martes, 1 de marzo de 2016

Cuando la realidad debe ser prohibida.

Debe quedar prohibido reconocer la realidad, la gente debe ser obligada a vivir una mentira, y mucha gente está naturalmente dispuesta a vivir en una mentira.


Por primera vez en nuestra historia, tenemos la obligación de estar temerosos de lo que decimos, de lo que podamos escribir y de lo que podamos pensar, por el temor de usar la palabra incorrecta, una palabra denunciada como ofensiva o insensible, o racista, sexista u homosexofóbica, no está permitido la critica hacia el feminismo que se usa como víctima, el movimiento de derechos de los maricones, la estadística inventada, la historia reescrita, las mentiras..

A todas estas estupideces lo llamamos lo políticamente correcto y no es más que el Marxismo Cultural, el marxismo traducido desde lo económico a términos culturales.

En primer lugar, ambos son ideologías totalitarias. La naturaleza totalitaria de la Corrección Política no es revelada en ninguna parte más claramente que en los campus universitarios, muchos de los cuales en este punto son pequeñas Coreas del Norte, donde el estudiante o miembro de la facultad que se atreve a cruzar cualquiera de las líneas establecidas por las feministas de género o los activistas de los derechos del  mariconísmo, o el grupo negro o judío local, o cualquiera de los santificados "víctimas" alrededor de los cuales gira la Corrección Política, rápidamente se encuentra en problemas judiciales.


El Marxismo Cultural, tal como el marxismo económico, tiene un solo factor como explicación de la Historia. El marxismo económico dice que toda la Historia está determinada por la propiedad de los medios de producción. El Marxismo Cultural, dice que toda la Historia está determinada por el poder, por medio del cual los grupos definidos en términos de raza, sexo, etc., tienen poder sobre otros grupos y nada más importa.


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