la fe de nuestros antepasados, se mancillaba su memoria, y se reescribía nuestra historia, hoy como ayer, la historia se repite, parece. Pero esta vez no podremos levantar cabeza. Si cuando la cristianización perdimos nuestras culturas y el nexo con los antepasados, esta vez perderemos también la tierra, los millones de extranjeros que se asientan en nuestras tierras acabarán deformando, desvirtuando, alterando definitivamente la faz de nuestra patria milenaria. Éste es el fin de la Europa blanca, de la Europa europea.



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