domingo, 25 de junio de 2017

Servilismo vasallo hacia Israel


En efecto, la libertad de prensa disfrutada bajo los auspicios del régimen de Hitler superaba con mucho cualquier cosa tolerable en la marxista y "políticamente correcta" Alemania de hoy donde la crítica más leve a la parasitaria judería es castigada con hasta cinco años de prisión.

El gobierno alemán no es sólo el árbitro final de lo que puede ser publicado o televisado, sino que es la fuente primaria de lo que es permitido. En cada respecto, los periodistas alemanes, que son cobardes innatos y prostitutos analmente aceitados para cada momentáneo político alemán y sus pagadores judíos, no son nada más que artistas de la succión llenos de semen que regurgitan historias atractivas para aquellos que llenan con secreciones sus orificios, que pasan por sus labios como noticias muy importantes.

Grupos especialmente reclutados por el Mossad o por frentes sionistas tienen una larga historia de atacar a minorías y dejar a la prensa levantando el grito de"¡nazis!". 

Esos ataques por lo general ocurren en momentos en que los intereses judíos demandan una vigilancia aumentada de disidentes patriotas o siempre que las encuestas revelan una antipatía creciente hacia el Estado de Israel o descontento con la Unión Europea.

El servilismo de los medios de comunicación ante la matriz de control judía después de la publicación en Internet de un artículo que exponía un presunto ataque "neo-nazi" contra un bloque de departamentos en Backnang, en Baden-Württemberg, como un ataque bajo falsa bandera.

La llamada de cortesía, que es todavía un hecho de la vida, está guiada por una cierta lógica egoísta. Los periodistas que son miembros con tarjeta de uno de los cuatro partidos políticos del establishment son más fácilmente promovidos. 


Incluso hoy, a los estudiantes universitarios que estudian casi cualquier disciplina se les aconseja que se unan a uno de esos espeluznantes grupos mafiosos gobernantes si ellos desean que les vaya bien en sus respectivas carreras u obtener financiamiento para algún proyecto de investigación.


Los periodistas deben trabajar de acuerdo a pautas estrictas que circunscriben lo que puede y no puede ser dicho sobre los hijos de Satán y el Estado de Israel. Ellos pueden hablar de delitos que implican pornografía dura, círculos de prostitución, rapto de niños, tráfico de armas de fuego ilegales y operaciones fronterizas de tráfico de drogas; pero señalar con el dedo a Moshe el Judío está estrictamente prohibido.

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