lunes, 1 de febrero de 2016

Ser débil es hoy lo bueno



La pena, la lástima, la piedad, la compasión, eso es lo que corroe a Europa, eso es lo que corroe en los hombres de ahora, un mal de conciencia, una mala rumia. Ya Nietzsche lo denunció, ya Nietzsche nos avisó... pero nadie escucha a los hombres intempestivos excepto unos pocos.

Ser débil es hoy lo bueno, pues todo el mundo busca ser merecedor de la compasión de los otros, cual niños faltos de cariño que no se bastan a sí mismos. Seres incompletos, sumidos en la desesperación, son los que aúllan por las calles en silencio, clamando piedad, detestando la fuerza. Hoy es la debilidad la fuerza, hoy es la compasión la fuerza, hoy es el bello y esculpido Apolo una ofensa, no digamos ya Ares o Zeus. Salgo a la calle y me sorprendo por no ser quemado vivo.

La pena y la lástima son dos venenos casi sinónimos, y digo casi por no decir idénticos. Beber de ellos te convierten en un esclavo. Si, te convierten en eso, y siendo esclavo no ayudas a nadie. Es que sentir pena no te hace más humano, sino más gilipollas.

Tu servidumbre hacia quien padece, tu esclavitud hacia el débil. Quejicas, flojos, vagos, pordioseros son los que dan pena y viven de ella, los que os dan su veneno y... picáis como moscas. Aquel que sufre de verdad no comparte su dolor, no lo expone, aquel que sufre de verdad no comparte su herida infecta, se la cura.

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