sábado, 18 de julio de 2015

El Orgullo Natural

Los primeros, originales, y verdaderamente naturales límites de los Estados son sin lugar a dudas sus fronteras internas, los que hablan el mismo idioma se unen entre sí por una multitud de lazos invisibles de la naturaleza misma, mucho antes de que comience cualquier arte humano, entenderse entre sí y tener el poder de seguir haciendose entender con mayor claridad van de la mano y son por naturaleza uno y un todo inseparable.

Tal conjunto, no desea mezclarse con ningún otro pueblo en sí de diferente ascendencia y lenguaje, no puede hacerlo sin confundirse y en todo caso, perturbar el progreso incluso de su cultura.

A partir de este límite interno, que se extrae por la naturaleza espiritual del hombre mismo, el marcado de la frontera, no es porque los hombres viven entre ciertas montañas y ríos que son un pueblo, por el contrario, los hombres viven juntos  y, si la suerte lo ha arreglado, están protegidos por los ríos y montañas porque eran un pueblo por una ley de la naturaleza que es mucho mayor.


Así debe ser la nación europea suficientemente unidos dentro de sí mismo por una forma común de pensar, y lo suficientemente agudamente separado de los otros pueblos, como un muro para dividir las carreras no afines ....

Amor, lo que es verdaderamente el amor, y no una mera lujuria transitoria, nunca se aferra a lo que es transitorio. El hombre no es capaz de amar incluso a sí mismo a menos que él concibe a sí mismo como eterno; aparte de eso ni siquiera puede respetar, y mucho menos aprobar, de sí mismo, menos aún puede amar nada fuera de sí mismo, sin tener que arribar en la eternidad de su fe y de su alma y la unión es la misma.

El que se refiere a su vida invisible como eterna, pero no su vida visible como igualmente eterna, tal vez puede tener un cielo y en ella una patria, pero aquí abajo no tiene patria, si esto ha sido transmitida a un hombre así, él es digno de lástima. 

Por lo tanto, el hombre noble de mente estará activo y eficaz, y sabra sacrificarse por su pueblo, para el otro hombre la vida meramente como tal, la mera continuación de su existencia, en cualquier caso nunca tuvo ningún valor para él, pero esta permanencia se la prometió a él sólo para su existencia continua e independiente de su nación. 

Nosotros, los herederos inmediatos de su suelo, su lenguaje y su forma de pensar por ser europeos todavía, para ser todavía transmisore a lo largo de la corriente de la vida independiente y original. Son a ellos a quienes debemos dar las gracias por todo lo que hemos sido, que hemos de ser en el futuro, 

No hay comentarios:

Publicar un comentario