jueves, 17 de septiembre de 2015

Una minoría criminal


La mejor manera de controlar a la oposición es siendo la oposición.

Llegó el momento de enfrentar la realidad y entender por qué cualquiera que opine en libertad de pensamiento y presente evidencias contra Israel, las corporaciones y bancos judíos es tildado de antisemita, en el mejor de los casos.
Esta minoría criminal maneja un poder demasiado grande, y lamentablemente para beneficio económico o acorde a los intereses sionistas de dominación mundial. 

¿Debemos permitir que estas personas carentes de moral eduquen con propaganda a la humanidad? Hasta el momento no han traído más que perdida y dolor a la humanidad.

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Muchos insisten en que el Judaísmo no es Sionismo, pero como es perceptible, nadie denuncia los crímenes atroces de Israel, ni a Monsanto, ni a la industria genocida de vacunas, ni a ninguna corporación de propietarios judíos que, dicho sea de paso, donan dinero a Israel. Ni uno solo de ellos expone la verdad, ni siquiera desde su cuenta personal de Twitter.
Pero la extensión de este poder alcanza todo el planeta, el control sionista judío de los medios de comunicación, diarios, noticias digitales, y entretenimiento, es total.

La mayor corporación de medios a nivel mundial es el conglomerado The Walt Disney Company de la familia banquera judía Rothschild, y cuyo presidente y CEO, Robert Iger, es un judío. Esta corporación comúnmente llamada Disney, es una multinacional diversificada norteamericana que constituye el mayor imperio de medios de comunicación masivos del mundo.
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Diarios como el New York Times o el Washington Post también fueron cooptados por judíos sionistas.

El problema no es sólo que mientan, sino también lo que no dicen. Están formando opiniones que calan muy hondo en la estructura del pensamiento de las sociedades, convirtiendo a sus propias victimas y esclavos en vigías de la mentira y policías del terror, que inmediatamente atacan a cualquiera que emita un pensamiento critico contra el sistema genocida que los somete.


Simplemente es un delirio admitir pasivamente que un pueblo con creencias como las expresadas en el Talmud, determine lo que leemos o vemos, e influya sobre nuestra percepción de la realidad. El Talmud, una de las bases de la religión judía, se opone absolutamente a cualquier interés común de los ciudadanos no-judíos.





Permitiendo a los judíos controlar nuestras noticias y espectáculos, estamos dándoles el poder para crear un sistema de pensamiento que lleva a la esclavitud y el dominio de todos los gobiernos. También estamos dándoles el control de las mentes y almas de nuestros niños cuyas actitudes e ideas se forman más por la televisión judía, la educación judía y las películas judías que por el derecho natural que tienen sus padres, o cualquier otra influencia.

El objetivo del sionismo y el judaísmo, es establecer un gobierno mundial totalitario controlado por una élite judía, y exterminar la población mundial, dejando solamente a los que necesiten como esclavos.
El poder de mentir, decepcionar y desinformar, el poder de engañar, hacer propaganda falsa, denigrar y perseguir, el poder de inducir a la estupidez colectiva.

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