Una forma de vida que no evoluciona está condenada a la extinción.
El nacionalismo reaccionario significa intentar mantener viejas ideas frente a nuevas. La reacción está basada en la idea de que las cosas solían ser mejores, esto no siempre es acertado, porque no todos los cambios son buenos.
Pero el principal problema de la reacción es probablemente que es defensiva por su misma naturaleza: defiende el pasado y lo establecido.
Si se permite que la reacción defina y domine una tendencia ideológica, esas ideas corren el riesgo de degenerar en una ortodoxia que mira hacia atrás sin la voluntad o los medios para cambiar lo que debe ser cambiado. Un ejemplo de nacionalismo reaccionario es la exagerada reverencia de acontecimientos y la idealización de gente del pasado. Uno siempre debería honrar a los antepasados propios, por supuesto, pero no debe ser permitido que eso suceda a costa del futuro. Nunca debe permitirse que el pasado limite el futuro.
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