Hermann Schwarz, 1936.
En la teorización del "socialismo prusiano" se encontraba magníficamente expresada toda la lapidaria incisividad y radicalidad que distinguía a la oposición al modelo de la democracia liberal anglo-sajona y a la misma "ética" del éxito económico, considerada siempre por Spengler como la versión inglesa del calvinismo. A todo esto el filósofo alemán contrapuso lo que él mismo definía como el instinto gótico de la voluntaria subordinación del individuo a la "Totalidad", un instinto y un estilo que se encontraban principalmente en la estirpe prusiana. Por estos motivos Spengler recondujo su propio ideal político a un específico socialismo autoritario de sello prusiano que restituiría la verdadera libertad: la libertad con respecto a la arbitrariedad económica del individuo.
Así, los mismos nacionalsocialistas no dejaron nunca de subrayar que lo que proponían y luego realizaron, era, a ojos del mundo, el "verdadero socialismo", contrapuesto al marxismo, siempre denunciado por ellos como una impostura de marca judía pensada para engañar a la Nación y a los trabajadores. Precisamente las vicisitudes de la Segunda Guerra Mundial contribuyeron a elevar el tono ideológico del choque militar que estaba teniendo lugar. Fue en aquellas circunstancias cuando Alemania, "el primer Estado popular realmente socialista del mundo", evidenció propagandísticamente su posición radicalmente alternativa con respecto a las democracias capitalistas occidentales y al oriente bolchevique.
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